EL GENERAL FERNANDO LOSSADA CELIS


Maracaibo, 20 de febrero de 1983

Publicado en "Panorama" el 20.3.1983



Kurt Nagel von Jess



"El prócer Fernando fue mi bisabuelo, el prócer Fernando merece el loor, realizó mi anhelo, mi imposible anhelo de luchar al lado del Libertador..." Jesús Enrique Lossada, (Poemario "El Reloj de los Girasoles", 1927)


Al fondo de la Catedral de Maracaibo, en la Calle Venezuela, haciendo esquina con la Calle Aurora, diagonal a la Beneficencia u Hospital Dr. Urquinaona, existe actualmente un solar destinado al estacionamiento de vehículos.- La insensibilidad gubernamental, quizás reflejo de la colectiva, nada ha hecho en estos últimos largos años para terminar de adecentar ese lugar y otros que cierran el marco ambiental histórico del viejo Maracaibo alrededor de su Plaza Bolívar, con su una vez remozado templo, que ya empieza a deteriorarse por esa misma indolencia oficial, marco histórico que abarca la Capilla de Santa Ana, el Palacio Arzobispal, erigido en el mismo lugar donde antiguamente existió el Viejo Cuartel de Veteranos, y las demás edificaciones importantes de ese sector.- Bien pudiera el gobierno nacional o quizás el municipal comenzar por reparar la iglesia matriz para que no se pierda el esfuerzo que ya una vez se hiciera, reparar la preciosa joya colonial que es el templo de Santa Ana, con sus cuadros y su altar mudéjar, y adecentar todo aquel lugar, sino también adquirir ese lote de terreno de la Sucesión del Dr. Quintero Luzardo, para construir allí el despacho de la primera parroquia urbana, la más importante desde el punto de vista histórico, construcción que no solo sirva para la conservación de lo que queda de su viejo e interesante archivo, sino también para darle mejores facilidades y comodidades a las funciones que corresponden a la sede de la más alta jerarquía eclesiástica del estado más rico del país.-

Allí, en ese solar, existía una casa, que, para el 11 de enero de 1904, según carta de Don José Jugo dirigida al Dr. Simón Montiel Pulgar, padrino por cierto del futuro Dr. Jesús Enrique Lossada, carta en la cual describía algunas de las casas de las familias proceras de Maracaibo, decía que ésta estaba en ruinas, "....pero aún conservaba el lugar en el frontispicio donde tenía el escudo de familia...", escudo que durante la Guerra de Independencia, al igual que en otras casas, fue volteado para colocar en su lugar algún símbolo religioso también labrado en piedra, quizás por miedo, para esconder el origen español, o quizás por rebeldía, para protestar contra el dominio peninsular, según hubiera sido la ideología de los dueños de aquella casona, o la imperante del gobierno de turno.-

Esa casa solariega destruida por el tiempo era conocida como la "Casa del Vínculo de los Lossada".- En Derecho, un vínculo es la sujeción de un bien con prohibición de enajenarlo, a que sucedan en ellos los parientes por el orden que señale el fundador, o al sustento de institutos benéficos u obras pías.- Dícese también del conjunto de bienes adscritos a una vinculación.- Mal llamada de "los Lossada", era, junto con la casa situada en lo que fué posteriormente la Iglesia de San Felipe Neri, antigua propiedad de la familia de la Colina Peredo, que tenía "privilegio de asilo" de la Corte de España, el único mayorazgo establecido en la ciudad de Maracaibo por Real Cédula de Carlos III, "...en razón de los timbres preclaros del linaje y de los fueros y preeminencias de que disfrutaban los Antúnez Pacheco, los Campos, los Pineda y los de la Colina Peredo para conservar la propiedad y sostener el lustre...".-

Había sido constituida como tal por su antiguo propietario, el Capitán Don Nicolás José Antúnez Pacheco y de la Cruz, fundador de San Carlos de Zulia, de quien ya hablé una vez, hijo de Don Antonio Antúnez Pacheco y Morales Chacín y de Doña Felipa Josefa de la Cruz y Avila de Velasco, y a favor de su mujer Doña Ana María de Campos y Antúnez Pacheco, hija del Capitán Don Juan Ignacio de Campos y Pineda y de Doña María Isabel Antúnez Pacheco y Morales Chacín, homónima de aquélla su sobrina, la heroína zuliana del famoso "si no capitula monda".-

Una de las hijas de aquel Capitán Antúnez Pacheco y de la Campos, Doña Josefa Nicolasa, casó aquí con el Alcalde Ordinario y Alguacil Mayor del Santo Oficio de la Inquisición Don Fernando Lossada Noboa y Boan Lemus, hijo de Don José Lossada y Noboa y de Doña María Ana de Boan y Lemus, natural del lugar de Vilameá, aldea en el Municipio o Partido Judicial de Chantada, Parroquia de Santa María de Sabadell, Provincia de Lugo, Reino de Galicia, de donde salió, llegando aquí a través de México, ya viudo; y quien será el primero de su estirpe en establecerse en Maracaibo, donde dejará una numerosa y prominente prole.-

Y será por esa herencia materna que le vendrá a Don Juan Antonio Lossada y Antúnez Pacheco la propiedad de esa casa, que a su muerte litigarían sus numerosos hijos, uno de ellos, Don José Demetrio Lossada y Célis, quien fuera el primero en sufrir prisión en aras de la libertad de prensa, y perderían para siempre los descendientes del otro hijo adjudicatario Don Francisco María Eugenio Lossada y Célis.- Y será allí, con su mujer Doña María Luisa Gutiérrez de Celis y Pirela, hija del Teniente de la Segunda Compañía de Tropas Veteranas y Capitán Graduado Don Luis Manuel Gutiérrez de Celis y de la Colina Peredo y de Doña María Micaela Josefa Pirela y Sánchez de Agreda, hermana del General Don Luis Gutiérrez de Célis y Pirela, héroe de la Batalla de Lago, donde procreará y nacerá el 8 de octubre de 1805, el quinto de sus dieciséis hijos, quien con el correr del tiempo será uno de los vencedores de Carabobo, general de la República, ese bisabuelo de Jesús Enrique Lossada que, "...realizó el imposible anhelo de luchar al lado del Libertador...", y que llevó por nombre Fernando José Lossada y Célis, nuestro biografiado.-

Juan Antonio Lossada y Antúnez Pacheco, el padre, era hombre de gran carácter, agricultor apasionando, poseedor de grandes haciendas en los alrededores de Gibraltar, con más de 400 esclavos, titular no solamente de estirpe y riquezas, sino de enormes vinculaciones políticas en la región.- Era uno de aquellos verdaderos patriarcas criollos y "gran cacao".- El viento que produjo el estallido de la gesta emancipadora, que llegaría tarde a Maracaibo, ya lo había sentido soplar por aquellos lados de la otra costa.- Y conformando sus actos con sus ideales, será el primer maracaibero que por propia iniciativa dará libertad a sus esclavos, enviándolos, junto con una cuantiosa contribución monetaria, en ayuda de la expedición del Generalísimo Miranda cuando ésta entró por Coro en 1806.- Muchos serán los descendientes de aquellos manumisos en el Distrito Sucre que llevarán por apellido el de su antiguo amo Lossada, escrito así con las dos eses.-

Esas ideas liberales, republicanas y patrióticas, nutridas en el iluminismo y en el enciclopedismo se reflejarán en muchas de las actitudes de sus descendientes, hombres y mujeres rebeldes, librepensadores, bohemios, letrados, botarates, desinteresados, llanos y francos; gente de grandes inquietudes ético-filosófico-religiosas, incisivos y mordaces, por lo general de una chispeante y vivaracha conversación y poseedores de una amplia y vasta cultura; fuertes de carácter, bruscos y atrevidos; pero directos y sin dobleces, orgullosos de su estirpe, pero plenamente conscientes de sus cualidades y de su propio valer.- Eduardo Matthyas Lossada, uno de sus descendientes, así lo señala, porque considera que "...es innegable que la herencia priva en todas las condiciones de un personaje cualquiera...".-

Y serán esas mismas ideas las que influirán de una manera indeleble en el hijo de aquel Juan Antonio, el joven Fernando.- Frisaba apenas en la edad de los 15 años, cuando concibió el atrevido pensamiento de incorporarse a las fuerzas patrióticas libertadoras situadas en San Cristóbal, Táriba y Lobatera al mando del general Rafael Urdaneta, después de haber muerto el general Anzoátegui.- Al efecto, de acuerdo con los hermanos Alberto y Remigio Negrón, Antonio Pulgar (el padre del famoso Venancio, a cuyas huestes se incorporaría más tarde su hijo Juan Antonio Lossada Piñeres y José Escolástico Andrade y Pirela, su primo (el mismo de la entrevista de Guayaquil), compañeros todos de su infancia, acechaba la hora para escaparse en frágil piragua, burlando la vigilancia española y las estrictas órdenes familiares de no abandonar el cómodo y seguro hogar.- Y una noche llegaron hasta Gibraltar al despuntar el alba, a la hacienda paterna "Rio Seco", donde laboraba el padre, quien acogiendo a los jóvenes con beneplácito los apertrechó de recursos monetarios, un caballo y un manumiso para que pudieran llegar así a la presencia de Bolívar.-

De esta manera, el 23 de septiembre de 1820, como Sargento I Aspirante en el Batallón Granaderos de la Guardia, el joven Lossada comenzó su carrera militar, amor por las armas que le venía por la sangre de sus mayores y parientes.- Por todos lados tenía herencia guerrera.- Ese año de 1820 lo pasa en las fatigas de las marchas forzadas, adquiriendo experiencia en varias escaramuzas guerrilleras y aprendiendo de la famosa organización y disciplina que en campaña y sobre el mismo vivac del campamento impartía el inteligente, el "Brillante" Urdaneta, en especial a las tropas destinadas a la guardia de honor de S. E. El Libertador.-

El 24 de junio de 1821, en Carabobo, recibe su bautismo de sangre bajo las órdenes de Ambrosio Plaza, por lo cual el Congreso General de la República de Colombia, el 20 de julio de 1821, le concede el derecho de llevar en el brazo izquierdo un escudo amarillo orlado con una corona de laurel con el moto "Vencedor en Carabobo, Año XI"; y de allí en adelante, hasta su muerte, se dedicará con ahínco a esa pasión por la milicia.-

Estuvo en las siguientes campañas y acciones de guerra importantes:

Batalla de Carabobo (1821)

Rendición de La Guayra (1821)

Batalla de Naguanagua (1822)

Sitio de Puerto Cabello (1823)

Batalla de Junín (1824)

Campaña de Azuay y Guayaquil (1829)

Batalla del Portete de Tarqui (1829)

Asedio a Cartagena (1841 Y 1842)

Sirvió en los siguientes cuerpos:

Batallón de Granaderos de la Guardia de Honor

Estado Mayor del Ejército de Venezuela

Batallón Vargas

Batallón Pichincha

Estado Mayor del Magdalena

Desempeñó los siguientes cargos:

Jefe Instructor del Batallón Guardia Nacional de Cartagena (20.8.1833 al 5.3.1834)

Miembro del Estado Mayor General con destino a la II Columna en Cartagena (6.3.1833 al 14.6.1834)

Jefe Militar de la Provincia de Panamá (15.6.1839 al 18.11.1840)

Comandante del Batallón Nº 3 de Cartagena y Jefe del Estado Mayor General de la II División (26.2.1840 al 30.5.1840)

Miembro del Depósito de Jefes y Oficiales en actividad (31.5.1842 al 6.61842)

Comandante en Armas de la Provinica de Mompox (7.6.1842 al 31.8.1844)

Comandante del Batallón Nº 9 del Departamento del Atlántico (24.6.1846 al 30.9.21847)

Por último, fue licenciado dos veces en 1840 y en 1844.- Y su espléndida hoja de servicios le valió ser condecorado varias veces, siendo poseedor de la Estrella de los Libertadores de Venezuela, de la Medalla de los Asaltadores de Puerto Cabello y de la de los Vengadores de Colombia en Tarqui, del Escudo de Carabobo y del Busto del Libertador de Colombia, Perú y Bolivia.-

Era de elevada estatura y de fuerte y vigorosa complexión, por lo que fue escogido para servir en el Cuerpo de Granaderos de la Guardia de Honor; de tez muy blanca con venas muy azules e inyectadas, sin embargo, estaba bastante tostado por el sol; cabellera negra y muy lacia, nariz borbónica, frente muy amplia y despejada, voz vibrante y sonora, mantenía, mandando en las paradas, una gallarda presencia; gustaba entrar en las batallas y actos oficiales de riguroso uniforme llevando su pecho cubierto con los escudos y condecoraciones; autodidacta, culto, notables sus conocimientos, consciente de su propio valer y de sus capacidades, sin engreimientos ni envanecimientos, mantenía siempre un aire de gran independencia y desenvoltura; enamorado de la ley, era obediente al mandato del gobierno legal, y en esto ponía el empeño de sus ideas, muy firmes por cierto.- En base a viejos retratos de plumilla y al estudio de estos rasgos trazados por su hijo Juan Antonio, una de sus tataranietas, Grete Rappard von Jess de Fejervary, logró plasmarlo en una copia que reproducida en España, se acompaña a este escrito.-


Contrajo matrimonio, posiblemente en Cartagena entre los años de 1834 y 1837, con la linajuda cartagenera Doña María de la Trinidad de San Marcos Gutiérrez de Piñeres y Narváez, nacida en Cartagena el 25 de abril de 1805, hija de Don Germán Gutiérrez de Piñeres y Cárcamo y de Doña María Vicenta de Narváez y Violet.- Don Germán Gutiérrez de Piñeres y Cárcamo, cuyo retrato está en puesto de honor en San Pedro Alejandrino, fue uno de los iniciadores de la independencia neogranadina, firmante el 11 de noviembre de 1811 del Acta de la Independencia de la Provincia de Cartagena; compañero de Bolívar en el destierro de Haití, donde murió poco antes de que zarpara la famosa Expedición de Los Cayos de San Luis que había ayudado a equipar; hermano de Vicente Celedonio, María Josefa, Fermín, Matías, Gabriel y Juana, inmolados todos en el Asalto a la Casa Fuerte de Barcelona.- Estos hermanos Gutiérrez de Piñeres Cárcamo, mompocinos todos, con la ayuda material y espiritual que le prestaran en los trágicos momentos de la pérdida de la I República y en los inicios de la Campaña Admirable, hicieron que Bolívar, en honor a ellos, exclamara la famosa frase

"Si a Caracas debo la vida, a Mompox debo la gloria", refiriéndose a esta familia sobre la cual escribí en otra oportunidad.-

Esta María de la Trinidad, exquisita poetisa, hermana del otro Germán Gutiérrez de Piñeres y Narváez, también poeta lírico sentimental y a veces hasta exageradamente morboso, que figura con sus escritos en el Libro Primario de Mantilla, redactor de un célebre periódico "El Alacrán" de fino y satírico humorismo que le era muy particular, y donde hasta los avisos eran en verso, será quizás, quien legue a sus descendientes esa pasión literaria de la que con tanta maestría hicieron gala sus hijos, nietos y bisnietos, y una melancolía excesiva que se nota en los rasgos de muchos de ellos.- Con ella tuvo el prócer, que sepamos, dos hijos que nacieron en Cartagena, pero que luego se radicarían en la tierra de sus mayores: el primero, Juan Antonio, el autor de "Semblanzas Zulianas" y de otras obras, el mejor historiador de la región después de Baralt, casado con su prima Doña Isabel María Dias-Varela y Rodríguez de Cárdenes, nieta del opulento Don José Dias Varela, constructor de la Capilla del Santo Cristo de Aranza, padres del Dr. Demetrio Lossada Dias, brillante embajador de Venezuela, y quien como diplomático fuera el artífice de las mejor defendibles posiciones y ejecutor de las más importantes y beneficiosas acciones en materia de límites y problemas fronterizos de Venezuela, y quien a su vez fuera padre del Dr. Alberto Eduardo Lossada Casanova, Presidente del Estado Zulia, tambien diplomático y miembro de la Corte Suprema de Justicia; abuelos del Dr. Hans Eduard o simplemente Eduardo Matthyas Lossada, hombre de una grandísima erudicción, fino literato y segundo rector de la Universidad del Zulia; bisabuelos de otro militar de honrada trayectoria, el General Juan Antonio Lossada Volcán, Jefe del Comando de la II División de Infantería en la tierra de sus antepasados durante el excelente gobierno del Dr. Hilarión Cardozo.- Y el segundo, Fernando Catón, casado con su prima Doña María Luisa Lossada y Rodríguez, padres de una sola hija María Luisa Lossada Lossada, madre a su vez del Dr. Jesús Enrique Lossada, polifaceta de prestigio nacional, a quien las generaciones presentes y venideras deberán la existencia de la malquerida Universidad del Zulia, tan vapuleada por administradores incapaces, politiqueros de pacotilla y sindicaleros de mente estrecha, acto este de la refundación y reapertura universitaria suficiente para merecer uno de los más altos sitiales en este país.-

Ese bisabuelo a quien canta Jesús Enrique Lossada, hombre inquieto y trotamundos, después de recorrer casi toda la América con Bolívar, de haber prestado innumerables servicios a la patria que le mantuvieron alejado de la familia dejada en Maracaibo, y por cuya brillante hoja acordara el Gobierno Nacional pensionar míseramente con apenas Bs. 52,5o a la madre del primer rector de la Universidad del Zulia reabierta, pobre vergonzante y de solemnidad, y solo después de que renunciaran a la mismas sus tres únicas primas hermanas: Emilia Elena Lossada de Matthyas, Isabel Teresa Lossada Dias y Ana Julia Lossada de von Jess; ese típico representante del hombre castizo colombo-venezolano, godo con alma de liberal, iluso batallador, irresponsable para con los suyos, pero amante de grandes ideales de libertad para todo su pueblo; soñador, bohemio, ardiente admirador del genio bolivariano; aquel que luchó desde niño por la libertad de los demás, aun cuando disfrutaba de la comodidad, seguridad y fueros privilegiados de la nobleza criolla a la cual pertenecía, "...ayudando a fundar con su sangre, coraje e inteligencia la nueva República...", como decía Matthyas Lossada; "...jefe de valor acreditado, con mucha capacidad, aplicación y buena conducta...", como dijera de él nada menos que el mismo Bolívar; con veintiocho años de servicios que le fueron doblados por haber estado en campaña; hijo de "gachupin" alocado y oportunista que se arruinó por la República, sacrificando a su hijo en aras de la libertad, no pudo borrar la prevención que contra su familia orgullosa y aristocrática "...tenía cierto acomplejado conglomerado de advenedizos y bastardos, de mestizos y mulatos, hijos de manumisos que conformaron la casi totalidad de nuestra naciente patria..."; "...ingratos por cuya libertad lo había sacrificado todo...", tal como lo señalara incisivo el mismo bisnieto Matthyas Lossada.- Por todo eso, decide no volver mas a su tierra; y lejos, a consecuencia de heridas de balas que le ocasionaran sus luchas en aquellas batallas por la libertad, entristecido y con cierto dejo de amargura por la falta de reconocimiento de los de su tierra, entregó su alma al Creador en enero de 1855, en la colombiana población de Honda, donde sus restos aguardan algún día ser rescatados.-

El gobierno nacional durante la presidencia del Dr. Rafael Caldera, queriendo reconocerle sus méritos, decidió designar un liceo con su nombre.- Su director comisionó entonces, al poco de fundado, a algunos alumnos para que indagaran sobre este ilustre desconocido.- Supe de ese interés, y conocedor de estas historias por pertenecerme, fue por lo que hoy decidí rescatar para ellos los datos que aquí aporto; y para que otros puedan mañana seguir investigando esa "petite histoire" que es la que, en resumidas cuentas, va formando la "grande histoire".- ¡Ojalá que así sea!