En momentos cuando la tecnología gobierna al mundo, los bulos están de moda y la sobresaturación de contenidos termina siendo causa de desinformación, corresponde al periodismo científico retomar espacios en la comunicación, no sólo por su responsabilidad en los procesos de fact-checking o verificación de hechos, sino porque en una nueva posición, ahora estratégica, tiene la obligación de reivindicar su compromiso, tanto con las audiencias como con el periodismo mismo.
La tarea de recuperar posiciones en la agenda mediática será titánica, pero también ineludible, si el periodismo científico quiere contribuir a combatir las consecuencias de la infodemia. Y en esa misión tendrá que generar estrategias para batallar contra la desinformación que predomina en espacios digitales y analógicos, pero también para seguir contando la “verdadera historia” de la ciencia y la tecnología, generalmente elogiadas y con frecuencia satanizadas.
Éste es el momento del periodismo científico.
Tal como sostienen los profesores del Departamento de Información y Comunicación de la Universidad de Granada, España, el presente abre un espacio de oportunidades para los profesionales, para los medios y las audiencias.
Para los profesionales: “En la medida en que supone una apuesta por la innovación y el periodismo con mayúsculas”. Para el propio sistema mediático: “Por cuanto es su viabilidad lo que se está cuestionando en el entorno digital”. Para las audiencias, la ciudadanía: “Desde la aspiración democrática de disfrutar de una buena dieta informativa. De derechos y libertades, pero también de deberes”.
También es momento de desafíos para periodistas y medios. Momento para la creatividad y la innovación. Momento para explorar nuevas narrativas, estrategias de comunicación y formatos. Momento para llevarle directamente a los usuarios la información científica a través de plataformas digitales y tradicionales, privilegiando la profundización sobre la inmediatez y cerrando el paso a bulos en sus contenidos.
El periodismo científico está llamado a recuperar su posición estelar con contenidos veraces y contrastados que le permitan al ciudadano formarse criterios y tomar decisiones con base en información científica y tecnológica auténtica.
Dra. Yajaira Hernández
Docente Titular de la Facultad de Humanidades y Educación de la URBE