Luz Maritza Reyes*
Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela
luzmaritzareyez@hotmail.com
Diego Muñoz Cabas**
diego_smc77@hotmail.com
Francis Rietveldt ***
Universidad Rafael Belloso Chacín
rietfra@yahoo.es
La ética gerencial se presenta como un conjunto de fuerzas que buscan la convivencia digna, el bienestar sustentado en valores, competencias madurez gerencial, dentro de una práctica que impacta las estructuras académicas así como las administrativas en términos de responsabilidad social y calidad del servicio educativo. El objetivo de este estudio se centra en analizar la ética gerencial para derivar indicadores de comportamiento propios de la educación médica en la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia. La metodología se ubica en el paradigma interpretativo, que permitió la indagación, reflexión y construcción teórica. Los informantes son cinco coordinadores de las Secciones y 24 estudiantes avanzados. A quienes se les aplicaron entrevistas estructuradas. Como resultados se derivaron los indicadores de comportamiento de la ética gerencial a partir de hábitos de comportamientos, rasgos personales y valores. A manera de reflexión, se expresa que la ética gerencial en la educación médica, se fundamenta en el plan de desarrollo económico y social de la Nación: Simón Bolívar (2007-2013) que declara integrar la investigación y la asistencia para intervenir problemas y riesgos de salud en las áreas de influencia comunitaria, contribuyendo a la articulación de las funciones universitarias docencia, investigación, extensión y servicio.
Palabras clave: ética, gerencia, educación, médica, rasgos, valores.
Ethics management is presented as a set of forces that seek to live together in dignity and prosperity based on shared values, management skills and maturity within a practice that affects the academic and administrative structures in terms of social responsibility and quality of education. The aim of this study focuses on analyzing the ethical management to derive performance indicators specific to medical education in the Faculty of Medicine, University of Zulia. The methodology is located in the interpretive paradigm, which led the inquiry, reflection and theoretical construction. Informants were five coordinators of the sections and 24 advanced students. The information collection techniques were interviews for coordinators and students. Results were derived as indicators of ethical behavior from managerial behavior, personal traits and values. A way of thinking, states that the management ethics in medical education is based on the plan for economic and social development of the Nation (2007-2013) “Simon Bolívar” states that integrate research and assistance for problems and risks involved health catchment areas, community, contributing to the articulation of the university teaching duties, research, extension and service.
Key words: ethics, management, medical education, characteristics, values
La educación médica en Latino América, asume con clara conciencia la función
de servicio, dentro de un compromiso ético y académico en la construcción de
conocimiento, formación de profesionales, como respuesta a la comunidad y a las
políticas que rigen los establecimientos de salud, en una época caracterizada por
las demandas de corresponsabilidad y contraloría social.
En este contexto, se privilegia la integración de la capacidad cognitiva y ética,
rasgos fundamentales para articular la función de docencia, investigación y
extensión, bajo el principio de libertad de cátedra e imperativo ético, en respuesta a
los problemas como a riesgos de salud. Es de hacer notar que la ética aplicada se
divide de manera teórica en: ética médica, de la empresa, ambiental, sexual y
social.
En tal sentido, la educación médica desde la perspectiva de la ética, se ha
desarrollado bajo la anuencia del estado, con presupuestos cada vez más
insuficientes, y una creciente demanda matricular que ha afectado el rendimiento y
la calidad de servicio, generando presiones en la rendición de cuentas sociales. Por
otra parte, el sector laboral universitario, entre los cuales se encuentran los
profesionales de salud, vieron en la academia una atractiva opción laboral
caracterizada según por estabilidad laboral y beneficios socio económicos y
gremiales, haciendo de la docencia una segunda profesión que le exige el manejo
de herramientas académicas para encarar los dilemas éticos de la educación
superior.
Ahora bien, las tendencias actuales de formación en salud integran las
demandas profesionales, comunitarias y organizacionales, a través de la ética
aplicada que consiste en el análisis de situaciones morales que comprometen la
gerencia, y el servicio médico.
Esta visión de ética aplicada puede ser explicada con mayor amplitud en los
planteamientos de Pedraza Muriel (2001:2)
“Es indispensable que los estudiantes aprendan los principios, los valores y la filosofía que impregnan el ejercicio de la profesión en una sociedad y época histórica determinadas. Este tipo de formación, no simplemente científica, técnica o clínica sino de base cultural, genuinamente universitaria, debe ser a nuestro juicio preservada a toda costa, no sólo porque vincula a los médicos a las corrientes del pensamiento dominantes en su tiempo, sino, porque confiere a la formación un fondo de idealismo, que bien comprendido, puede llevar a los estudiantes y futuros médicos a combatir las plagas del mercantilismo, el relativismo ético y la decadencia moral que afectan a nuestra sociedad”.
Lo antes expuesto, le asigna vigencia a la ética gerencial, que va más allá del
eficientísimo y optimización del tiempo, modelando la academia como un proceso
implicante en el saber y la práctica médica, influenciada por variables de índole
social, cultural, científica e histórica. De tal forma, que el talento humano en la
educación médica, supera la suma de los conocimientos de la práctica ética y
compromete la comprensión así como la compasión como valores subyacentes de
la profesión.
De tal manera, que exige de la gerencia de la educación médica sentido ético y
estético, fundamentada en valores que centren la condición humana de la educación
y la pertinencia social del servicio en salud. En consecuencia, esta encuentra en la
práctica ética el juicio que gobierna la acción curricular (competencias y valores
profesionales) y organizacional (académicos-administrativos) que subyacen en el
ejercicio medico y en las políticas educativas del nivel.
Lo planteado, compromete el rescate de la practica ética, la disposición al
servicio, la flexibilidad académica como la adaptabilidad de los estudiantes a
escenarios divergentes, que requieren fomentar el aprendizaje basado en
evidencias, autoaprendizaje y la participación activa del estudiante en las áreas de
influencia comunitaria. Así mismo, se declara la integración de la formación
profesional y ciudadana para alcanzar el perfil establecido en las políticas de
acreditación, que certifican las competencias científicas, tecnológicas y sociales de
los profesionales de salud.
Se puede señalar, que estos desafíos que enfrentan las instituciones formadoras
de estos profesionales, introducen cambios reales y sustantivos a la ética gerencial,
Al respecto, Gutiérrez y Posada (2004), que la ética gerencial responden a
principios éticos que subyacen en el beneficio social, la honestidad, confianza,
libertad y equidad.
En este contexto, el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación “Simón
Bolívar” (2007-2013) plantea que la integración de la investigación y la asistencia
permiten intervenir los problemas y riesgos de salud en las áreas de influencia
comunitaria. Esto exige conformar alianzas estratégicas con los diferentes sectores
de la comunidad organizada, dentro de un liderazgo académico que favorezca lo
moral, la prevención de la enfermedad, promoción de la salud y práctica del
autocuidado.
Tal es el caso, de la responsabilidad social asumida por la Facultad de Medicina
de la Universidad del Zulia, a través de la División de Educación Médica, cuya intención busca dar continuidad al servicio clínico y comunitario en respuesta a la
filosofía moral, superando modelos de gerencia, que aíslan el saber científico del
saber practico y la intervención en el servicio.
Lo antes expuesto, se ajusta al propósito de esta investigación el cual está
dirigido analizar la práctica ética en la gerencia de la educación médica para captar
su significado y derivar indicadores de comportamiento que la expliquen.
En un marco ético, la gerencia se presenta como un conjunto de fuerzas que
actúan de forma racional, continua, sistemática y socializada, de manera que cada
persona desde su escenario de actuación, contribuya al logro de objetivos y metas
organizacionales, consciente que la aplicación de los principios éticos comprometen
la reflexión sobre la calidad del servicio asistencial que subyace en la ética aplicada.
En este orden, Santana (2000) inscribe la ética en una noción de desarrollo
científico-tecnológico y humano, dentro de una visión integrada de valores,
capacidades y madurez gerencial.
En un contexto de formación en salud, Venturelli (2007) integra la ética a la
práctica gerencial reordenando sus estructuras académicas-administrativas, esto es
transferible para explicar los cambios introducidos en las Políticas del Sistema
Público Nacional de Salud, lo cual modifica significativamente los valores
profesionales tradicionales e introduce tal como lo plantea Piñeiro (2008), tres
principios fundamentales en la formación médica: el bienestar de los pacientes
como prioridad, la autonomía y la justicia social, que se modelan en la formación
académica y en espacios de servicio.
El primer principio, (beneficiencia) hace referencia a la obligación moral de
actuar a favor de los pacientes como beneficiarios directos, impone la convicción de
ayudar a otros y a promover sus intereses legítimos (familia), por lo tanto,
representa el eje central de la formación médica.
El segundo se manifiesta cuando el estudiante en su escenario profesional,
siente autoconfianza y seguridad en el recorrido que transita en el proceso de
formación. Se presenta como la capacidad para desenvolverse y tomar decisiones
por sí mismo, lo cual implica altas posibilidades de construcción respaldadas en la
operatividad de los procesos, seguridad en la como en la confiabilidad en la
aplicación del conocimiento. Contempla igualmente, el respeto por la autonomía del
individuo, sustentado en la capacidad de las personas para su autodeterminación en
relación con las posibilidades de que disponen.
En cuanto al tercer representa la justicia social, entendida como la actitud de
reconocer los meritos individuales y grupales alcanzados a través del esfuerzo
colectivo, garantizando la igualdad de oportunidades y posibilidades, lo que implica
reconocer la individualidad de los miembros de la comunidad y demostrar la no
discriminación hacia otros. De igual manera, los compromisos institucionales que asume la educación médica como formadora del talento humano en salud, atiende
la relación médico-paciente, calidad asistencial, aplicación del conocimiento
científico y responsabilidad social profesional.
De tal manera, que estos principios responden a criterios morales, que implican
contraloría social, congruencia entre la oferta y la demanda de formación, y la
corresponsabilidad con equidad e igualdad de oportunidades asistenciales para el
bien colectivo.
En este orden, el Plan de Desarrollo Estratégico y de Transformación de la
Universidad del Zulia (2003), propone la actuación ética con apego a principios
morales que buscan el bien común. Lo anterior supone el respeto al individuo en un
marco de ética personal que se concreta en la práctica y en las estrategias de
formación aplicadas. De tal forma que hablar de la educación médica implica
suscribirse a un contexto de sociedad del conocimiento, de corte ético-socialhumano
y democrático.
La ética gerencial, según Rey y Santa María (2000, p. 53) incluye tres
componentes fundamentales: contexto académico-salud, sensibilización en la
formación y socialización, que al trasladarlos a la educación médica explican las
tendencias actuales de la práctica ética en la gerencia.
El contexto académico-salud, se constituye en un espacio de interrelaciones
influenciado por la diversidad social, científica y cognitiva presente en los escenarios
diversos del ejercicio profesional, lo que hace compleja la gerencia de la educación
médica. Esto exige flexibilizar el currículo para elevar el nivel de adaptabilidad de los
estudiantes a situaciones complejas.
Asimismo, la sensibilización en la formación permite apertura e intercambio
centrada en la condición humana, al tiempo que favorece la corresponsabilidad
entre los actores sociales, educativos y asistenciales. Por último, la socialización se
presenta como un proceso de relación entre estudiantes, docentes, investigadores,
comunidad y beneficiarios de salud. Al respecto, Gil (2002) considera que un
conjunto de experiencias bajo criterios de responsabilidad social y ciudadanía,
ampliando los espacios de gestión, construcción e intervención de los problemas, lo
que fomenta la comprensión y la compasión como valores éticos en las ciencias de
la salud.
La ética gerencial asume vigencia en las organizaciones, al tiempo que se
afianza la condición humana, que según Guédez (2006), procede de las
convicciones y las decisiones ante los dilemas no previstos, es decir, a todo lo que
no viene desde fuera sino lo implícito en la conciencia. Los esfuerzos colectivos
contribuyen entonces, a la creación de una conciencia ética centrada en la integralidad como forma de legitimar logros en las organizaciones y en la práctica de
vida. La ética gerencial en la educación médica, se explica en este estudio a partir
de la ética personal, la práctica ética, la contraloría social y la responsabilidad
corporativa, presentados a continuación: (ver Gráfico 1).
Por otra parte, la ética personal busca la convivencia digna y el bienestar,
sustentado en el respeto a sí mismo y hacia los demás, dentro de unas normas de
convivencia que determinan lo adecuado e inadecuado y lo justo e injusto en la
formación en salud. El sentido ético de la persona es delimitado puesto que a sus
semejantes y la sensibilidad social; aquí, las personas de mayores éxitos son
aquellas con una ética que impacta a la organización.
Estos criterios transferibles a la educación médica según Gutiérrez y Posada
(2004) favorecen el desarrollo de la corresponsabilidad, a través de la participación
de los servicios de salud, universidad y comunidad. Por tanto, el ámbito personal de
la ética asume la condición de sustancia individual, naturaleza racional, humana y
socializadora, donde la persona se presenta como sujeto y objeto de la gerencia, lo
cual implica un proceso de apertura de ideas para la unificación de acuerdo y toma
de decisiones.
Partiendo de esta premisa, se puede inferir que la ética personal en la educación
médica asume dos caracteres: subsistencia e independencia. El primero representa
el apego a asumir un compromiso colectivo, de manera que la persona será lo que
hace o deja de hacer en su formación o en el servicio. El segundo, representa la
capacidad para asumir situaciones y tomar decisiones en atención a una escala
valorativa, por tanto, la actuación personal impacta la ética gerencial en la
educación médica.
Por otra parte, la práctica ética en la educación médica representa valores,
creencias, sentido de finalidad y principios morales, que pierden sentido si no se
interpreta dentro de una intención de servicio. Gento (2000) señala, la práctica ética
se vincula con valores, roles y estrategias que coexisten en la responsabilidad éticomoral.
En el caso de las ciencias de la salud, lo ético-moral adquiere valor al
fundamentarla en el bienestar del ser humano y su entorno.
En otro orden de idea, se presenta a la contraloría social como proceso centrado
en el manejo eficaz y efectivo de las políticas, programas y proyectos académicos y
de investigación, que implican la rendición de cuentas, es decir lo logrado y aquello
que presenta resistencia. La contraloría social así entendida, tiene un carácter
corporativo y racional que según Carneiro (2004) debe ser sistematizada a través de
la planificación, contabilidad y consulta, reflejada en la responsabilidad social,
convivencia y ciudadanía. De hecho, compromete la formación del talento humano y
la prestación de servicios mediante acciones comunitarias.
Finalmente, la responsabilidad corporativa se deriva de la responsabilidad social,
definida por Guédez (2006) como la capacidad de respuesta social derivada de la
actuación de los miembros, socialmente responsables. En la educación médica, constituye un valor que subyace en la ética gerencial asumiendo en su estructura la
visión y misión que según Carneiro (2004) representan una obligación ética y moral
institucionalizada en la política de gestión.
En esta perspectiva ética, se introducen indicadores que modifican la respuesta
al servicio asistencial y académico, a través del comportamiento de los actores de la
red académica que compromete las diferentes secciones que integran la División de
Educación Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia. Entre
estas, evaluación de salud mental, capacitación y desarrollo docente, planificación
curricular, orientación e investigación educativa. Esta red se direcciona a través de
un conjunto de principios que sirven de hilos conductores de la filosofía del servicio
de salud y la academia. Entre estos globalización, interdisciplinariedad,
corresponsabilidad e intersectorialidad.
Bajo este contexto, la representación de la estructura y los indicadores de
comportamiento antes señalados, forman parte de los insumos obtenidos en el
transcurso de investigación, adquiridos directamente de procesos observacionales y
la participación directa de la comunidad académica de la División, quienes fueron
copartícipes en el diseño y explicación de esta estructura de la ética gerencial en la
educación médica.
Construir el conocimiento sobre la ética gerencial, implica atender la naturaleza
socio-cultural y científica de la educación médica, la cual se inscribe en un contexto
académico y de servicio, donde subyacen intereses y valores propios de la práctica
médica, es decir, se requiere interpretar el escenario académico en un tiempo y
espacio determinado. El paradigma de investigación fue cualitativo, el cual permitió
extraer insumos de decisiones a partir de observaciones mediante entrevistas. El
nivel de investigación se ubicó en el comprensivo, los informantes estuvieron
representados por cinco coordinadores y veinticuatro estudiantes avanzados de la
Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia.
Se aplicó la técnica de entrevista a estudiantes y coordinadores y el análisis de
contenido a los instrumentos institucionales que fundamentan la tendencia de la
ética gerencial en la educación médica. Esto sistematizó la información a través de
una matriz de análisis, que incluyó pregunta, descripción, interpretación y
conclusiones. Esta metódica permitió derivar los indicadores de comportamiento que
subyacen en la ética gerencial de la educación médica.
La entrevista realizada a los estudiantes sobre la ética gerencial en la División
de Educación Médica, develó poco acceso a esta dependencia, lo que implica
desconocimiento de sus funciones y beneficios. Igualmente, los productos
académicos generados en la red de la División de Educación Médica, no son
utilizados por los estudiantes, aún cuando mantienen la intención académica.
Asimismo no hay representación estudiantil en las decisiones tomadas en su
Consejo Técnico. Con respecto a la sección de Orientación, atiende a los
estudiantes remitidos por los profesores. En la información recogida de los
coordinadores, se encontró que la ética es explicada a partir de rasgos personales,
hábitos de comportamientos y valores.
Los indicadores de la ética gerencial se fundamentan en una concepción
humanística y constituyen un referente teórico, que compromete la ética personal, la
practica ética, la contraloría social y la responsabilidad corporativa, estos explican
los rasgos personales, hábitos de comportamiento y valores, por tanto, son
planificables y susceptibles de control y seguimiento. Asimismo, estos son
representativos de la red académica y las secciones que la conforman. Lo anterior
argumenta, la fundamentación de la ética gerencial a partir de los principios que
direccionan las nuevas tendencias de la educación médica: entre estos:
globalización, interdisciplinariedad, corresponsabilidad e intersectorialidad.
La globalización, exige un mayor grado de integración e interdependencia dentro
de la red, facilitando los procesos académicos, asistenciales, científicos y comunitarios (Fernández, 2007). La interdisciplinariedad, busca elevar las relaciones
internas entre los diferentes actores de la red, con proyección a otras Facultades y
sus pares, atendiendo a las demandas académicas, lo cual crea condiciones para
centrar la formación profesional en las áreas prioritarias de salud.
Igualmente se incluye, la intersectorialidad, con la cual se crean espacios para la
cohesión de los actores responsables y beneficiarios, en un contexto de ética
gerencial que comprometa la universidad, los servicios de salud y la comunidad. En
esto convergen las demandas de gestión corresponsables para el desarrollo de
proyectos académicos y de investigación, soportados en el aprendizaje, indagación
e intervención, estos permiten a la universidad cumplir su responsabilidad social y
ciudadana. Por último, la corresponsabilidad armoniza y legitima la contraloría
social, tomando como estándar el cumplimiento ciudadano de cada una de estas
instancias.
Estos principios crean condiciones para la transformación en la educación
médica, asociando ésta con la ética gerencial donde el potencial humano
representado por profesores, coordinadores y estudiantes, es considerado eje
central de las acciones institucionales.
La naturaleza académica de la educación médica, se enmarca en un enfoque
humano de ética gerencial que responde a una gestión integrada de lo académico y
asistencial. Por ello, los indicadores que se proponen, se extraen de la realidad
social e institucional partiendo de la intención de la educación médica: Crear
condiciones para la formación profesional del talento humano en salud. Tal como se
presentan, los indicadores de ética gerencial responden a hábitos de
comportamiento, rasgos personales y valores extraídos dentro de un marco
empírico-teórico y contextual.
Los hábitos de comportamiento que fundamentan la ética gerencial de la
División de Educación Médica son: planificar constantemente, esforzarse por
alcanzar logros, distribuir las personas, controlar los detalles, motivar a los
colaboradores, autoconfianza, creatividad y visión integrativa. Entre los rasgos
personales representativos de la ética gerencial se encuentran: autenticidad, poder
de convicción, poder estimulante, empatía, autoridad profesional, apoyo moral en la
acción y comunicación abierta. Igualmente, los valores modelados son: integridad
personal, cooperación solidaria, madurez, amplitud de mirada, generosidad,
responsabilidad, sinceridad y congruencia (Ver cuadro 1).
En atención a los hallazgos obtenidos sobre la ética gerencial en la educación
médica, se presentan las siguientes reflexiones:
* La educación médica en un marco de ética gerencial, se explica a partir de la
ética personal, la práctica ética, la contraloría social y la responsabilidad corporativa,
esto soporta los valores de comprensión y compasión que subyacen en la práctica
médica.
* Las instituciones formadoras del talento humano en salud, responden a
principios de corresponsabilidad e intersectorialidad, estos articulan la triada:
universidad, comunidad y servicios de salud.
* La ética gerencial en la educación médica, se fundamenta en el Plan de
Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013 “ Proyecto Simón Bolívar”
(2007) que declara integrar la investigación y la asistencia para intervenir problemas
y riesgos de salud en las áreas de influencia comunitaria. Esto contribuye a la
articulación de las funciones universitarias docencia, investigación, extensión y
servicio.
* La red académica de la Educación médica presenta una tendencia de
corresponsabilidad ciudadana, apoyada en valores personales, rasgos profesionales
y hábitos de comportamiento representativos del ejercicio profesional.
* Los rasgos personales que demandan los coordinadores de la División de
Educación Médica se centran en la autenticidad, el poder estimulante, el apoyo
moral a la acción y la comunicación abierta. *Los hábitos de comportamiento que
prevalecen en los coordinadores son: planificar oportunamente, esforzarse por
alcanzar los objetivos, controlar los detalles y motivar los colaboradores, estos
soportan técnicamente la gestión académica. En los valores requeridos por los
coordinadores se encuentran: la integridad personal, la amplitud de mirada, la responsabilidad, la sinceridad y la congruencia entre el discurso, el pensamiento y la
acción.
* Los principios que fundamentan los indicadores de ética gerencial en la
educación médica son: globalización, interdisciplinariedad, intersectorialidad y
corresponsabilidad, estos se integran atendiendo a las tendencias actuales que
comprometen el contexto, la sensibilización y la socialización.
En conclusión, las tendencias actuales de la educación médica, exigen de una
acción académica que responda a demandas sociales, políticas, culturales y de
salud.
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LUZ MARITZA REYES: Profesora Titular de la Facultad de Medicina de la Universidad del
Zulia. Doctora en Ciencias Mención Investigación. Coordinadora Académica de la Red de
Investigación Estudiantil de la Universidad del Zulia REDIELUZ. Vicerrectorado Académico
de LUZ. Coordinadora de la Sección de Investigación Educativa, División de Educación
Médica. Facultad de Medicina. Investigadora activa adscrita al Consejo de Desarrollo
Científico, Humanístico y Tecnológico de la Universidad del Zulia CONDES. Adscrita al PPI.
Correo electrónico: luzmaritzareyez@hotmail.com
DIEGO MUÑOS CABAS: Coordinador Estudiantil de la Red de Investigación Estudiantil de
la Universidad del Zulia REDIELUZ, Vicerrectorado Académico de LUZ. Investigador activo
adscrito al Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico de la Universidad del
Zulia CONDES. Correo electrónico: diego_smc77@hotmail.com
FRANCIS RIETVELDT DE ARTEAGA: Doctora en Ciencias de la Educación Profesora
adscrita al Programa Doctoral Ciencias de la Educación, Universidad Rafael Belloso Chacín.
Miembro del comité académico. Profesora Jubilada del IUTC. Investigadora activa PPI.
Correo electrónico: rietfra@yahoo.es