Lerida, Wettel
En los últimos años, se han evidenciado una serie de logros, en relación al desarrollo de la gestión tecnológica, basada en los procesos de adquisición de conocimientos e innovación tecnológica, sin embargo, existen aún un gran número de debilidades en relación a la concreción de políticas y estrategias dirigidas a la definición de un objetivo común a través del cual, los principales actores del sistema nacional de innovación, universidad-empresa-estado, unifiquen criterios en busca de la generación de beneficios sociales y económicos reales. En este sentido, se considera de especial importancia realizar un análisis exhaustivo del desarrollo de la Gestión Tecnológica en el ámbito de la vinculación universidad – empresa.
Palabras clave: Gestión Tecnológica, universidad, empresa, vinculación, innovación.
In the last years, have been proved a series of accomplishments in relation to the development of the technological conduct, based in the processes of acquisition of knowledge’s and technological innovation, however still exist a big number of weaknesses in relation to the concretion of politics and strategies directed to the definition of a common objective through, the main actors of the national system of innovation, university-enterprise-state, unity judgments looking for the generation of benefits socials and economics reals. In this sense, is considerate of special importance to realize a precise analysis of the technological conducts development in the ambit of the university-enterprise entail.
Key words: Technological conduct, university, enterprise, entails, innovation.
La Gestión Tecnológica representa hoy en día una herramienta básica
para el logro de una gerencia eficiente en organizaciones productivas. Su
importancia radica en todos y cada uno de los procesos que una
organización sólo puede llevar a cabo con eficiencia si cuenta con una
apropiada base tecnológica, personal calificado en ciencia, tecnología,
investigación y desarrollo, técnicas y métodos eficaces de adquisición,
transferencia, comercialización y asimilación de tecnologías; todo lo cual es
sumamente necesario para aumentar la productividad del negocio y por ende
su rentabilidad.
En este sentido, las pequeñas, medianas y grandes empresas en los
países del mundo industrializado han demostrado poseer un gran potencial y
muestran evidencias reales, tanto de la generación de procesos innovativos,
como de la creación, comercialización y transferencia continua de tecnología.
Por su parte, según estudios realizados por Paredes (1996), los países en
vías de desarrollo, Venezuela específicamente, presenta una creciente
manifestación de iniciativas para la innovación tecnológica en pequeñas y
medianas empresas, aunque ello no evidencie necesariamente la existencia
de adecuados instrumentos de política industrial que favorezcan la viabilidad
de la actividad innovativa.
Cabe destacar que el surgimiento de estos adelantos y logros
significativos en cuanto a innovación en Venezuela, obedece a la formulación
de una serie de lineamientos dirigidos a fortalecer la investigación y el
desarrollo en las universidades, como principal fuente de conocimientos e
iniciativas científicas y tecnológicas; sin embargo, se evidencia la existencia
de grandes debilidades en muchos aspectos esenciales relacionados con el
establecimiento de mecanismos y modalidades de vinculación eficientes
dirigidos a garantizar la pertinencia del producto científico tecnológico de las
universidades y las necesidades y requerimientos del entorno empresarial y
social.
Todo lo mencionado anteriormente, refleja la necesidad de atribuir una
verdadera importancia a la creación de instrumentos de política que
estimulen la actividad innovativa en el país y el ejercicio de la gestión
tecnológica, teniendo como base la vinculación del entorno empresarial con
las capacidades de oferta tecnológica de las universidades; no solo para el
logro de una alta productividad y rentabilidad sino también para la generación
del máximo beneficio social posible. En la medida que las organizaciones
lleven a cabo una G.T. eficiente apoyada en políticas gubernamentales
apropiadas y bien formuladas, y en la base de la cooperación con el sector universitario del país, será posible satisfacer en mayor proporción y a través
de la más eficiente actividad innovativa, las nuevas necesidades y exigencias
del entorno social, político, cultural y económico nacional e internacional.
Dentro de este orden de ideas, se considera necesario realizar un análisis
exhaustivo del desarrollo de la Gestión Tecnológica en las pequeñas y
medianas empresas en el ámbito de la vinculación universidad – empresa,
tomando como base la siguiente premisa:
“La poca importancia dada al desarrollo de la Gestión Tecnológica en las organizaciones productivas, habrá contribuido y de hecho contribuye a minimizar la eficiencia de sus desempeños de productividad y rentabilidad. Siendo así, se hace necesario e imprescindible comenzar a introducir y desarrollar dicha práctica, enmarcada en la concepción del mercadeo, la transferencia tecnológica, el desarrollo tecnológico y la vinculación con el sector universitario, con fines de beneficio económico y social”.
Según Romero (1998), en Venezuela, a nivel de pequeñas y medianas
empresas, existe un desconocimiento por parte de la gerencia, de las
implicaciones de la variable tecnológica en sus organizaciones, y es
cuestionable su competitividad, fundamentalmente, debido al poco valor que
añade a la producción científica de las universidades y su correspondencia
con el producto industrial, lo cual está íntimamente relacionado con la baja
productividad, la ausencia de vocación exportadora y el desconocimiento de
las oportunidades en el contexto globalizado.
Sin embargo, hoy en día existe una preferencia acentuada por la creación
de pequeñas empresas productoras de bienes y servicios a los cuales se
agrega valor a través del conocimiento adquirido en las universidades,
profundamente influenciado por actividades de investigación y desarrollo
que reportan altos rendimientos en el ámbito nacional. Entre tales empresas
se encuentran las ubicadas en las áreas de informática, comunicaciones,
biotecnología, química fina, electrónica y otras; a las cuales se denomina
empresas de base tecnológica.
La dinámica de hoy, exige a las empresas considerar, además de sus
productos, procesos y proyectos actuales, si es posible alcanzar los objetivos
estratégicos con la dotación tecnológica existente. Los gerentes deben
evaluar si la empresa es lo suficientemente fuerte desde el punto de vista de
la tecnología para crear nuevas oportunidades y responder a las amenazas del entorno y sus competidores, en este sentido, deben permanecer en
constante contacto con las principales fuentes productoras de conocimiento,
las universidades. Adler y Shenhar (1990).
La gestión tecnológica, como vía de introducción de nuevos productos y
procesos, debe involucrar cambios que ameritan una ruptura relativamente
profunda de las formas ya establecidas para llevar a cabo las actividades, lo
cual crea capacidades tecnológicas firmes. Es por ello que la Gestión
Tecnológica, es un concepto con alto contenido económico y social.
Según Camacho (1998), para que una nación sea capaz de llevar a cabo
una gestión tecnológica que materialice la innovación, debe procurarse la
existencia de los siguientes elementos: demanda de innovación a nivel
nacional e internacional, cultura innovadora individual e institucional apta
para desarrollar capacidades tecnológicas, y mecanismos para atenuar los
riesgos inherentes a dicha actividad innovativa y permanecer en constante
vinculación con el entorno universitario.
De acuerdo a este mismo autor la gestión tecnológica adquiere
importancia en el contexto empresarial debido a la globalización de las
economías, lo cual configura una nueva realidad socio económica en el
mundo; la capacidad innovativa como requisito básico del liderazgo
económico; la empresa y la universidad como núcleo del proceso innovador y
la innovación como motor fundamental de la creación de riquezas y empleos,
al punto que ella constituye la principal fuente de ventaja competitiva para las
empresas en el mercado actual.
Para que se logre un desarrollo efectivo de la gestión tecnológica, Adler y
Shenhar (1990), señalan que es necesario realizar una evaluación de las
principales dimensiones de la base tecnológica de la empresa, es decir, sus
activos tecnológicos, activos organizacionales, activos externos y proyectos.
Entre los activos tecnológicos, hacen referencia a aquellos que abarcan el
conjunto de capacidades convertibles en productos, procesos y áreas de
apoyo; los activos organizacionales son aquellos que incluyen los recursos
que permiten a la empresa desarrollar y desplegar los activos tecnológicos, y
los activos externos están referidos al conjunto de relaciones que la empresa
establece con los actuales y potenciales aliados, rivales, suplidores, clientes,
actores políticos y comunidades locales. En tanto los proyectos, se refieren a
los medios para transformar los activos tecnológicos, organizacionales y
externos en innovaciones tecnológicas que sea posible comercializar con la
finalidad de lograr el mayor impacto económico y social posible.
Cabe destacar el papel fundamental que, como principal fuente de activos,
cumple la universidad en el proceso de desarrollo tecnológico, en tanto que,
ella es la principal responsable de preparar el capital humano necesario para
el empleo eficiente de los activos tecnológicos, la racionalización y
gerenciamiento de los activos organizacionales, el establecimiento de bases
sólidas sobre las cuales se apoye el aprovechamiento de los activos internos
y la formulación y ejecución de proyectos dirigidos al logro de la
transformación de cada uno de ellos en innovaciones y productos
comercializables.
En cuanto a la gestión empresarial, Paredes (1996), señala que el
desarrollo tecnológico exige concentrar esfuerzos en el área científico –
técnica -productiva, buscando como objetivo fundamental una mayor
estandarización de las normas técnicas, mejoras en la calidad y la
productividad, a fin de fortalecer las estrategias de reducción de costos. En el
área de mercadeo y comercialización, es requisito indispensable la
investigación de aquellos factores que ofrezcan una mejor información
acerca de las necesidades de los clientes así como también estimular y
propiciar la participación de las empresas en convenios con las Instituciones
de Educación Superior, ferias y exposiciones de productos en el ámbito
nacional e internacional.
En relación al área de negociación, el desarrollo tecnológico impone la
necesidad de incursionar exitosamente en materia de protección legal de la
propiedad intelectual, así como también establecer alianzas estratégicas con
los clientes y asumir actividades específicas en cuanto a mercadeo,
transferencia y desarrollo tecnológico, para lo cual, el papel asumido por la
universidad, luce un factor fundamental, en tanto que ella es la responsable
de formar el personal idóneo para ello, ofreciendo servicios de asesoría
técnica y legal.
Por último, el desarrollo de la gestión tecnológica requiere la ejecución de
diversas actividades en el ámbito gerencial y administrativo tales como
introducir mayores y mejores estrategias de comunicación entre la gerencia y
los tecnólogos, establecer mecanismos de mejoramiento en la comunicación
requerida entre las distintas áreas funcionales, y llevar a cabo actividades
que procuren la evaluación de proyectos y la concreción del impacto de las
técnicas gerenciales en la rentabilidad empresarial.
En síntesis, el desarrollo tecnológico nacional requiere la creación de un
clima propicio para la gestión de la innovación por parte de los actores
involucrados: empresa - universidad - estado, por cuanto se hace evidente la
presencia de factores que estimulan el desarrollo de una cultura organizacional vinculada al proceso de innovación tecnológica y factores que
lucen como obstaculizantes del proceso innovativo. Paredes (1996), señala
que la disponibilidad de información relacionada con la identificación de los
factores internos y externos estimulantes u obstaculizantes del proceso de
innovación empresarial, se constituye en el insumo básico para la aplicación
de acciones de fortalecimiento y correctivas que promuevan la innovación y
faciliten su asimilación por parte de la cultura organizacional.
La gestión tecnológica desarrollada en el ámbito de la vinculación
universidad-empresa, constituye un medio para acrecentar el espíritu
innovador y emprendedor y para estimular la transferencia de tecnología
entre las empresas de una determinada región, dando lugar a nuevos
empleos en áreas tecnológicamente innovadoras. Es por ello que, además
de dar importancia a los criterios financieros, deben evaluarse
constantemente los resultados (productos y servicios), generados por las
universidades y empresas, los insumos utilizados, los procesos
organizacionales y productivos; sin dejar de lado la evaluación del contexto
socio económico, político y cultural vinculado a ellas.
En este sentido, Adler y Shenhar (1990), señalan que la maximización de
los beneficios sociales, entendidos como todos aquellos asociados con las
organizaciones privadas y públicas, exige dos tareas: alcanzar un conjunto
de propósitos relacionados con la evaluación tecnológica de las empresas y
evaluar el conjunto de prioridades de la industria, lo cual requiere entre otras
cosas, definir la integración de la tecnología a los objetivos y estrategias
globales de la organización, evaluar la adquisición de tecnologías dentro y
fuera de la empresa, establecer claramente los mecanismos y modalidades
de transferencia tecnológica y vinculación con el sector universitario y asumir
como prioritaria la generación de nuevos productos.
La evaluación de la gestión tecnológica en el contexto de la vinculación
universidad-empresa, debe estar basada en factores medibles a largo plazo
como el logro de las metas y objetivos estratégicos y operacionales, la
incorporación del cambio tecnológico en la estrategia global, la maximización
de las ventajas competitivas y estratégicas, el posicionamiento en nuevos
segmentos del mercado con el fin de aumentar los beneficios sociales, entre
otros.
Una vez evaluada la Gestión Tecnológica, debe procederse a valorar los
resultados obtenidos y su impacto, analizando sobre todo los procesos, funciones y actividades ejecutadas para alcanzarlos y procurando establecer
su eficacia y eficiencia; todo ello a fin de diseñar métodos, técnicas y
herramientas dirigidas a controlar eficientemente la gestión tecnológica, con
el objeto de garantizar el cumplimiento de políticas, normas y valores
acordados, incorporar participantes-actores y obtener información básica
para conocer, mejorar y optimizar los procesos, la productividad y por ende la
rentabilidad.
En este sentido, la responsabilidad de la gestión tecnológica con base en
la innovación, deberá descansar tanto en el sector empresarial privado como
en las universidades y el Estado venezolano. Este último deberá cumplir un
rol catalizador en ciencia y tecnología, potenciando la cultura de innovación
en las empresas e instituciones educativas y fomentando una concertación
que garantice la creación de una estructura adecuada y genere los incentivos
necesarios para estimular la interacción entre los actores y organizaciones
del país.
Finalmente, en un mundo donde la velocidad de los cambios es
impredecible, cabe enfatizar el rol de los mapas tecnológicos, el
benchmarking tecnológico y la prospectiva tecnológica en relación con la
planificación estratégica y la gestión tecnológica. Dichos roles están
íntimamente relacionadas con la vigilancia permanente del entorno, y
permiten identificar información que sugiera oportunidades o indique
amenazas. La vigilancia del entorno facilitará la detección de cambios
tecnológicos y modificaciones en el comportamiento de los competidores y
actores del SNI, y por otro lado, permitirá la identificación de aquellos
contactos externos que puedan proporcionar tecnologías críticas a la
empresa con la finalidad de enriquecer su patrimonio tecnológico. (Hidalgo,
1994).
Los esfuerzos actuales por concebir y llevar a cabo en materia de Ciencia
y Tecnología una política adecuada a las condiciones y requerimientos de la
producción, forman parte de las tareas prioritarias en los países en vías de
desarrollo. Sin embargo, por ser este proceso de adecuación de relevancia
eminentemente práctica, constituye un problema por cuanto intenta integrar
los conocimientos científicos y los avances tecnológicos logrados en los
centros de Investigación y Desarrollo (universidades), en el proceso de
desarrollo, de manera que se logren los máximos efectos económicos y
sociales posibles.
La inexistencia de una base tecnológica flexible dirigida a construir y desplegar el know how tecnológico necesario para desarrollar nuevos
productos y procesos que satisfagan las necesidades actuales del mercado,
generar o adaptar nuevas tecnologías, y responder prontamente a los
movimientos inesperados de la competencia; refleja la poca importancia
dada al ejercicio de la Gestión Tecnológica, definida por CINDA, citado por
Paredes (1996), como el conjunto de decisiones dirigidas a la creación,
adquisición, perfeccionamiento, asimilación y comercialización de
tecnologías.
La poca relevancia atribuida a cada uno de los factores señalados
anteriormente, ha redundado en una notable reducción de los niveles de
productividad y rentabilidad de las empresas de producción, no sólo de
bienes tangibles sino también de servicios. El comportamiento innovativo de
dichas empresas, la gestión tecnológica y la información técnica como
factores estratégicos de su competitividad, los esfuerzos estratégicos
llevados acabo para el desarrollo de nuevas tecnologías y la fijación de una
estrategia tecnológica como parte de su estrategia global, son factores que,
si bien han mostrado algunos signos de mejoría y avance, permanecen
desarticulados de la realidad tecnológica y científica mundial.
Dicha desarticulación, genera un notable desfase entre el producto
científico técnico generado en las universidades y los requerimientos reales
del entorno, lo que obviamente coloca a los países en vías de desarrollo en
una posición de desventaja ante los países del mundo industrializado,
haciéndose cada vez más dependientes y menos productivos. Además de
ello, se hace más difícil conocer y satisfacer las nuevas exigencias de la
población, en relación a nuevos productos y servicios.
Toda esta situación amerita el desempeño de una gestión tecnológica
eficiente que constituya el soporte del desarrollo industrial y a través de la
cual se identifiquen, evalúen y seleccionen las tecnologías más adecuadas,
se desagreguen paquetes tecnológicos, se negocien tecnologías, se
fortalezca el potencial de innovación a escala nacional y se facilite la
aplicación de los resultados científico técnicos; todo ello con la finalidad de
generar beneficios económicos y sociales. (Avalos, 1989).
El desempeño eficiente de la G.T. sólo será posible si comienzan a
incorporarse prácticas gerenciales dirigidas a la transferencia de tecnología,
el desarrollo tecnológico, la acumulación de capacidades tecnológicas y el
establecimiento de prioridades y planes mutuos de desarrollo entre el
entorno educativo y el productivo; todo ello apoyado en actividades de
mercadeo que faciliten la comercialización de tecnología.
Según Fernández y Fernández (1997), la manera de comercializar y
vender tecnología es hoy, uno de los aspectos más relevantes y vitales para
todo el universo de productores y consumidores de este bien. Morcillo
(1990), señala que “la función comercial desempeña un papel central en la
transferencia tecnológica y constituye el último eslabón del proceso
innovador”. Esta transferencia de tecnología llevada acabo a través de las
actividades de mercadeo, facilita el establecimiento de una relación ofertademanda
efectiva, dirigida a garantizar la aplicabilidad y funcionalidad del
producto científico técnico y a satisfacer las necesidades de los
consumidores. En la medida que estas dos condiciones se cumplan, la
Gestión Tecnológica se hará más eficiente, alcanzará mayores niveles de
productividad, rentabilidad y beneficio social.
Es importante señalar que la protección legal de la propiedad intelectual
constituye una herramienta eficaz e imprescindible para la negociación y
comercialización de tecnología, por lo cual las empresas deben incursionar
en este campo y procurar la asesoría técnica y legal de las universidades, a
fin de establecer la base de una gestión tecnológica eficiente, eficaz y
efectiva.
La gestión tecnológica apoyada en la investigación y el desarrollo, implica
la comercialización como actividad inherente al proceso innovativo, esta
condición representa una visión para la vinculación oferta-demanda.
El cumplimiento de esta visión sólo es posible si se logra que el mercadeo
funcione como una estructura formal de apoyo a la G.T., que las
organizaciones y universidades cuenten con personal entrenado en esta
área, y que manejen los sistemas de protección legal de la propiedad
intelectual necesarios para negociar tecnología, así como también, las
tendencias del mercado y las estrategias competitivas.
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