Msc. Juan Ferrebu
Msc. Migdalia P. De Montilla
Esta investigación intenta analizar desde diversos enfoques la gestión tecnológica realizada en los Institutos Universitarios de Tecnología (IUTs), como elemento medular de su concepción, ya que ante la incertidumbre del nuevo milenio se hace necesario establecer estrategias educativas que garanticen al recurso humano su segura incursión al mercado laboral. Esta ansiada realidad solo es posible si las instituciones de educación superior abordan con sentido crítico el análisis de su currícula a fin de realizar los ajustes que le permitan formar individuos para la sociedad y para el trabajo. Que reencuentren su pertinencia perdida dejando a un lado dogmas y filosofías que se sustentan en teorías no epistemicas. Lo IUTs por su esencia están llamados a retomar, analizar e internalizar la concepción de educación tecnológica, la cual deberá fundamentarse en una sólida base de conocimientos científicos relativos al dominio de tecnología específicas donde la asimilación y la innovación tecnológica se constituyen en la forma más práctica e idónea de abordar el tan ansiado despegue tecnológico de nuestro país.
Palabras clave: de Educación Superior, Educación Tecnológica, Conocimientos Científicos.
This investigation it tries to analyze from diverse points of view the technologic management made on the universitary institutes of technology and the under taint of the new millennium. It’s necessary to set up education strategies that guarantee to the human resource its safe incursion to the labor marnet. This is only possible if the institutes of superior education understames with critic sense, the analysis of its resume in order to obtain the adjustments that permit to form persons for the society and for the work and to recorver its loss relevant, leaving by side dogmas and philosophies that it sustain in theories no epistemic. The IUT’s for its essence are called to take up and analyze and to internalize the technologic education conception, which must be establish in a solid base or scientific knowledge relatives to the domain of specific technologies where the assimilation and the technologies innovation it constitute in a practical way and apt to board than eargerned technologic take off of our country.
Key words: Technologies, Epistemic, Institutes of Superior Education, Technologic Education, Scientific Knowledge.
Los momentos que atraviesa actualmente la nación venezolana, con su
secuela de cambios y profundas transformaciones recomponen la visión de
país y son la promesa de refundación que la propia sociedad, con sus
decisiones políticas, económicas, sociales y educativas, ha venido avalando.
A esta nueva visión se agregan las diversas ideas que, en todos los
órdenes, han tomado cuerpo en el conjunto social acerca de lo que debería
constituir una sociedad verdaderamente democrática, con amplios espacios
de oportunidad social, con una mayor producción de riquezas y una mejor
distribución, más equitativa y justa. Refundar el país significa redefinir el
Estado, a la sociedad y sus relaciones recíprocas, a las instituciones
educativas y al sistema económico en el marco de una nueva relación
Sociedad-Estado.
En estrecha relación con estos nuevos paradigmas surge con fuerza en el
país la necesidad de relanzar la educación técnica superior, equiparándola
con los avances científicos y tecnológicos que el sector productivo exige.
Alcanzar esta visión de futuro no es fácil, pero tampoco imposible. Si es
cierto que “nuestros sueños son nuestra única vida real” (Fellini, cit. Morales,
1998: 45) y que el futuro de un pueblo es producto de sus visualizaciones
presentes, pudiera claramente inferirse que sólo a través de una “vocación
de futuro” podemos poner en congruencia las necesidades sociales con las
aspiraciones de desarrollo armónico y ambientalmente sustentables del país
y con la participación de todos sus actores.
Lo que se pretende pues es de conceptuar y reconocer el papel de la
ciencia y la tecnología en los procesos de desarrollo, y a la educación técnica
como el vehículo idóneo para desarrollar las competencias nacionales en
sectores estratégicos.
Ante todo esto es innegable la participación que los Institutos
Universitarios de Tecnología (IUTs) han jugado, algunas veces dando pasos agigantados, como otras quedándose paralizados ante el temor del reto, lo
desconocido y la incertidumbre, ignorando que a veces es preferible la
“fecundidad de la incertidumbre” que la “esterilidad de la certeza”.
El nacimiento de lo IUTs constituyó la premisa del arranque tecnológico en
Venezuela al considerar que formarían un profesional con habilidades,
destrezas y la creatividad necesaria para innovar el trabajo productivo con
actitud de permanente búsqueda del conocimiento a través de un
aprendizaje tecnológico bajo un enfoque de desarrollo sustentable.
El transcurrir del tiempo desdibujó esta intencionalidad y los IUTs
comenzaron a desvincularse de su visión y su misión. Venezuela continúa
sin arrancar, los tan ansiados cambios e innovaciones tecnológicas no se
consolidan como consecuencia de no entenderse e internalizarse la estrecha
relación de apalancamiento que el binomio ciencia – tecnología brindarían al
subsector de la educación superior y por ende al país. Aunado a esto los
presupuestos deficitarios, la falta de equipamientos cónsonos con la
complejidad de las labores que en ellos se genera, ha mermado su
pertinencia (social) y así los IUTs comienzan a perder terreno.
La interrogante que plantea esta investigación es: ¿Existe en los IUTs una
gestión tecnológica que propenda a la formación del recurso humano
necesario para lograr el desarrollo productivo del país? ¡Entonces Utopía o
Realidad!
La ciencia y la tecnología representan el requisito válido para gestionar
eficientemente el desarrollo económico de cualquier país. De allí el papel
central que ocupa la Educación Superior y por ende IUTs. Teniendo estos
requisitos como premisas, entonces se hace necesario concebir de manera
puntual la gestión de tecnología según el grupo interdisciplinario de estudio
sobre Tecnología del Instituto Mexicano de Ingenieros Químicos, la gestión
de tecnología es el conjunto de funciones técnicas que contribuyen a mejorar
los costos de operación, la calidad de los productos y el servicio a los
clientes.
Por otra parte, desde el enfoque sistémico abordado por Castillo, G.
(1996), se podría decir que la problemática de la gestión tecnológica tiene
tres dimensiones: La técnica, la humana y la organizacional; por lo que sin
un tratamiento integral difícilmente se podrá resolver la gestión tecnológica.
Para el Centro Interamericano de Desarrollo Andino (CINDA), la gestión
tecnológica comprende el conjunto de acciones en la empresa sobre la
creación, adquisición perfeccionamiento, asimilación y comercialización de
las tecnologías requeridas por ellas Se ocupa por lo tanto, de la estrategia
tecnológica de la empresa; de los procesos de investigación y desarrollo,
innovación y transferencia de tecnología; de cambios técnicos menores y de
la normalización y control de calidad.
Tijeras y Salinas, representantes de la empresa TEXNE DE MÉXICO,
conciben la gestión tecnológica como algo más que la simple gestoría, como
algo superior a la consultoría, como algo íntimamente ligado al desarrollo del
acerbo, de las capacidades y las habilidades de una organización para
“manejar” su variable tecnológica.
Por último la Asociación Latinoamericana de Gestión Tecnológica
(ALTEC) del proyecto regional P.N.U.D. (1986), afirma que la gestión
tecnológica es la manera más amplia posible, para reunir bajo un mismo
marco todos los conceptos, métodos y técnicas aplicables a la dirección y
control de un servicio público tal como el de salud, o el de una unidad
gubernamental, tal como el municipio.
En otras palabras, la gestión tecnológica se preocupa tanto de la
innovación en “Tecnologías Duras”, como la relativo a la creación y
desarrollo de nuevos productos (Bienes y Servicios) y procesos físicos y
químicos; la innovación en “Tecnología Blandas” como las relativas a
nuevas maneras a organizar, dirigir y controlar las actividades de la
organización, sea esta privada, pública o de economía mixtas. Su función
permite servir en forma eficiente y eficaz a sus clientes, enfrentan en forma
dinámica a sus competidores tanto internos como externos, mantener un
ambiente creativo y participativo de trabajo, y garantizar una rentabilidad
económica atractiva en el largo plazo.
Las condiciones iniciales en que se dio el proceso de industrialización en
los países latinoamericanos no tuvieron las mismas circunstancias y algunos
modificaron ese proceso, por cuanto contaban con capacidades industriales,
es por ello que se pude entender a Vargas F. (1995: 4) cuando refiere.
“...Chile, Argentina, México y Brasil han crecido y siguen creciendo”, ...ya que
han logrado conocer sus capacidades tecnológicas, siendo ésta, según
Alvarez (1979) el nivel de organización y enlace que un país ha alcanzado,
en los diferentes elementos que constituyen un sistema tecnológico nacional;
y se manifiesta actividades tales como: investigación, desarrollo, ingeniería, fabricación de equipos, productividad, comercialización, técnicas
administrativas, políticas de gobierno, sistemas de información y educación.
Como puede apreciarse son múltiples los factores que se conjugan para
lograr capacidades tecnológicas competitivas.
De igual manera Adler y Shenhar (1990) lo reafirman al señalar que una
organización tiene capacidad tecnológica cuando le es posible desarrollar
productos que satisfagan las necesidades actuales del mercado, tanto de
consumo interno como externo, usando las tecnologías adecuadas de
proceso y que pueda responder prontamente a los movimientos tecnológicos
inesperados por parte de la competencia y a las oportunidades y amenazas
creadas por el medio ambiente.
Venezuela, al igual que muchos países latinoamericanos, no ha logrado
conocer, desarrollar y aprovechar sus capacidades tecnológicas, notándose
la inexistencia de una política clara y definida en relación con las
investigaciones científicas, complementándose esta situación con una gran
incoherencia del Estado en las pocas actividades realizadas. En relación a la
tecnología, entendiéndose esta como el conjunto de conocimientos para el
diseño, producción y distribución de bienes y servicios, la mano de obra, los
procesos, los productos y la organización (Martínez, 1993: 514), la situación
no resulta ser más halagüeña, su gestión y producción es casi nula, además,
existe una alta desvinculación entre los sectores científico, tecnológico y
productivo.
Díaz (2000: 6) lo refiere así: “...en actividades de investigación y
tecnológicas el mundo desarrollado, ya en 1998, invertía 435 mil millones (96
%), los denominados países en vías de desarrollo invertían 17 mil millones
(3,9 %). En 1998, la brecha se acentúa, los índices en los países
desarrollados se elevan, en tanto que los países tercermundistas llegan a
cifras precarias 3,1 %”.
El Estado venezolano no ha sentado las bases para establecer una
política clara de desarrollo de país, coherente con la situación local, nacional
e internacional, acuerdos que permitan definir la función que deben
desempeñar las instituciones de educación superior en ese desarrollo.
En Venezuela, la creación de los IUTs data de 1971, constituyendo la
cuarta modalidad de instituciones de educación superior. Los objetivos de su
creación se establecen en el Reglamento que los rige, siendo estos:
ETAPA DE INICIO
Toda acción emprendida queda marcada, en forma positiva o negativa,
por los influjos del contexto donde se desarrolla, pudiendo ser estos de orden
político, económico, social, cultural, legal, científico y tecnológico.
El entorno reinante para el momento del nacimiento de los IUTs no era del
todo favorable para la ciencia y la tecnología, entre otras, por las siguientes
razones:
ETAPA EVOLUTIVA
La década de los ochenta puede considerarse como de un despertar para
los IUTs, en lo que a hacer científico y tecnológico se refiere. Aunque estos
avance bien pudieran considerarse algo inconsistente y compulsivos y pesar
de todo lo hostil del proceso científico y tecnológico, algo se ha empezado a
trajinarse, en unas instituciones más que en otras.
Algunas de estas acciones han sido:
EL HOY
La crisis, en todos sus ámbitos, por la cual atraviesa el país pareciera que
ha servido de acicate para que los IUTs nuevamente vuelvan a levantar el
estandarte de la ciencia y la tecnología en sus quehaceres diarios, muestra
de esto lo constituyen las diversas manifestaciones de diseños, innovaciones
y cambios tecnológicos que continuamente se realizan en estas instituciones,
solo que hasta ahora no se les ha dado la real relevancia que estas tienen.
Es necesario vencer el temor y atreverse, difundir información sobre nuestros
potenciales y comenzar a proyectarnos.
Pero a pesar de este rayo esperanzador, algunas debilidades aún se
mantienen, tales como:
La globalización de los económicos y los vertiginosos cambios
tecnológicos estén provocando profundos cambios y provocaciones en las
instituciones públicas y privadas, incluyendo la de tipo educativo. Los
factores políticos, tecnológicos ambientales, financieros, sociales y
económicos, han obligado a un análisis y revisión de la situación de los
IUTs. En la sociedad superior llevándole a mirarse hacia su interior y
mantener actitudes hacia el cambio.
Así, la filosofía del cambio impone necesariamente indagar la situación en la que se encuentra la cultura organizacional de los IUTs. para poder
determinar si realmente se gestiona la tecnología como eje estratégico para
desarrollar armoniosamente sus funciones de docencia, investigación y
extensión.
Dentro de este marco, para entender la cultura organizacional de los
IUTs., es necesario remontarse hasta el principio de los años 80, donde se
elaboraba sobre el compromiso dinámico de todo el personal hacia la
búsqueda de resolver los problemas con mística y capacidad laboral, este
compromiso hacía participe y responsable al trabajador de establecer con su
conducta individual y con ello la sumatoria que determinarían el
comportamiento organizacional global, base sobre la cual se podrá
establecer la cultural organizacional.
La década de los 90 permitió disminuir el enfoque de la cultura basada
sobre el compromiso dinámico debido, entre otros: En primer término las
creencias individuales, grupales y organizacionales se volvieron antagónicas
entre sí, producto de la expansión acelerada y discordante del sector del
IUTs. Sin responder a lineamientos que fundamentan el crecimiento
matricular, la expansión geográfica, la diversificación programática y el
diseño de los perfiles académicos profesional y ocupacional.
En segundo término, las normas rectoras de los valores individuales,
grupales y organizacionales se vieron minimizados por la ausencia de un
modelo organizacional coherente, por cuanto se cambio a los IUTs. como
una organización pública formal de trabajo netamente académico, entendible
como un grupo de individuos que se desempeñan en conjunto bajo una
autoridad con mitos y objetivos que benefician mutuamente a los
estudiantes y a la entidades educativas, con una determinación de las
organizaciones y división del trabajo, establecimiento de una estructura
vertical, relación horizontales de trabajo, división por ante y una marcada
separación o disociación con labor de extensión e investigación, permitiendo
de esta manera un menor desarrollo de actitudes hacia la gestión
tecnológica.
En tercer lugar, la escasa visión gerencial en desarrollar la comunicación
como un proceso que permite trasladar dicha cultura de una generación a
otra. Este trajo como consecuencia una percepción individual y grupal de
asimilar la realidad de los IUTs. y su gestión tecnológica como meros
trabajadores de conocimientos y/o trabajadores de servicios.
En cuarto lugar, se obvio la comunicación como elemento básico para
propiciar el cambio y se utilizó la información reguladora como percepción de la cultura organizacional y como canal técnico de la comunicación.
Y por ultimo, inutilizó el conocimiento, como vehículo propulsor de
alimentación, mejoramiento de trascripción de una generación a otra. Hay
sin embargo la afirmación Wisdow (1998, 3) que señala qué “la cultura
organizacional desarrolla una serie de códigos que alimentan o suprimen
ciertos tipos de conocimientos, que ofrecen a los empleados, estabilidad y
familiaridad” entonces se puede reafirmar que la cultura organizacional se
ejerce a través de la comunicación, se basa en la información, percibibles, y
como punto de importancia, tiene una marcada influencia e interrelación con
el sentido de pertenencia o membresía de la comunidad humana
organizacional.
Al inicio del tercer milenio, podría afirmarse que la inmensa mayoría de los
25 institutos, colegios universitarios, no reflejan una amalgama de corrientes
de conocimientos que hacen que la cultura en cuanto a sus creencias,
valores, normas, conductas y actitudes generen cambios continuos en la
gestión tecnológica.
Al respecto Cornejo (1995 b) señala la necesidad de estructuras cambios,
que sólo los momentos de crisis generan y estos marcan el devenir de
modelos para propiciar cambios, ya que los mismos producen desordenes y
caos en toda la estructura organizacional sino se logra dominar la resistencia
por falta de adaptación al mismo, para ello es imprescindible una sólida
cultura corporativa que implemente entre sus normas de constante
aplicación, la adoptación al cambio como algo que esta en el proceso lógico
y continuo de la organización que se puede adoptar como habitual. En ese
orden de ideas, se cita a Senge (1992) quién afirma, “En la organización no
hay nada más seguro que el constante cambio”.
Finalmente, no hay que olvidar que la cultura corporativa y gestión
tecnológica en los IUTs., se unen en una ecuación que apunta, sin lugar a
duda, al posicionamiento del bien o servicio producido, que será a fin de
cuentas, el que dictamine nuestro comportamiento en el convulsionado
escenario económico actual.
La capacitación del personal es un elemento fundamental para el logro de
los objetivos propuestos de cualquier organización, y cuando se trata de
instituciones donde se prepara y se forma un recurso humano para el
mercado de trabajo, como lo es el caso de los IUTs, la necesidad es más apremiante. Mcgehee y Thayer (1986), consideran que para el desarrollo de
cualquier país, y ante la rápida evolución tecnológica, resulta apremiante dar
al tema de capacitación de los recursos humanos un carácter prioritario. La
esencia de la capacitación radica en que constituye el medio para desarrollar
en el personal los conocimientos, las habilidades, las destrezas y las
actitudes, es decir, el aprendizaje.
La Universidad Autónoma de México (UNAM), (1984), sostiene que el
aprendizaje tecnológico es un proceso a través del cual una unidad
productora adquiere capacidad (habilidad y conocimientos técnicos) para
manejar la tecnología e implementar cambios tecnológicos. En tanto que
Avalo (1985), lo define como el proceso mediante el cual una empresa
adquiere, a través de sus trabajadores, la capacidad, habilidades y
conocimientos técnicos. Es decir, por medio del aprendizaje el individuo o la
empresa adquiere capacidades, conocimientos y habilidades para manejar la
tecnología.
En lo que respecta a la Asimilación tecnológica, el Pacto Andino en su
acuerdo de Cartagena (1987), la describe como un proceso por el cual se
alcanza una comprensión cabal de una tecnología que permita, además de
su utilización en las actividades productivas, su reproducción, adaptación,
mejoramiento, aplicación a nuevas áreas o problemas, su explicación y
transmisión cabal o terceros; y el llevar a cabo desarrollos propios a partir de
la capacidad adquirida.
De la conjunción de ambos conceptos puede inferirse que la asimilación
se relaciona con la adquisición de capacidades intermedias o mayores que
pueden conducir a la instrumentación de cambio tecnológico. Por su parte el
aprendizaje, se refiere al conocimiento que se va adquiriendo con la
experiencia de repetir los pasos de una tecnología una y otra vez, aprender
haciendo, y que la acumulación de este aprendizaje puede generar
capacidad tecnológica interna de cierta importancia.
De lo anteriormente referido se deduce que el aprendizaje y la asimilación
tecnológica son elementos básicos en la adquisición y desarrollo de
capacidades tecnológicas y por ende del cambio tecnológico, lo cual traduce
que el país que no se tome en consideración el fenómeno tecnológico interno
estará perdiendo un caudal inmenso de conocimientos, más aún en el caso
de los países que no cuentan con un stock de recursos científicos y
tecnológicos de producción propia, lo que implica que estarían condenados a
una dependencia tecnológica per sé.
Adler y Shenhar en su artículo “El reto organizacional adaptando sus
bases tecnológicas”, menciona que debe realizarse una evaluación de las
principales dimensiones de la base tecnológica de la organización, es decir,
sus activos tecnológicos, organizacionales, activos extremos y se proyectan y
definen por activos tecnológicos a aquellas que abarcan el conjunto de
capacidades reproducibles en productos, procesos y áreas de apoyos. Los
activos organizacionales son aquellos que incluyen los recursos que
permiten a las empresas desarrollar y desplazar activos tecnológicos y los
activos externos, como aquellos que están referidos al conjunto de relaciones
que la empresa establece con los actuales y potenciales aliados, rivales,
suplidores, clientes, actores políticos y comunidades locales. En tanto los
proyectos se refieren a los medios para transformar los activos tecnológicos,
organizacionales y externos.
Gestionar el desarrollo tecnológico en base a los criterios establecidos por
Adler y Shenar exige en el caso de los IUTs., concentra esfuerzos en el área
técnica -productiva debido a toda una serie de mecanismos institucionales
que imposibilitan su productividad misma. Existe en la actualidad toda una
serie de normas, procedimientos y pasos metodológicos instrumentados por
el Vice-Ministerio de Educación Superior para la Investigación y Desarrollo
del Producto Tecnológico.
En la práctica, la alta gerencia somete a consideración del consejo
directivo de la institución el nombramiento de los jefes de investigación,
extensión y producción para cubrir las vacantes respectivas y luego se
“exige” un plan anual que contenga, entre otros, descripción del proyecto,
recursos humanos, financieros y otros. Pero, luego se niegan los recursos
financieros para su ejecución, razonando compromisos contractuales.
En síntesis, el desarrollo tecnológico e investigación en los IUTs. puede
mantenerse como utopía o convertirse en realidad, es necesario que el
estado asuma un papel activo más no cómplice para fijar los objetivos y
prioridades, la asignación de recursos políticos y la formación de la inversión
en ciencia y tecnológica y en la implementación de mecanismos e
instrumentos de políticas científicas y tecnológicas.
En tal sentido, debe fortalecer la mayor cantidad de vinculaciones estables
y de largo plazo entre actores productivos, tecnológicos, científicos, sociales
y quienes adoptan las decisiones políticas (García, 1994: 1), abordar el
problema de la formulación de político donde una perspectiva realista, donde se asume el rol de las relaciones de poder, de los modos en que este se
ejerce, de los conflictos de intereses y de la diversidad e incompatibilidad de
los valores, en una sociedad heterogénea y desigual; además, represar los
políticos públicos en función de cómo el mundo de la ciencia y tecnología
realmente funciona y la nueva dinámica de interacción mundial (Alvarez,
1992).
Como se ha analizado, la gestión tecnológica en la IUTs, constituye un
pilar fundamental en los valores que sustentan la misión universitaria, muy
especialmente en estos tiempos de turbulencia y crisis económica del país.
Se trata entonces, de incorporar un nuevo lenguaje: “Gestionar” con
niveles de calidad, productividad y competitividad para asumir los nuevos
retos y realidades presentes.
Estas consideraciones, conllevan a visualizar los ITUs como instituciones
tecnoproductivas y no como meras instituciones netamente académicas;
creadas para formar técnicas superiores universitarias.
Es necesario repensar la gestión tecnológica en los IUT ¿Cómo abordar?
¿Cómo comenzar?
Surge la imperiosa verdad de la formulación de un modelo de gestión
fundamentado en la práctica de la participación, teniendo como base un
sistema decisional amplio, democrático y pluralista para lograr cambiar los
esquemas del pasado.
A la luz de estas exigencias resulta indispensable complementar la acción
tecnológica con elementos claves como: La educación, tecnología, cambios
tecnológicos e innovación y pertinencia social, para alcanzar productividad
entre todos los entes involucrados en el proceso.
La tarea no es fácil y requiere de la conjunción de la voluntad de todos,
con nuevos estrategias se conformará el escenario de efectos
multiplicadores para comenzar la gestión auto sostenida en los I.U.T.s.
La presente investigación puede definirse formalmente como documental, su objetivo está centrado en revisiones críticas del estado de conocimiento en los cuales se ubicó la temática: Reflexionado sobre su integración, organización y evolución de la información teórico existente en el entorno educativo (IUTs). Focalizando el progreso de la investigación actual y posibles vías para su solución. El método desarrollado será transaccional o trasversal, en virtud de ser estudiado en una sola oportunidad. Para desarrollar el artículo en cuestión será necesario apoyarse, principalmente, en trabajos previos, informaciones y datos divulgados por medios impresos (Journales, Textos Clásicos y Best Sellers) y electrónicos (Internet). La originalidad se reflejará en el enfoque presentado, criterios epistemológicos, conceptualizaciones, reflexiones, conclusiones pendientes y, en general, en el pensamiento de los autores.
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