Recibido: 19/09/2012 Revisado: 27/09/2012 Aceptado: 19/10/2012
Rubio, Néstor Jesús
Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, Venezuela
nestorrubio@cantv.net
Castro, Miriam Josefina
Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, Venezuela
inverpromca@yahoo.com
El artículo se orientó a analizar la personalidad como variable individual y grupal en la gerencia de organizaciones; tomando como referencia planteamientos de Robbins (2008), Kreitner y Kinicki (2003), Hellriegel, Slocum y Woodman (2005). La metodología implicó un tipo de investigación documental, con diseño bibliográfico y análisis de contenido. Los resultados indicaron que la personalidad constituye una variable de significativa importancia tanto a nivel individual como grupal para la gerencia de organizaciones. En este sentido, su conocimiento permite a quienes asumen decisiones respecto al persona; planificar y ejecutar acciones encaminadas a obtener el mayor provecho posible de los rasgos considerados como funcionales, por ser productivos para el desempeño en el trabajo. Del mismo modo, la valoración de la personalidad como variable influyente en el ámbito grupal, se traduce en un conocimiento para predecir el comportamiento de los equipos de trabajo, siendo de valor para las medidas necesarias en función de orientar tales comportamientos en función del logro de los objetivos de crecimiento y desarrollo sostenido en las empresas. Así, siendo la personalidad un área proveniente de la Psicología, es complementaria en la explicación del comportamiento humano en las organizaciones, razón por la cual es pertinente considerar alianzas estratégicas entre grupos interdisciplinarios en áreas como psicología, administración y gerencia, a fin de contar con la información de manera oportuna.
Palabras clave: Personalidad, Variable, Gerencia, Organizaciones.
The article is focused on analyzing the personality as individual variable and group management in organizations, taking as reference approaches Robbins (2008), Kreitner and Kinicki (2003), Hellriegel, Slocum and Woodman (2005). The methodology involved a type of desk research, literature design and content analysis. The results indicated that personality is a significant variable importance both individually and in groups for the management of organizations. In this sense, his knowledge allows those who take decisions about the person, plan and implement actions to get the most out of the features considered functional, being productive for job performance. Similarly, the assessment of personality as influential variable in the group environment translates into knowledge to predict the behavior of teams, being of value to the necessary steps in terms of guiding such behavior in terms of achieving the objectives of growth and sustainable development in companies. So, being an area of personality from psychology, is complementary in explaining human behavior in organizations, which is why it is relevant to consider strategic alliances between interdisciplinary groups in areas such as psychology, administration and management, in order to have information in a timely manner
Key words: Personality, Variable, Management, Organizations
La gerencia de las organizaciones incluye dentro de los temas de interés el estudio de
los factores relacionados con el comportamiento del trabajador. En este sentido, comparte
el interés con la psicología como ciencia en la búsqueda de aquellos aspectos que
puedan explicar la conducta del trabajador en determinadas circunstancias.
Por ello, el comportamiento organizacional ha asumido dentro de su bagaje teórico las
contribuciones de la psicología, en torno a las explicaciones y aportaciones al
conocimiento de la personalidad. En este aspecto, se evidencia que el ámbito laboral de
los psicólogos industriales ha contribuido de manera significativa en la comprensión de
factores concomitantes a las condiciones de trabajo, que pudieran favorecer o limitar la
excelencia en el desempeño.
Lo antes mencionado es confirmado por Robbins (2008), quien afirma que las
contribuciones de la psicología han sido valiosas para la comprensión de aspectos
organizacionales relacionados con aprendizaje, percepción, personalidad, capacitación,
liderazgo, motivación, entre otros; sirviendo de soporte para la toma de decisiones en la
gerencia de organizaciones.
Particularmente, la personalidad supone la consideración de la diversidad de formas
alusivas al comportamiento de los individuos, lo cual es propio de cada trabajador, siendo
determinantes la herencia, el ambiente y las situaciones particulares a las cuales se
enfrenta en la vida cotidiana como laboral.
En este sentido, para Robbins (2008) la genética da cuenta de diferencias de
personalidad, agregando que el ambiente influye sobre ella a través de la cultura y las
situaciones específicas, creando una reacción en el trabajador dependiendo de las
exigencias inmersas en las mismas. Lo cierto en todo caso, es que cada trabajador posee
un conjunto de rasgos o características duraderas, las cuales describen su
comportamiento y permiten predecir la forma de actuar en determinadas circunstancias.
En este orden de ideas, la personalidad puede ejercer influencia en el comportamiento
tanto de forma no consciente como deliberada, por cuanto se ha señalado la existencia de
rasgos que son manejables por el individuo, mientras otros actúan sin que el sujeto pueda
percatarse de los mismos, siendo por ello relevante para la gerencia conocer los perfiles
de personalidad de sus trabajadores en todos los niveles jerárquicos.
Por ello, en este artículo se considera importante analizar la personalidad como
variable individual y grupal en la gerencia de organizaciones, dada la consideración de los
autores sobre su potencial de influenciar en la conducta de los miembros de la
organización, siendo ello objeto de interés por cuanto dicho comportamiento puede estar
vinculado con el logro de los objetivos fundamentales de la misma.
En cuanto a la personalidad, Allport (1977) señala que cada persona posee unas
características diferenciadoras respecto a otras, definiendo su forma de comportarse,
agregando que la personalidad es como una organización dinámica de los sistemas
psicofísico únicos de cada individuo, los cuales llegan a determinar su adaptación al
medio, incluyendo el ámbito laboral.
Para Di Caprio (2006) existen dos supuestos básicos que constituyen el fundamento
de la psicología de la personalidad: a) las personas tienden a emitir ciertas conductas con
mayor probabilidad en comparación con otras de una manera estable en el tiempo, siendo
consistentes entre diferentes situaciones, y b) las conductas habituales de un sujeto
difieren notablemente de las de otros, lo que da lugar a diferencias individuales duraderas.
Por su parte, según Pervin (1981) la personalidad permite describir los cambios
permanentes que diferencian a un individuo de otro, agregando que se constituye en
función de un elemento esencial representado por el hábito y las jerarquías de
respuestas, las cuales representan las estructuras individuales.
De esta manera, Di Caprio (2006) plantea que en la psicología, la personalidad está
definida como un constructo extensamente estudiado; e intenta comprender al individuo,
su forma de actuar, de ser y de pensar; tratando de descubrir, entender o explicar las
regularidades o consistencias del ser humano, reconociendo al mismo como único.
En opinión de Mischel (2005), la personalidad constituye un conjunto de patrones
diferenciados de conductas que incluyen emociones, pensamientos de cada nivel. En
tanto, en el criterio de Avia (2006) la personalidad es una variable individual que
representa a cada persona, diferenciándola de cualquier otra, determina los modelos de
comportamiento, abarca las interacciones de los estados de ánimo del individuo, sus
actitudes, motivos y métodos, de manera que cada persona responde de forma distinta
ante las mismas situaciones. Para este último autor, la personalidad representa las
propiedades estructurales y dinámicas de un individuo o individuos, tal como estas se
reflejan en sus respuestas características o peculiares a las diferentes situaciones
planteadas.
Por su parte, Schaufeli y Enzmann (1998) definen como personalidad caracterizada
por capacidad de ajuste a los cambios, sentido de control sobre los eventos o capacidad
social. Especifican que el sexo femenino se caracteriza por mayores rasgos de actividad
social, la cual busca llamar la atención sobre sus atributos personales y psicológicos.
Con base en lo referido, puede destacarse que todo ser humano al nacer posee una
personalidad potencial, pues tiene los elementos básicos de la misma. Esta potencialidad
comenzará a ser realidad al iniciar el desarrollo de ciertas características o capacidades,
tales como; trabajo intelectual, creatividad, valores éticos, entre otras.
Estas características indican que los diversos elementos de la personalidad están
funcionando con cierto nivel de organización. Al mismo tiempo se menciona una
personalidad estructurada, cuando el individuo logra dinamizar de forma integrada, con
autonomía, lo que le llevará a tener una conducta y un pensamiento característico. Por
tanto, una personalidad estructurada dará origen a una identidad firme y sólida.
Se consideran entonces, desde la perspectiva de autores, distintos enfoques sobre la
personalidad. No obstante, los revisados en este artículo convergen en su explicación a la
misma, asumiéndola como conjuntos de comportamientos propios para cada individuo,
que le permiten interactuar con su entorno, siendo resultado de influencias biológicas,
sociales y psicológicas.
Al momento de explicar la personalidad en los contextos organizacionales, diversas
teorías han surgido para comprender la profundidad de este constructo. Una de ellas de
acuerdo con Sarason (2003) corresponde al modelo humanista existencial bajo el cual en
cada persona existe una fuerza activa hacia la autoactualización, una lucha por ser todo
aquello posible, cree que las personas son libres de elegir entre cursos de acciones
alternos. Así, bajo los preceptos del Modelo Psicodinámico se presume que los
pensamientos y las emociones son causas importantes de la conducta.
El mismo autor agrega la existencia de un Modelo Cognitivo, el cual se encarga de los
procesos internos, sin embargo en lugar de dar importancia a los impulsos, las
necesidades y las motivaciones, hace énfasis en la forma en la cual las personas
adquieren e interpretan la información y cómo la utilizan para resolver los problemas. Por
su parte, el Modelo Conductual centra su atención en la conducta como una respuesta a
los estímulos del ambiente, indicando la forma en la cual las conductas reciben
reforzamiento o recompensa, porque ello produce mayor probabilidad de que ocurra otra
vez.
Combinando los dos modelos anteriores surge el Modelo Cognitivo-Conductual, el
cual enfatiza el proceso de aprendizaje y la influencia de las contingencias y los modelos
del entorno a la vez que subraya la importancia central de la manera individual de
procesamiento de la información relevante, siendo también un modelo ampliamente
utilizado en las organizaciones.
Ahora bien, un problema que se presenta en las empresas es definir cómo llevar a
cabo la evaluación de la personalidad, es decir, de acuerdo con Staats (2007), la medida
de algunos aspectos del comportamiento humano. Por ello, se han diseñado diversos
medios tales como la observación, grafología y las pruebas objetivas, que exigen
contenidos cuidadosamente seleccionados, con métodos de actuación e interpretación rigurosos. Los contenidos de estas pruebas pueden hacer referencia a cualquier aspecto
del funcionamiento psíquico, incluyendo los rasgos de personalidad, las actitudes, la
inteligencia y otros aspectos de índole emocional.
De esta forma, la personalidad ha constituido un elemento considerado en el ámbito
organizacional como interviniente en el desempeño del trabajo. Es así como Robbins
(2008) expresa que la personalidad ha sido relacionada con decisiones de contratación,
rendimiento laboral, satisfacción, transferencia y ascenso; siendo utilizada incluso para
predecir el comportamiento en la organización.
En este sentido, los teóricos del Comportamiento Organizacional, tales como Kreitner
y Kinicki (2003), han coincidido en considerar que determinados rasgos de personalidad
tienden a estar relacionadas con un trabajo exitoso, y por ende, con el logro de los
objetivos organizacionales, por lo cual se ha reconocido el valor de las características de
personal en la explicación del comportamiento.
Dado que la personalidad es considerada, como se ha dicho anteriormente, una
estructura relativamente estable, tales rasgos se expresan en la actividad laboral, y
generan predisposiciones a actuar, así como respuestas a los estímulos del ambiente
organizacional, las cuales pueden ser generalizadas a otros grupos.
Por ello, se ha considerado que la variable personalidad no es únicamente un rasgo
individual, sino que puede conllevar a conductas grupales. En la opinión de Robbins
(2008) los trabajadores de una organización cuentan con un perfil de personalidad en el
cual se reflejan un conjunto de rasgos que determinan su comportamiento, y sus
reacciones ante los estímulos provenientes de la organización pueden afectar tanto
positiva como negativamente al grupo de trabajo.
Sin embargo, también existe consenso en que no todos los rasgos de personalidad
tienen igual importancia para ser considerados en la gerencia de las organizaciones, por
lo cual se consideran a nivel del análisis empresarial los rasgos fundamentales. Tales
rasgos son definidos por Robbins (2008, p. 84) como “características fundamentales como
aquellos rasgos tan fuertes y generalizados que influyen en cada acto de una persona”.
En este sentido, Hellriegel, Slocum, y Woodman (2005) señalan la existencia de
diversos rasgos de personalidad, pero resaltan unos que son de interés para el
comportamiento organizacional, entre ellos incluye la extroversión por su influencia en la
sociabilidad, la fluidez de la comunicación, la asertividad, entre otros. Otro rasgo
considerado es la afabilidad, entendida en los términos del buen carácter para fomentar la
cooperación o confianza en los grupos. Otro elemento relacionado con la personalidad y
los valores lo constituye la rectitud, por cuanto la responsabilidad, persistencia u
orientación al logro son fundamentales para el alcanzar los objetivos trazados.
Otro rasgo de personalidad que interesa a las organizaciones es la estabilidad
emocional, por cuanto ello da origen a trabajadores seguros en sus ejecuciones,
entusiastas, así como calmados. Para culminar con estos rasgos, se incluye la apertura a la experiencia, lo cual da origen a la innovación e imaginación: imaginativo, con
sensibilidad artística e intelectual.
En este sentido, se afirma que la personalidad puede constituir una variable tanto
dominante como secundaria, siendo lo importante que la misma se manifestará de un
modo u otro en el ámbito del trabajo, pudiendo influir en el comportamiento del individuo.
Por ello, la gestión gerencial en las empresas debe considerar esta variable.
En este orden de ideas, los rasgos de personalidad sirven para predecir el
comportamiento, lo cual ha conllevado a considerar su evaluación como un aspecto de
importancia en el plano individual y grupal. En este orden de ideas, a nivel individual se
considera que los trabajadores cuentan con rasgos propios, entre los cuales Robbins
(2008) abarca sus características personales o biográficas, como edad, sexo, estado civil,
características de la personalidad, valores, actitudes, y niveles básicos de habilidad.
Este artículo se basó en una metodología descriptiva documental, por cuanto analizó
la personalidad como variable individual y grupal en la gerencia de organizaciones,
describiendo sus propiedades esenciales a través de la revisión bibliográfica documental.
Al respecto, Sabino (2006) plantea que las investigaciones descriptivas se proponen
conocer grupos homogéneos de fenómenos para establecer una descripción de sus
características.
En cuanto a los estudios documentales, Sierra (2005) plantea que consisten en el
análisis de informaciones basadas en documentos, los cuales se organizan para dar
origen a un nuevo conocimiento, tomando como referencia documentos válidos para el
estudio. Asimismo, el diseño se apoyó en la revisión de bibliografía pertinente al área. A lo
cual, Sabino (2006) indica que se fundamenta en la recopilación y análisis de contenidos
documentales; los cuales se analizan mediante técnicas documentales.
En el análisis precedente, puede evidenciarse que la personalidad constituye una
variable de significativa importancia tanto a nivel individual como grupal para la gerencia
de organizaciones. En este sentido, su conocimiento le permite a quienes asumen las
decisiones respecto al personal; la planificación y ejecución de acciones encaminadas a
obtener el mayor provecho posible de los rasgos considerados como funcionales por ser
productivos para el desempeño en el trabajo.
Del mismo modo, el considerar la personalidad como variable que influye en el ámbito
grupal, se traduce en un conocimiento que sirve para predecir el comportamiento de los
equipos de trabajo, siendo de valor para acordar las medidas necesarias en función de
orientar tales comportamientos, en función del logro de los objetivos de crecimiento y
desarrollo sostenido en las empresas.
Por consiguiente, siendo la personalidad un área proveniente de la psicología, se
considera complementaria en la explicación del comportamiento humano en las
organizaciones, razón por la cual es pertinente considerar las alianzas estratégicas entre
grupos interdisciplinarios en el área de psicología, administración y gerencia, a los fines
de vincular la personalidad individual y grupal como variables fundamentales en la
gerencia de organizaciones.
Allport, G. (1977). Psicología de la personalidad. Barcelona. Editorial Paidós.
Avia, M. (2006). Cartas a un joven psicólogo. Madrid. Editorial Alianza.
Di Caprio, N. (2006). Teoría de la personalidad. México. Nueva Editorial Interamericana.
Hellriegel, D.; Slocum, J. y Woodman, R. (2005). Comportamiento organizacional. México.
Editorial International Thompson Publishing.
Kreitner, R. y Kinicki, A. (2003). Comportamiento organizacional. México. Editorial
McGraw Hill.
Mischel, W. (2005). Teorías de la personalidad. México. Editorial Interamericana.
Pervin, L. (1981). Personalidad: teoría e investigación. Bilbao. Editorial Desclee de
Brouwer.
Robbins, S. (2008). Comportamiento organizacional. Teoría y práctica. México. Editorial
Prentice Hall.
Sabino, C. (2006). Metodología de la investigación. Buenos Aires. Editorial El Cid.
Sarason, I. (2003). Personalidad. Un enfoque objetivo. México. Editorial Limusa.
Schaufeli, W. y Enzmann, D. (1998). The burnout companion to study and practice: a
critical analysis. Philadelphia. Editorial Taylor and Francis Inc.
Sierra, R. (2005). Tesis doctorales y trabajos de investigación científica. México.
Thompson Editores.
Staats, A. (2007). Conducta y personalidad: conductismo psicológico. Bilbao. Editorial
DDB.