INTELIGENCIA ÉTICA Y EFICIENCIA DEL MERCADO DE VALORES: UN MECANISMO DE CRECIMIENTO EMPRESARIAL

Ethics and intelligence market efficiency: a mechanism for business growth


Recibido: 10/04/2012   Revisado: 23/05/2012   Aceptado: 20/06/2012

Nava, Diamela
Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, Venezuela
nava-diamela@hotmail.com


García, José
Banco de Venezuela, Venezuela
jjmgarcia@hotmail.com



RESUMEN


La presente investigación tiene como finalidad analizar la inteligencia ética y eficiencia del mercado de valores como mecanismo de crecimiento empresarial. Asimismo, tomando como referencia las teorías de De la Cuesta y Valor (2004), García (2011), Gómez (2006), Etkin (1996), Grandgerard (2000), Martin (2004), Reyes (2002), Seijo, y otros (2009), Thompson (2008), entre otros. Por su parte, la inteligencia ética en las organizaciones como la habilidad de proyectar todas las competencias no solo para satisfacer las necesidades básicas sociales de las personas y de la organización, sino también a la creación de un nuevo compromiso social fundado en principios y valores éticos, en combinación con la eficiencia del mercado de valores como mecanismo de crecimiento empresarial en búsqueda de la evolución del mercado empresarial venezolano. Asimismo, la eficiencia juega un papel fundamental al momento de decidir en invertir en un sector productivo específico. Por su parte, la inteligencia ética es un mecanismo mental que se encarga de construir los preconceptos estructurales y las reglas del juego con que un individuo aborda la realidad. En este sentido, el mercado de valores representa una de las alternativas de inversión en la economía venezolana, empresas y estado emiten bonos y acciones que pueden ser aprovechados por los inversionistas, utilizando estos como instrumento para apalancar sus operaciones a menor costo, y mayor beneficio, con el objetivo de que cada inversor utilice dentro de su organización la eficiencia del mercado de valores para mejorar el crecimiento empresarial. En virtud de ello, esta investigación se desarrolló bajo una metodología descriptiva, cuantitativa, no experimental, utilizando un enfoque interpretativo.

Palabras clave: Inteligencia ética, Eficiencia, Mercado de valores, Crecimiento empresarial.


ABSTRACT


The present investigation is to analyze the ethical intelligence and efficiency of the stock market as a mechanism for business growth. Similarly, with reference to the theories of De la Cuesta and Valor (2004), García (2011), Gómez (2006), Etkin (1996), Grandgerard (2000), Martin (2004), Reyes (2002), Seijo, et al (2009), Thompson (2008), among others. Meanwhile, intelligence ethics in organizations such as the ability to project all powers not only to meet basic social needs of individuals and the organization but also the creation of a new social compromise based on ethical principles and values, combined with the efficiency of the stock market as a mechanism for business growth in pursuit of Venezuelan business market developments. Likewise, the efficiency plays a key role in deciding to invest in a specific production sector. For its part, the ethical intelligence is a mental mechanism that is responsible for building the structural preconceptions and rules of the game with an individual approach reality. In this sense, the stock market is one of the investment alternatives in the Venezuelan economy, businesses and state issue bonds and shares that can be used by investors, using these as a tool to leverage their operations to low cost, and profit, with the goal of every investor use within your organization efficiency of the stock market to improve business growth. Under this, the research methodology was developed under a descriptive, quantitative, non-experimental, using an interpretative approach.

Key words: Intelligence ethics, Efficiency, Securities, Corporate growth.


INTRODUCCIÓN


En los últimos tiempos el mundo empresarial se ha enfrentado a distintas y aceleradas transformaciones económicas, donde las empresas se encuentran en la búsqueda de mecanismos que les permitan mantenerse competitivamente en el tiempo. En este sentido, el mercado de valores se ha convertido en un mecanismo importante en los sistemas financieros de las empresas con el propósito de poner en contacto la oferta y la demanda de títulos. Sin embargo, la intermediación de valores tiene como objetivo fundamental financiar o capitalizar a las organizaciones con el fin de ofrecer a los inversionistas una expectativa de ganancia patrimonial para su operación o proyectos de expansión.

En el caso del sector privado, financia sus inversiones y crecimiento a mediano y largo plazo así como también el sector público accede a recursos para cubrir ciertas necesidades de financiamiento del gobierno central, municipal, o entes estatales, hoy en día un país difícilmente puede mantener las tasas de inversión crecientes, como desarrollo económico sostenido, si no cuenta con un mercado de valores con amplia participación. De este modo, de acuerdo a lo anteriormente expresado tanto el sector privado y público, trabajan continuamente en la conformación de leyes, normas; teniendo en cuenta las formas de perfeccionamiento del mercado de valores que permitan su crecimiento, transparencia y seguridad.


1. INTELIGENCIA ÉTICA: BASE FUNDAMENTAL PARA LA EFICIENCIA DEL CRECIMIENTO EMPRESARIAL


La importancia que tiene hoy en día la inteligencia ética en las organizaciones constituye un análisis y discusión frecuente debido al progreso de la ciencia y tecnología, los cambios acerca del significado de libertad, justicia, los problemas de bioética, de derechos humanos, la ecología, entre otros, en este sentido; la inteligencia ética contribuye a construir organizaciones de éxito, en virtud que agrega valor al trabajo, haciendo que los participantes durante su desempeño no solo utilicen sus capacidades técnicas sino también actitudes o conductas éticamente sanas para mejorar el funcionamiento, en cuanto a la eficiencia del crecimiento empresarial.

En este sentido, Etkin (1996) plantea que las organizaciones permiten proyectar todas las competencias no solo para satisfacer las necesidades básicas sociales de las personas, y de la organización sino también a la creación de un nuevo compromiso social fundado en principios y valores éticos, que integra la responsabilidad social en un proyecto de vida compartida y valiosa, para construir su posibilidad de futuro, además considerar la calidad de vida de la organización.

Dentro de este marco de ideas, la inteligencia ética como una disciplina filosófica definida en principios directivos para orientar a las personas en la concepción de la vida, el hombre, la moral, los juicios o hechos, reflexionando de forma sistemática y metódica sobre el sentido de validez y licitud de los actos humanos y sociales. Por su parte, según Seijo y otros (2009), la inteligencia ética es de vital importancia para el funcionamiento de una organización basada en principios directivos propios, que conlleva a orientar hacia la conducta deseada por sus miembros con una visión sistemática de vida que puede impulsarla hacia el éxito.

A este respecto, Martin (2004) establece que la inteligencia ética es habilitada por la imaginación moral, la cual es capaz de crear posibilidades inéditas de actuación orientada a la integración a través de la congruencia de las conductas humanas. Por su parte, en el ámbito de las organizaciones, implica replantear su plataforma ética, con el propósito fundamental de establecer nuevos parámetros que permitan la participación activa de todos sus miembros, mediante las relaciones estrechas con los sectores productivos, educativos, culturales y de la sociedad civil, y el establecimiento de redes para el aprendizaje ético en las organizaciones.

Asimismo, los problemas que discute la ética se nutren de los conflictos morales reales vividos por los actores que integran en las organizaciones donde existe un proceso implícito y explícito de ajustes entre ideas y creencias en lo cual es parte constitutiva de la dinámica de las mismas. Sin embargo, los desafíos que plantea el desarrollo de la inteligencia ética, incorpora un cambio significativo en las relaciones, transformaciones en el liderazgo, nuevos programas de formación ética para fortalecer a los empleados que interactúan en las organizaciones.

Al respecto, las tareas de construcción de eticidad organizacional tiene como papel fundamental un comportamiento basado en la coherencia ética de las acciones y relaciones con los diversos agentes morales en las organizaciones; contribuyendo a la construcción de una ciudadanía social de futuro que internalice la necesidad por la preservación de la vida en el plano biopsicosocial; es decir, una búsqueda para establecer un equilibrio entre lo económico, social, cultural y ambiental, donde permita construir condiciones de un espacio vital permitiendo una convivencia en las futuras generaciones.

Dentro de este marco de ideas, según los planteamientos de Martin (2004), incorporar la inteligencia ética en las decisiones económicas diarias es fundamental porque establece un cambio profundo en la sociedad generando ventajas competitivas que conlleven al éxito. De esta manera, para que la sociedad y las organizaciones puedan influir en los tipos de actividades que se financian y por tanto, el tipo de sociedad que construimos y en la cual existen distintas opciones de inversión y ahorro ético para el alcance de todos.

Asimismo, los valores de una sociedad como la paz, la protección medioambiental, los derechos humanos, la justicia, entre otros, solo se pueden conseguir si se implica directamente a la ciudadanía. En efecto, no se puede pedir paz e invertir en industrias de armamento, tampoco pedir justicia e invertir en empresas con explotación infantil, así como también tener un medio ambiente sano e invertir en empresas contaminantes o urbanizadoras.

En efecto, el incorporar la inteligencia ética a las decisiones diarias de inversión tiene gran efecto transformador al desarrollo económico, permitiendo influir en los tipos de actividades que se financian y, por lo tanto, en el tipo de sociedad que estamos construyendo. De este modo, los ahorradores, personas o entidades, deben ejercer su derecho a saber dónde se invierten sus ahorros, motivo por el cual las entidades financieras, o bien dejan de financiar actividades éticamente reprobables, o solo invierten en proyectos con contenido social y/o ecológico.

En consecuencia, cada vez nace más imperativa la necesidad de incorporar la inteligencia ética en el desarrollo económico de un país, para establecer colaboración, convivencia, crecimiento, competitividad, y dignidad. En conclusión, se trata de un procedimiento que trasciende la racionalidad instrumental y así construir una unidad formal dentro de la sociedad.


2. INTELIGENCIA ÉTICA: DIMENSIÓN INTEGRADORA DEL PROYECTO DE VIDA DE LA ORGANIZACIÓN


La gerencia moderna desde tiempos remotos se ha conformado en la búsqueda de objetivos comunes donde la convivencia y las relaciones han jugado un papel importante con el propósito de contribuir al bienestar común, con un personal altamente capacitado, creativo, innovador, responsable, flexible, que tangan una visión proactiva que garantice el éxito organizacional. Asumiendo entonces, la inteligencia ética se ha convertido en un tema de gran relevancia y discusión frecuente debido al progreso en cuanto a la ciencia y la tecnología donde los cambios de escenario pretenden construir una reflexión en torno a la inteligencia ética marcada dentro de un contexto de incertidumbre con una serie de cambios vertiginosos de las cuales no escapan las organizaciones.

Visto de esta forma, es imposible que un ámbito de resonancia tan amplio pueda estar separado de las connotaciones éticas. De esta manera, según los planteamientos de Etkin (1996) asume que la ética es un saber que orienta los comportamientos, mas no un saber de lo instrumental porque requiere convicción, consentimiento y compromiso en las prácticas y relaciones, es decir, no solo se trata de cuidar la inversión o mejorar el rendimiento a largo plazo sino que en el marco de la dirección estratégica se habla de la ética y los valores compartidos como instrumento de crecimiento en las organizaciones.

Dentro de este marco de ideas, en el interior de las organizaciones se construye un conjunto de valores, que define lo permitido para sus integrantes. Por lo tanto, cada una de ellas se observa un sistema de valores congruentes con la misión institucional a su vez dichos establecimientos no son cerrados, funcionan en el marco de un complejo político, social, cultural, jurídico, y económico, asimismo ese conjunto de valores que atraviesan en las organizaciones se proyectan sobre su interior.

En virtud de ello, se plantea que este es el único tipo de inteligencia sobre el cual no existe pleno acuerdo en lo que respecta a su lugar en el cerebro. Por otro lado, para algunos, radica en el lóbulo parietal izquierdo y derecho. En tal sentido, la inteligencia ética se refiere a la vida moral de la organización centrada de las personas que la integran y en dicha vida moral quedan incluidas la reflexión moral, su formación, las influencia, y sus avances. Sin embargo, las experiencias morales se influyen por el trabajo en equipo, el liderazgo y la comunicación organizacional.

Al respecto, la inteligencia ética puede ser considerada inteligencia de la vida, en el sentido que permite y orienta el desarrollo del proyecto de vida de la organización, al tiempo que lo hace compatible con otros proyectos. De esta manera, Martínez (2006) plantea que la inteligencia ética es esencialmente intuitiva, comprender este tipo de inteligencia motivo por el cual, se encarga de distinguir entre lo bueno y lo malo, es algo así como el ser o no ser del comportamiento humano, por lo tanto no es fácil de estudiarla.

Por su parte, Pelekais y Ferrer (2008) plantean que la inteligencia ética se basa en los principios y valores que nutren el espíritu humano, en tener la capacidad de distinguir lo verdadero de lo falso en los principios éticos del bien común y a la vez está orientada a desarrollar el potencial del ser humano; es un proceso creativo, más cerca de la sabiduría, es la capacidad de discernir para reconocer la acción responsable.

De este modo, la inteligencia ética es un mecanismo mental que contribuye los preconceptos estructurales y las reglas del juego con que un individuo aborda la realidad. De este modo, según Belohlavek (2007) la inteligencia ética tiene como propósito hacer la interacción entre el medio y el individuo; su propósito último es conservar la identidad del individuo.

En síntesis, en el ámbito de las organizaciones, implica replantear su plataforma ética, con el propósito fundamental de establecer nuevos parámetros que permitan la participación activa de todos sus miembros, mediante las relaciones estrechas con los sectores productivos, educativos, culturales y de la sociedad civil, y el establecimiento de redes para el aprendizaje ético en las organizaciones.


3. EFICIENCIA: UNA ORIENTACIÓN EMPRESARIAL HACIA LA MAXIMIZACIÓN DE BENEFICIOS


Para tal efecto, De la Cuesta y Valor (2004) plantean que esta definición de eficiencia como finalidad del sistema no es intrínseca en la ciencia económica; solo se encuentra bajo la óptica utilitarista y deja de serlo para otras concepciones morales y éticas ante la sociedad. Además, las grandes empresas son propiedad de muchos accionistas que se encargan de controlar la empresa a través del consejo de administración, el cual designa a los directivos y se aseguran de que dirigen la empresa en interés de los propietarios.

En otras palabras, para que los recursos económicos crezcan, y sea un patrimonio rentable es importante que se haga un mejor uso de los recursos financieros, para lograr altos niveles económicos satisfactorios para obtener mejores beneficios económicos en la empresa. De este modo, la intención del accionista es revalorizar su acción, vendiéndola a corto plazo para generar y obtener mejores ganancias económicas.

Entre tanto, Thompson (2008) establece que la eficiencia hace referencia a los recursos empleados y los resultados obtenidos. Por ello, es una capacidad o cualidad muy apreciada por empresas u organizaciones debido a que en la práctica todo lo que estas hacen tiene como propósito alcanzar metas u objetivos, con recursos (humanos, financieros, tecnológicos, físicos, de conocimientos,) limitados y (en muchos casos escasos) en situaciones complejas y muy competitivas; según este planteamiento el deber ser de una empresa consiste en direccionar todos los recursos disponibles en función de los objetivos que desea lograr, desarrollando estrategias que le permitan establecer directrices en función del beneficio esperado sin agotar los recursos con que cuenta o en su defecto el aprovechar al máximo estos recursos.

En resumidas cuentas, dentro de los objetivos económicos de las empresas, se encuentra la obtención del máximo beneficio de ganancias, por lo tanto se hace un análisis de costos de los factores productivos y los ingresos obtenidos. Del mismo modo, esta visión de creación de valor es reduccionista en comparación con la filosofía de la responsabilidad social. Por otro lado, De la Cuesta y Valor (2004) plantea que el incentivo de un propietario de la organización no revierte siempre en el propio interés de la misma, de este modo, se traduce la búsqueda para revalorizar y capitalizar el valor de las acciones a corto y largo plazo para garantizarse un patrimonio favorable para garantizar el éxito, a costa de otros agentes que participan en la organización.

Así pues, la maximización del beneficio se convierte en la maximización del valor para el accionista, el valor de la acción que se revalorizará y capitalizará en el mercado económico en función de las expectativas de la empresa; es decir, que se trata de incrementar la riqueza de los propietarios garantizando un buen uso de sus recursos financieros, y a la vez obtener mayores beneficios tanto para la empresa como para los mismos accionistas.

Por consiguiente, para que ese valor sea mayor, el objetivo deberá lograr unos beneficios satisfactorios a largo plazo. Por lo cual se infiere que la intención del accionista es obtener un alto beneficio del capital de la empresa para revalorizar sus inversiones, venderla a corto plazo y obtener el máximo beneficio a largo plazo; por lo tanto no será satisfactorio para este. Sin embargo, es preciso distinguir entre accionistas con una visión a largo plazo y accionistas cuyo fin es especular.

Cada vez son más las empresas grandes que desean obtener la máxima rentabilidad a largo plazo pero condicionada a una liquidez aceptable, del capital en las empresas de forma rápida. De este modo, el cambio constante del rendimiento económico de estas empresas responde más a menudo a los intereses de sus administradores cuyo beneficio está bajo la responsabilidad de las comisiones, e inversores particulares.

Ahora bien, otros de los objetivos económicos, generados por la empresa es la mejora de la eficiencia y productividad de la misma, esto significa obtener las máximas ganancias de los recursos financieros para sobrevivir en un mundo competitivo. De esta manera, se compara el coste de la utilización de unos resultados, donde se incluye el coste de ingresos. Es por ello, que es importante incrementar la riqueza y el buen uso de los recursos financieros para obtener altos beneficios a largo plazo de los mismos. Del mismo modo, según De la Cuesta y Valor (2004) asume que la eficiencia se obtiene en parte gracias al poder del mercado de la empresa y a su poder de negociación con proveedores de materias primas y mano de obra, más que al uso inteligente y ético de los recursos financieros.

De esta manera, la eficiencia se obtiene en parte gracias al poder del mercado de la empresa y a su poder de negociación con proveedores de materias primas y mano de obra, más que al uso inteligente y ético de los recursos financieros. Por otra parte, aumenta el poder de mercado de la empresa para imponer sus precios, para conseguir mejores beneficios y por otro lado, su gran tamaño les permite obtener mejores precios de compra de sus proveedores y abordar proyectos de inversión en mercados donde los factores de producción tienen precios muy por debajo, de manera que la eficiencia se consigue por el poder y no por la inteligencia y racionalidad.

Por otra parte, aumenta el poder de mercado de la empresa para imponer sus precios, para conseguir mejores beneficios permitiéndoles por su gran tamaño obtener mejor precio de compra por parte de sus proveedores, dando oportunidad para invertir en proyectos y mercados que presenten una oportunidad de negocio donde los sectores productivos juegan un papel importante, al momento de tomar la decisión de donde y por qué invertir.


4. MERCADO DE VALORES: MECANISMO PARA EL CRECIMIENTO Y DESARROLLO ECONÓMICO


Durante el transcurso del tiempo el mercado de valores en Venezuela, ha presentado un crecimiento y desarrollo, al tiempo que prácticamente ha sido inalcanzable para otras bolsas de otros países en el mundo. Sin embargo, según García (2011) el mercado de valores promueve el crecimiento económico de un país, al ser el punto de encuentro entre los inversionistas, o las empresas que necesitan financiamiento. Por lo tanto, cuando ambos se encuentran, hacen un negocio basado en una relación ganar-ganar.

Por su parte, según los planteamientos de Grandgerard (2000), los mercados de valores son un tipo de mercado de capitales en el que se negocia la renta variable y la renta fija de una forma estructurada, a través de la compraventa de valores negociables, permite la canalización de capital a medio y largo plazo de los inversores a los usuarios; el poder canalizar el capital en diferentes plazos le brinda a la organización la oportunidad negociar estos valores en el momento en que la organización considere pertinente alcanzando así un incremento en el beneficio; si una empresa logra negociar este un volumen importante de valores esto se traduce en un crecimiento económico.

En este orden de ideas, Gómez (2006) plantea que el papel central del mercado de valores es facilitar y abaratar el financiamiento; así como mejorar la eficiencia en la distribución de los recursos productivos, la importancia del crecimiento de este mercado reside no solo en su incidencia sobre el nivel de ahorro, sino en la racionalización y proceso de inversión al canalizar recursos hacia agentes económicos que promueven iniciativas rentables y que en otras condiciones, no tendrían acceso al financiamiento requerido para movilizar los recursos en la dirección deseada para aumentar o mejorar el bienestar económico.

Mientras que hoy en día el mercado de valores es uno de los más importantes para los inversores, ya que tiene por objeto el apalancar las operaciones y el desarrollo de los distintos sectores productivos del país, logrando una expansión de capital en cada una de las organizaciones que interactúan este mercado, a través de la emisión de nuevas acciones, en la búsqueda de una mayor liquidez para la empresa ofertante, con la finalidad de incrementar la productividad de la organización. De esta manera, el buen funcionamiento de estas actividades disminuye costes, riesgos, promoviendo la producción de bienes y servicios, así como el empleo.

En este sentido, la capitalización de la empresa puede lograr un constante crecimiento económico lo que constituye un incentivo para la inversión que se quiera realizar, en aras de alcanzar los objetivos económicos planteados, ese es el norte de toda organización maximizar sus beneficios económicos y el de sus accionistas, con la finalidad de mantener la organización competitiva en el tiempo incrementando la productividad, que le permitan adaptarse a las necesidades y cambios del mercado empresarial venezolano.

De este modo, según lo planteado por Anzil (2004), el crecimiento económico es una medida del bienestar de la población de una región económica y del éxito de las políticas económicas, implícitamente, se supone que un elevado crecimiento económico es beneficioso para el bienestar de la población, es decir que un elevado crecimiento económico sería un resultado deseado por las autoridades políticas y por la población de una empresa o país.

Es decir, el norte de toda organización es crecer económicamente posicionarse como líder del sector productivo al que pertenezca la organización, ganar el reconocimiento del mercado meta, y así mantenerse en el tiempo, y económicamente con un crecimiento sostenido con lo cual alcanzará los objetivos económicos esperados tanto por los accionistas como por los integrantes de estas corporaciones, quienes representan el factor productivo intraorganizacional para lograr el desarrollo.

En este sentido, Reyes (2002) plantea el desarrollo económico se puede definir como la capacidad de países o regiones u organizaciones, para crear riqueza a fin de promover y mantener la prosperidad o bienestar económico social de sus habitantes y miembros, por lo cual, una organización desarrollada económicamente tiene la capacidad de estimular el bienestar económico social de su entorno. Resumiendo lo anterior, un comportamiento responsable de la empresa implicaría desde el punto de vista económico lo siguiente:

- Para los accionistas es indispensable el uso adecuado del capital de la empresa para obtener mejores beneficios, solo así podrán garantizar el cumplimiento de sus objetivos económicos a corto, mediano y largo plazo, a un menor costo.

- El cliente debe estar atento a las demandas de su competencia, ofreciendo mejores precios competitivos con bienes o servicios de alta calidad, tomando en cuenta las sugerencias planteadas por el cliente, quien representa el factor más importante de la empresa, ya que compra los bienes o servicios ofertados, y es quien en oportunidades puede detectar las fallas que internamente lleguen a ser transparentes en el proceso productivo de la organización.

- Los proveedores, pagando precios justos por sus productos y servicios, ejecutando transacciones limpias donde ambas partes estén debidamente informadas de las condiciones de la negociación en donde ambas partes establezcan una relación ganar-ganar, es decir, alcanzando niveles de beneficio económico para las empresas involucradas, consiguiendo establecer relaciones comerciales duraderas y trascendentes en el tiempo.

- Por último, para los empleados, preservando y creando empleo, pagando salarios justos, proporcionando beneficios sociales tanto para la empresa como para los trabajadores, desarrollando un plan de carrera, formación, estabilidad como mecanismo motivación al logro y a la consecución de objetivos que se traduzcan en un crecimiento organizacional para todos.

Por lo tanto, las organizaciones deberían establecer prioridades dentro de los aspectos mencionados anteriormente, asumiendo que el sistema sociocultural de la organización en su entorno tendrá un impacto significativo y positivo hacia la sociedad.


CONSIDERACIONES FINALES


Desde la perspectiva general, este análisis permite comprender que la inteligencia ética y la eficiencia del mercado de valores, como mecanismo de crecimiento empresarial, representa un factor decisorio primordial, donde se requiere un compromiso explícito con los objetivos económicos como la eficiencia, crecimiento, productividad, y estabilidad para lograr altos niveles de crecimiento económico esperados por la organización y sus miembros.

Asimismo, el estado, las empresas u organizaciones juegan un papel importante dentro de la economía de libre mercado, es decir que en todo este proceso se debe generar un superávit para que el crecimiento económico sea favorablemente sostenido. En consecuencia, el propósito del mercado de valores es generar nuevas acciones que permitan mayor liquidez, equilibrio eficiente, promover iniciativas rentables, con la finalidad de incrementar la productividad de la organización para obtener máximas ganancias de los recursos financieros.

De esta manera, la inteligencia ética permite orientar a la organización a generar estrategias de crecimiento económico para la sociedad en la que interactuamos, con el propósito de formar un criterio de respeto tanto por los agentes que conforman el entorno de la organización así como los miembros que forman parte de la misma. Asimismo, este tipo de inteligencia basada en los valores humanos fortalece la virtud de las personas que integran en las organizaciones, mediante el incremento del capital social, al perfeccionar las competencias de la inteligencia emocional en los participantes, y haciendo de la organización un ambiente diferente y con armonía.

En síntesis, la inteligencia ética y la eficiencia del mercado de valores constituyen un compromiso explícito en los objetivos económicos motivo por el cual es fundamental para mantener las operaciones internas y externas compatibles contribuyendo a las decisiones diarias de inversión que tiene gran efecto transformador al desarrollo económico, permitiendo influir en las actividades económicas que se financian, y por lo tanto, en el tipo de sociedad que se está construyendo actualmente.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


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