Recepción: Marzo 2017
Aceptado: Octubre 2017
Díaz, Carlos Manuel
Universidad Santa María, Venezuela.
elcarlitosdiaz@yahoo.es
El presente estudio estuvo dirigido a analizar el riesgo financiero en la cartera de créditos agrícola de la banca universal venezolana durante el periodo 1997-2010. El tipo de investigación es descriptiva, con un diseño longitudinal de tendencia. La población estuvo compuesta por la totalidad de la banca universal. Los documentos utilizados para el análisis fueron los informes anuales de la Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras entre 1997-2010. La técnica de recolección de datos fue una hoja de registro, correspondiente a la cartera de créditos agrícola según cuenta, cuyos datos fueron analizados con los índices de calidad de activos. Los resultados indican que hubo una disminución del riesgo financiero en el sector agrario entre 1998-2007. Sin embargo, para los años 2008, 2009 y 2010, existe un incremento de los indicadores de morosidad y ratio créditos reestructurados de las colocaciones agrícolas de la banca universal. Además, la morosidad de los préstamos agrícolas de la banca universal privada y pública fue de 2,6% y 12,1% respectivamente, en el 2010. El índice para los créditos reestructurados de los préstamos agrícolas en 2010 para la banca universal privada y pública se ubicó en 1,6% y 8,4% respectivamente. Los resultados anteriormente descritos, evidencian que la banca universal privada ha realizado el perfil de sus potenciales deudores agrícolas en forma más acertada que la banca universal pública.
Palabras clave: Banca universal privada y pública, Riesgo financiero; Riesgo crediticio, Cartera de créditos; Índices de calidad de activos.
This study aimed to analyze the financial risk in the agricultural loan portfolio of universal Venezuelan bank during the period 1997-2010. The research is descriptive, longitudinal design with a trend. The population was composed of the totality of universal banking. he documents used for analysis were the annual reports of the Superintendence of Banks and Other Financial Institutions between 1997-2010. His data collection technique was a record sheet, for agricultural loan portfolios under consideration; the data was analyzed with indices of asset quality. The results indicate that there was a reduction of financial risk in the agricultural sector between 1998 and 2007. However, for the years 2008, 2009 and 2010, there is an increase of delinquency indicator and restructured loans ratio of agricultural loans of universal banking. In addition, late payment of agricultural loans of universal banking private and public was 2.6% and 12.1% respectively in 2010. The index for restructured loans agricultural loans in 2010 for the public and private universal banks stood at 1.6% and 8.4% respectively. The results described above, show that private universal banks has made the profile of potential borrowers in a more accurate that the universal banking service.
Key words: Public and private universal bank, Financial risk, Loan risk, Loan portfolio, Active quality indexes.
Todos tienen una idea de lo que es riesgo, y generalmente se asocia con algo inesperado o no deseado; pero en realidad se requiere de una definición más precisa. Los empresarios probablemente definen el riesgo como amenazas que se originan por circunstancias que pueden afectar adversamente la habilidad de la organización para lograr sus objetivos y ejecutar sus estrategias satisfactoriamente.
En general, el riesgo es un factor inherente al negocio financiero. Su correcta medición, gestión y control debe contribuir a la consecución de márgenes adecuados y al mantenimiento de la solvencia de la entidad; principal base de la confianza de clientes, inversores y empleados. Sin pretender hacer una clasificación exhaustiva de los riesgos soportados por una entidad financiera, básicamente se puedan clasificar en cuatro categorías: riesgo de liquidez, riesgo de mercado, riesgo de crédito y riesgo operativo.
Para Bonilla (2011, p. 1) “el crédito agrario es un mecanismo por medio del cual se provee al agricultor de los recursos financieros para su capital de trabajo”. En ese sentido, el financiamiento de las empresas agropecuarias promueve la creación de nuevas empresas, amplia la capacidad de producción de las fincas, genera empleo, incrementa la producción, aumenta la oferta de productos agrícolas, incrementa la productividad de los recursos materiales y humanos, lo anteriormente señalado se le conoce como crecimiento económico.
En el primer y segundo gobierno del Presidente Hugo Chávez Frías se promulgaron cinco (5) leyes orientadas a flexibilizar el financiamiento al sector agrario venezolano. Estas leyes, en líneas generales establecen una tasa de interés preferencial para los créditos del sector agrícola.
Además, se establece a las entidades bancarias un porcentaje que deben destinar de su cartera de créditos total o bruta al sector agrícola. El presente trabajo de investigación intenta recoger y precisar diversas definiciones de riesgo financieros que se encuentran asociados en las diversas operaciones activas de las instituciones bancarias. El objetivo de investigación del presente artículo fue analizar el riesgo financiero de la cartera de créditos agrícola de la banca universal en Venezuela entre 1997-2010.
“Un banco es una institución que recibe fondos de los individuos y de las empresas y los utilizan para comprar bonos o acciones o para hacer préstamos a otras personas o empresas” (Blanchard, 2004, p. 71). Las transacciones que efectúan los bancos se pueden agrupar en dos categorías: las operaciones pasivas y las operaciones activas. Las primeras se refieren cuando los bancos captan los recursos del público (ahorros). Existen diversos productos financieros que las instituciones ofrecen para captar el dinero de los clientes, como por ejemplo: los depósitos a plazo fijo, cuenta corriente, cuenta de ahorro, entre otros productos.
Asimismo, los clientes recibirán una remuneración por tener sus ahorros en la institución, dicha ganancia se establece con la tasa de interés pasiva. Las operaciones activas se realizan cuando el banco otorga créditos ya sea para el consumo o inversión, el banco a su vez cobrará por el financiamiento de estas dos actividades y lo realizará por medio de la tasa de interés activa.
La ganancia de este tipo de actividad económica es lo que se conoce como “spread” bancario, que no es otra cosa que la diferencia entre las tasas de interés de colocación (activas) y las tasas de interés de captación (pasivas). El margen de intermediación es la diferencia entre la tasa pasiva y la tasa activa.
En aras de entender y sacrificar un poco la precisión, “el margen de intermediación es algo así como el margen de ganancia del sector financiero” (Banco Provincial, 1992, p. 30). El margen de intermediación financiera refleja el grado de competencia del sector en una economía; a menor competencia, mayor será el margen de intermediación.
Ahora bien, ¿qué ocurre con las operaciones anteriormente descritas cuando se agrega la palabra “riesgo”? El riesgo “es una medida de probabilidad de que un evento suceda, en este caso de que ocurra una pérdida financiera” (Gitman, 2000, p. 200). Por ejemplo, una persona que apertura una cuenta de depósito a plazo fijo por 60 días, y en ese corto periodo de tiempo las tasas fluctúen de 8% a 11%, la institución tendrá que pagar más intereses a ese cliente. Esto es conocido como riesgo de mercado.
Si fuese el caso contrario, de que el banco haya otorgado un crédito y la tasa activa aumente, el beneficiado será el banco pues cobrará más (caso contrario si la tasa activa disminuye). En ese sentido, movimientos ascendentes y descendentes de las tasas de interés activas y pasivas perjudicarán y beneficiarán las operaciones de la entidad bancaria.
Es importante subrayar que en el momento que la institución financiera recibe los ahorros de personas, empresas o gobierno, está incurriendo en el riesgo de mercado. Asimismo, cuando financia a cualquier agente económico incurre en este tipo de riesgo. Pero, cuando el banco decide financiar cualquier tipo de actividad incurre en otro tipo de riesgo, “el riesgo crediticio; que se puede definir como la posibilidad de que la persona que haya contraído la deuda no la pague” (Armendáriz, 2001, p. 1).
Uno de los requerimientos exigidos por el banco para la financiación de cualquier actividad, son los estados financieros del o de los solicitantes, ya sean de personas naturales o jurídicas, debido a que estos muestran el estado en que se encuentra financieramente el solicitante, al momento en que le es otorgado un dinero en calidad de préstamo. La administración de riesgo crediticio implica cuatro grandes elementos en una entidad bancaria (Armendáriz, 2001):
La pérdida esperada (PE) es cuánto espera perder en el futuro el banco con un negocio, otorgar un crédito, por ejemplo. Este primer elemento se descompone en los tres restantes, ya que para calcular la pérdida esperada (PE) se multiplica la Probabilidad de Incumplimiento (en porcentaje) -la probabilidad de que el deudor incumpla- por la pérdida esperada en caso de que este incumpla (expresada también en porcentaje) y que sería la pérdida en caso de incumplimiento, multiplicada por el monto expuesto; es decir: el monto del crédito. El caso más simple es un crédito: el monto del mismo se multiplica por la probabilidad de incumplimiento y por la pérdida en caso de incumplimiento.
La probabilidad de incumplimiento es el factor de riesgo manejado constantemente en las entidades calificadoras de crédito, algunas agencias como Moody‟s y Standard & Poor‟s evalúan el riesgo tanto en emisiones de deuda de empresas como acreditados asociados, a diferentes niveles de riesgo que van desde AAA (se interpreta: calidad de inversión) hasta BBB (se interpreta: especulativa), “el reto para los bancos es establecer la probabilidad de incumplimiento asociada a cada uno de los factores de riesgo” (Armendáriz, 2001, p. 3).
¿Cómo se asignan estos factores de riesgo? Por lo general se deberá determinar hacia qué sector de la economía se dirige el financiamiento, agrícola, industrial, manufacturero, telecomunicaciones, consumo personal, entre otros sectores. Posteriormente se emplean modelos sofisticados enfocados a cuestiones estadísticas y con el juicio del experto banquero, otorgante del crédito, realiza una ponderación de los factores.
Por ejemplo: si el sector de las telecomunicaciones se prevé que crecerá alrededor de 15% y las agencias calificadoras de riesgo consideran que el riesgo para este tipo de negocio sea bajo, el analista de crédito tendrá que considerar estas referencias al momento de canalizar los recursos de la institución.
La pérdida en caso de incumplimiento está asociada a la garantía que va a jugar un papel fundamental. Supongamos que la entidad bancaria otorga un préstamo por un monto de Bs. 1.000, sin garantía; dicha pérdida va a ser igual al 100% del valor en préstamo; pero si existe una garantía –cuyo valor real equivale a Bs. 500 en valor presente- la pérdida en caso de incumplimiento disminuye en un 50%.
Cuestiones adicionales a la pérdida en caso de incumplimiento se refieren a que las mejores prácticas asignan diferentes pérdidas (porcentuales), dependiendo de la garantía con respecto al valor de la deuda. Es muy importante reconocer que la valuación de la garantía no debe hacerse en términos nominales, porque pierde valor con el tiempo; entonces, es necesario un trabajo de cuánto realmente se va a recuperar con cada garantía.
El tercer gran elemento a considerar es el monto expuesto (MDI): el valor nominal de la deuda, obviamente neto de provisiones. “En algunos países se permiten los „neteos‟ de lo que me debes por lo que te debo, por los depósitos y por los créditos, este valor disminuye” (Armendáriz, 2001, p. 4). La pérdida esperada debe considerar y recalibrar, para el plazo y otorgamiento del crédito, lo ajustable linealmente al factor de riesgo; así mismo, el modelo brevemente descrito debe considerar otros elementos:
Otros factores que determinan el riesgo de las instituciones financieras son los siguientes (Añez, 2002):
Como se ha señalado existe una gran diversidad de procedimientos y factores cualitativos y cuantitativos que deben analizarse y evaluarse antes de otorgar un crédito, corresponde ahora abordar qué ocurre después del préstamo. La entidad bancaria tendrá la obligación de evaluar y clasificar los mismos con el objeto de estimar los requerimientos de provisión para eventuales pérdidas que le pudiesen afectar.
Cabe señalar, Freixas y Rochete (1997, p. 228) “establecen una relación positiva empírica entre el crédito bancario y el crecimiento económico en los países donde el sistema bancario se encuentra más desarrollado que el mercado de capitales”. En ese sentido, para ambos el sistema financiero de un país tiene un rol importante dada su función de reducir la ineficiencia derivada de la existencia de costos de intermediación y de transformación entre los agentes económicos.
Señalan Muci y Ponte (2004, p. 37) que “un banco universal se caracterizan por la concentración organizativa de diversas actividades y servicios financieros en una misma entidad física. A los bancos universales se les conoce también como banca múltiple”. Un banco universal realiza operaciones de créditos típicas de la banca comercial, banca de inversión, banca hipotecaria, entre otras.
En Venezuela se han promulgado cinco leyes entre 1999 y 2010 orientadas a flexibilizar el financiamiento del sector agrícola o agrario con los recursos de la banca nacional. Las leyes son las siguientes:
Cabe señalar, la ley de crédito para el sector agrario en Venezuela, el sector agrícola comprende los subsectores agrícolas animal, vegetal, forestal y pesquero. El sector agrícola es una actividad económica compleja, porque utiliza recursos naturales renovables y no renovables con procesos de producción complejos, para producir principalmente bienes de consumo.
El financiamiento del sector agrícola lo realizan los bancos universales en Venezuela mediante un porcentaje que va sobre su cartera de créditos bruta o total que es colocado el primer mes de cada año. “La cartera de créditos para una institución financiera constituye el registro de los saldos de principal pendiente de cobro, a favor de la entidad por operaciones de crédito directo concedidos a sus clientes mediante cualquier modalidad” (Fabozzy, 1996, p. 218). La cartera de créditos para un banco es el importe total de lo que es adeudado a la institución por sus prestatarios en un momento determinado. Se entiende por cartera de créditos agrícola o agraria de la banca universal en Venezuela el dinero que es adeudado a las entidades bancarias por los agricultores, ganaderos, acuicultores, entre otros.
De igual manera, “el crédito o préstamo para el sector agrícola se ha convertido en la palanca fundamental para el desarrollo agrario en Venezuela” (Bonilla, 2011, p. 15). El acceso al crédito o préstamo por parte de los productores agrarios promueve la creación de nuevas empresas, amplía la capacidad de producción de las fincas, genera empleo, incrementa la producción, aumenta la oferta de productos agrícolas, incrementa la productividad de los recursos materiales y humanos, lo anteriormente señalado se le conoce como crecimiento económico.
La crisis bancaria de Venezuela en 1994, produjo la reorganización, recuperación y reingeniería financiera ocurrida en el sistema bancario se instrumentó en el marco de la apertura a la banca extranjera y de progresiva, aunque lenta, transformación de la banca especializada hacia la banca universal. Produciéndose fusiones bancarias con lo cual se ha reducido el número de intermediarios financieros en el país.
En el periodo en estudio que va desde 1997 hasta 2010 se han presentado varias coyunturas nacionales, tales como:
La injerencia del Ejecutivo Nacional en el proceso de intermediación financiera de la banca en Venezuela, obedece al poco dinamismo de la actividad económica del país, por lo tanto, el Estado ha establecido porcentajes obligatorios sobre la cartera de créditos total o bruta de los bancos universales para ciertas áreas de interés nacional, como por ejemplo: sector agrícola, turismo, microfinanzas, vivienda, entre otras.
Dentro de esta perspectiva, el objetivo de investigación del artículo fue analizar el riesgo financiero de la cartera de créditos agrícola de la banca universal en Venezuela entre 1997-2010. El cual se realizó calculando índices de calidad de activos para la variable anteriormente descrita, en un periodo de alta volatilidad política, económica y social.
Para Araica (2006, p. 4)
“el crédito agrícola es un mecanismo por medio del cual se provee a la agricultura de los recursos financieros necesarios para su realización, mejoramiento y transformación, persiguiendo incrementar la producción y productividad de los recursos humanos y materiales”.
El crédito agrario es un instrumento selectivo de desarrollo destinado a suministrar a los agricultores recursos financieros complementarios, teniendo en cuenta su situación económica y social, para el mejoramiento de la agricultura y de su nivel de vida. Según Vélez (1984), citado por González, González y Vera (2011, p. 5), describe al crédito rural como un instrumento selectivo de desarrollo destinado a suministrar a los agricultores recursos financieros complementarios, teniendo en cuenta su situación económica y social, para el mejoramiento de la agricultura y de su nivel de vida.
En otras palabras, el crédito rural es de carácter selectivo, ya que solo tienen acceso a él los productores y las productoras con capacidad actual y potencial de pago. Las entidades de crédito deben ponderar con juicio la capacidad financiera de cada usuario para no contribuir a propiciar el aumento de los recursos propios del agricultor, pues con ello se generaría, además, una forma refinada de “desviación del crédito” hacia otras actividades diferentes al fin propuesto, cuando los recursos de capital disponibles para el agro son escasos, en particular en los países en desarrollo y sub-desarrollados.
El crédito agrícola se centra en el agro (vegetal, animal, pesquero y forestal), apoya financieramente las políticas agrarias de los gobiernos y se constituye en un instrumento óptimo para absorber los avances tecnológicos. Por ejemplo, cuando los productores carecen de los recursos financieros suficientes para aumentar la ganancia; o sea, del capital, es necesario estudiar la conveniencia de solicitar y obtener créditos con entidades financieras.
La Ley de crédito para el sector agrario (Ejecutivo Nacional, 2008b) establece que los recursos que se obtienen con los créditos agrícolas se utilizan para comprar insumos físicos indispensables para incrementar la producción, contratar mano de obra, pagar servicios profesionales, hacer inversiones (adquirir más terrenos, construir instalaciones, que pueden ser almacenes y casas para animales); así como contribuir al mantenimiento del equipo y la maquinaria con los que se procesan los productos que requieren ser transformados.
Las principales funciones del crédito agrícola se pueden circunscribir en su papel: de capitalización de la agricultura y como un instrumento para la incorporación de avances tecnológicos (Araica, 2006, p. 7):
Las características del crédito agrícola en relación con la producción agropecuaria son las siguientes (Araica, 2006, p. 8):
Luego de que una entidad bancaria ha aprobado un crédito corresponde realizar una clasificación del mismo, lo que se conoce como la cartera de créditos por situación del préstamo. Para Perozo (2003), la cartera de créditos según cuenta o según situación del préstamo se clasifican en:
La reprogramación involucra la modificación del periodo de reembolso, del tamaño de los reembolsos o de ambos, en un préstamo que aún se encuentra pendiente. Un préstamo por lo general es reestructurado para que el prestatario no continúe en mora y porque existen más posibilidades de que pueda efectuar sus pagos de manera oportuna.
No se recomienda la reestructuración de los préstamos porque esto hace que los préstamos riesgosos parezcan saludables. Por este motivo, el seguimiento de los préstamos reestructurados deberá efectuarse por separado del resto de la cartera. Los préstamos reprogramados han sido asignados a un nuevo calendario de reembolsos luego de haber estado en mora con respecto al calendario de reembolsos original.
Por lo tanto, puede parecer que estos están al día o que muestran una reducida morosidad, pero el riesgo asociado con estos préstamos es significativamente mayor que aquellos préstamos que continúan bajo su calendario de reembolso original.
El calendario de reembolso que deberá aplicarse en este cálculo es el que figura en el contrato de préstamo correspondiente. Si un préstamo ha sido reprogramado oficialmente, un nuevo contrato con un nuevo calendario de reembolsos habrá sido emitido.
Los créditos vencidos y en litigio son considerados como préstamos improductivos, son aquellos que se encuentran en mora en por lo menos un pago.
“una contingencia es una condición o situación cuyo resultado final, ganancia o pérdida, solo se confirmará si acontecen, o dejan de acontecer, uno o más sucesos futuros inciertos”.
“El concepto de previsión, según la aceptación lingüística (vocablo proveniente del latín preavisio) significa la adopción de las medidas necesarias para hacer frente a sucesos que se prevén como posibles de acaecer” (Villegas, 1992, p. 234). Continuando con este autor, el concepto desde el punto de vista técnico-contable no difiere mucho y podría enunciarse genéricamente como “la estimación oportuna y suficiente para afrontar contingencias de muy probable concreción, que de producirse irrogarían una pérdida-ganancia (según corresponda) al ente” (Villegas, 1992, p. 235).
Todas las instituciones financieras deberían establecer reservas para préstamos incobrables realistas, para así poder demostrar con precisión tanto el tamaño de su cartera como el importe real de sus gastos (tomando en cuenta que la morosidad es un costo operacional). El análisis de la reserva deberá ser efectuado con regularidad.
“Donde las provisiones constituidas representan un porcentaje que se incrementa sistemáticamente con la antigüedad del préstamo”.
(Waterfield y Ramsing, 1998, p. 174). Al sumar los créditos vigentes, reestructurados, vencidos y en litigio se obtiene lo que se conoce como cartera de créditos bruta o cartera de créditos total.
Se definen como aquellos que están relacionados con las posibles pérdidas en los mercados financieros. Los movimientos en las variables financieras, tales como las tasas de interés y los tipos de cambio, constituyen una fuente importante de riesgos para la mayoría de las empresas.
La importancia sobre el conocimiento y manejo de los riesgos del negocio y el entorno, le permite a la gerencia la implementación de determinados planes que anticipen los posibles resultados adversos y sus consecuencias. De esta manera se estaría preparando a la gerencia para enfrentar la incertidumbre sobre variables que afecten las operaciones de la empresa, y por ende sus resultados económicos.
Cuadro 1.
Tipos de riesgos financieros asociados a la actividad bancaria
TIPO DE RIESGO | DEFINICIÓN |
---|---|
DE MERCADO | Se deriva de cambios en los precios de los activos y pasivos financieros (o volatilidades) y se mide a través de los cambios en el valor de las posiciones abiertas. |
DE CRÉDITO | Se presenta cuando las contrapartes están poco dispuestas o imposibilitadas para cumplir sus obligaciones contractuales. |
DE LIQUIDEZ | Se refiere a la incapacidad de conseguir obligaciones de flujos de efectivo necesarios, lo cual puede forzar a una liquidación anticipada, transformando en consecuencia las pérdidas en “papel” en pérdidas realizadas. |
OPERACIONAL | Se refiere a las pérdidas potenciales resultantes de sistemas inadecuados, fallas administrativas, controles defectuosos, fraude o error humano. |
LEGAL | Se presenta cuando una contraparte no tiene la autoridad legal o regulatoria para realizar una transacción. |
TRANSACCIÓN | Asociado con la transacción individual denominada en moneda extranjera: importaciones, exportaciones, capital extranjero y préstamos. |
TRADUCCIÓN | Surge de la traducción de estados financieros en moneda extranjera a la moneda de la empresa matriz para objeto de reportes financieros. |
ECONÓMICO | Asociado con la pérdida de ventaja competitiva debido a movimientos de tipo de cambio. |
POLÍTICO | Es originado por los cambios en la legislación del país. |
REPUTACIÓN | Son adquiridos por la institución cuando posee transacciones o relaciones de negocios ilícitos con clientes. |
PAÍS | Surge de la diferencia entre los rendimientos de los títulos de emisión de deuda pública de un país con los bonos de deuda de Estados Unidos. Mide la capacidad de pago del país. |
CALCE | Está relacionado con falta de simetría en los plazos de sus operaciones, es decir, cuando las operaciones activas están pactadas a un plazo mayor que las operaciones pasivas. |
CONCENTRACIÓN | Cuando existe incumplimiento de un grupo de deudores relacionados o vinculados entre sí o que conforman un grupo importante de deudores no relacionados. |
CONTAGIO | Es originado si existe una crisis puntual en una de las empresas del grupo financiero o de otras empresas del sistema financiero. |
Fuente: Con base en Rodner (1997), Sudeban (1998 y 2003) y Chang y Negrón, (2004).
Los indicadores son utilizados por la gerencia para presentar de manera más concisa la información de los estados financieros, facilitando el análisis de gestión de una organización y la toma de decisiones. Un indicador es un número y por lo tanto no refleja la situación completa de la institución. Los indicadores deberán ser complementados con las observaciones recogidas del personal y de los clientes, tomando en cuenta muy de cerca los aspectos morales y las percepciones (Waterfield y Ramsing, 1998, p. 50).
Los ratios de calidad de cartera son los primeros en las listas de los textos de administración e instituciones financieras. La cartera de préstamos es el activo de mayor tamaño administrado por un banco, y si este no es administrado correctamente, los préstamos irrecuperables pueden convertirse en el mayor gasto de la institución. Para Waterfield & Ramsing (1998) una buena gestión de la cartera es la característica que generalmente distingue a las instituciones sólidas y sostenibles de aquellas que están pasando por serios problemas.
Una cartera de mala calidad agota la energía de una institución. El personal tiene que desviar su atención hacia la recuperación de los préstamos. Los costos se incrementan debido al esfuerzo adicional, mientras que los ingresos empiezan a caer como resultado de la falta de pago de los intereses. Los clientes empiezan a considerar a la institución no como una proveedora de servicios para la comunidad, sino como una entidad enfocada hacia la desagradable tarea de la recuperación de los préstamos. Además, durante una crisis de liquidez los buenos clientes pierden el acceso a los servicios y a la continuidad de los préstamos por importes cada vez mayores.
La investigación fue descriptiva, con un diseño no experimental longitudinal de tendencia. La población estuvo conformada por la totalidad de la banca universal en Venezuela para el periodo 1997-2010. La banca universal posee el 97,3% de la cartera de créditos agrícola del sistema bancario nacional de Venezuela al 31 de diciembre de 2010. La información de la cartera de créditos agrícola según cuentas o situación de la banca universal se obtuvo de los informes anuales de la Sudeban.
Antes de describir los resultados de la investigación, es importante resaltar que el periodo en estudio fue 1997-2010. Sin embargo, entre 1997-2004 la banca universal en Venezuela estuvo conformada solo por entidades financieras privadas. A partir del año 2005 es donde la banca universal está conformada por entidades públicas y privadas.
La morosidad de los préstamos agrícolas de la banca universal total en Venezuela se describe en el Cuadro 2, en 1998 este índice obtuvo su valor mayor de 11,8%, es decir, por cada 100 bolívares que prestó los bancos universales privados y públicos 11,8 bolívares presentaron inconvenientes de pago. La elevada morosidad en 1998 se debe a la eliminación de la tasa de interés preferencial en 1997 para el sector agrícola, lo cual implicó un mayor incremento de los costos financieros.
Entre 1989 y 1997 se mantuvo una tasa de interés preferencial para los préstamos al sector agrícola que era equivalente al 85% de la tasa de interés activa promedio ponderada cobrada por los seis bancos comerciales del país con mayor volumen de depósitos, excluida la cartera agrícola. En agosto de 1997 el BCV decidió que el sector agrícola debe cancelar sus préstamos a la misma tasa de interés que priva para los otros sectores de la economía, lo cual originó un aumento de los costos de financiamiento y una reducción de las solicitudes de crédito por parte de los agricultores.
Las políticas de financiamiento dirigidas al sector agrícola por el Ejecutivo Nacional entre 1999-2010, persiguen incentivar la producción agraria del país con una tasa de interés preferencial. En el Cuadro 3 se evidencia como ha sido el comportamiento de la tasa de interés agrícola de los seis principales bancos comerciales y universales con cobertura nacional. En 1998 la tasa de interés agrícola fue de 51,2%, la más alta en toda la serie de estudio. Al final del periodo, en el 2010 la tasa de interés agrícola fue de 12,4%, la menor entre 1997-2010.
Cuadro 2.
Índice de morosidad de las colocaciones agrícolas de la banca
universal en Venezuela 1997-2010
(Cifras en porcentajes)
Años | Morosidad agrícola Banca Universal | Tasa de Interés Agrícola de los 6 principales bancos comerciales y universales con cobertura nacional_1 |
||
---|---|---|---|---|
Total | Privada | Pública | ||
97 | 2,7 | 2,7 | - | 20,1 |
98 | 11,8 | 11,8 | - | 51,2 |
99 | 9,3 | 9,3 | - | 26,7 |
00 | 6,5 | 6,5 | - | 17,6 |
01 | 4,5 | 4,5 | - | 21,5 |
02 | 4,8 | 4,8 | - | 36,6 |
03 | 2,1 | 2,1 | - | 16,4 |
04 | 0,8 | 0,8 | - | 17,9 |
05 | 0,8 | 0,8 | 0,8 | 16,4 |
06 | 0,7 | 0,7 | 1,8 | 15,4 |
07 | 0,6 | 0,6 | 1,4 | 17,3 |
08 | 1,4 | 0,7 | 7,5 | 13,2 |
09 | 2,8 | 1,8 | 5,6 | 12,8 |
10 | 5,0 | 2,6 | 12,1 | 12,4 |
Fuente: Ver Anexo 1 (Banco Central de Venezuela, 1998-2010).
Continuando con el análisis, el indicador de morosidad agrícola de la banca universal total entre 1998-2001 experimentó un descenso, es decir, de 11,8% en 1998 pasa a 4,5% en 2001, una reducción 7,3 puntos porcentuales. Luego este índice en 2002 sube levemente a 4,7%. Se debe recordar la conflictividad política, económica y social presente en Venezuela en el 2002, que conllevaron, a una contracción del PIB nacional en 8,9%, la inflación de ubicó en 31,2% y la tasa de interés activa alcanzó el 38,4%. En el 2007 la morosidad de las colocaciones agrícolas de la banca universal total fue de 0,62%, la menor en toda la serie en estudio. Finalmente, la morosidad de los préstamos agrarios de la banca universal total se sitúo en 5,05% en 2010, lo que implica que en tres años se ha incrementado 4,43 puntos porcentuales, al compararse con el 2007.
Asimismo, la morosidad de la banca universal privada de los créditos agrícolas se situó en 1998 en 11,8%. Vale la pena recordar en el periodo que ve desde 1998 hasta 2004 la banca universal solo estaba constituida por instituciones privadas. El indicador de morosidad menor de todo el periodo para la banca universal total y banca universal privada fue en el 2007 donde se ubicó en 0,6%. En el 2010 la demora para el pago de los préstamos agrícola de la banca universal privada fue de 2,6%, si se compara con el resultado obtenido de la banca universal total cuyo indicador fue de 5,02% para ese mismo año, la morosidad agraria de los bancos universales privados se ubica 2,42 puntos porcentuales por debajo de la morosidad agraria de la banca universal total.
No obstante, la morosidad de la cartera de créditos agrícola de la banca múltiple pública en el 2005 fue de 0,8%, la menor entre 2005-2010, periodo donde el Estado incursiona en el negocio de la banca universal. En el 2010 el resultado obtenido para la demora de los préstamos del sector agrario fue de 12,05%, si se compara con la morosidad agrícola el de la banca universal privada cuyo valor fue de 2,6% para ese mismo año, la morosidad de la colocaciones agrarias de la banca pública está 9,45 puntos porcentuales por encima de la morosidad agrícola de la banca universal privada.
Corresponde ahora analizar el Ratio Créditos Reestructurados agrícolas de la banca universal. En 2010 el valor del RCR de las colocaciones agrícolas de la banca universal total fue de 3,35%, es decir, por cada 100 bolívares que financió la banca universal total a la agricultura un poco más de 3 bolívares tuvo que cambiar sus condiciones de pago originales. En ese mismo año, el RCR de la banca universal privada y pública fue de 1,63% y 8,40%, respectivamente.
En 2005 el resultado del RCR de los préstamos agrícolas de la banca universal total fue de 0,04%, el menor de toda la serie en estudio. En ese año, el RCR agrícola de la banca universal privada y pública se situó en 0,03% y 0,41%, respectivamente. Al compararse con los resultados obtenidos del año 2010, el RCR agrícolas de la banca universal privada y pública se han incrementado 1,6% y 7,99% puntos porcentuales respectivamente.
De igual manera, el RCR de los préstamos agrícolas de la banca universal privada obtuvo su valor mayor en 1998, el cual fue de 2,01%. En el 2005 el RCR agrícola de la banca universal privada se situó en 0,03%, el menor en toda la serie en estudio. Al comparase el RCR de las colocaciones agrícolas de 2005 y 2010, donde se ubicaron en 1,63% y 0,03% respectivamente, se puede describir que en tan solo cinco año este indicador se ha incrementado 1,6 puntos porcentuales.
Cuadro 3.
Ratio Créditos Reestructurados (RCR) de las colocaciones agrícolas de la
banca universal en Venezuela 1997-2010
(Cifras en porcentajes)
Años | Morosidad agrícola Banca Universal | Tasa de Interés Agrícola de los 6 principales bancos comerciales y universales con cobertura nacional_1 |
||
---|---|---|---|---|
Total | Privada | Pública | ||
97 | 1,1 | 1,1 | - | 20,11 |
98 | 2,01 | 2,01 | - | 51,17 |
99 | 1,12 | 1,12 | - | 26,72 |
00 | 0,37 | 0,37 | - | 17,55 |
01 | 0,71 | 0,71 | - | 21,49 |
02 | 1,02 | 1,02 | - | 36,57 |
03 | 0,84 | 0,84 | - | 16,39 |
04 | 0,17 | 0,17 | - | 17,9 |
05 | 0,04 | 0,03 | 0,41 | 16,43 |
06 | 0,22 | 0,22 | 0,05 | 15,4 |
07 | 0,18 | 0,19 | 0,04 | 17,33 |
08 | 0,48 | 0,39 | 1,22 | 13,16 |
09 | 1,24 | 1,32 | 1,05 | 12,79 |
10 | 3,35 | 1,63 | 8,40 | 12,37 |
Fuente: Ver Anexo 2 (Banco Central de Venezuela, 1998-2010).
Los diferentes riesgos financieros asociados a las operaciones de colocación son los siguientes: riesgo de mercado, riesgo crediticio y riesgo operativo. El riesgo de mercado son las pérdidas que se obtienen por las fluctuaciones de las tasas de interés, tipo de cambio y precios de los títulos-valores. El riesgo operativo tiene que ver con fallas en los procesos internos de las operaciones, como por ejemplo, la omisión de un documento al momento de conceder un crédito. El riesgo crediticio son las eventuales pérdidas que se producen por el incumplimiento del deudor.
El índice de morosidad de los créditos agrícolas de la banca universal total evidenció una tendencia hacia la baja entre 1998 y 2007, en 1998 se situó en 11,8% y pasa en 2007 a 0,6%. Al final del periodo, el indicador para la banca universal total se ubicó en 5,0%. Por otro lado, el Estado decide incursionar en el negocio de la banca universal en el 2005, la banca universal pública tiene una morosidad agrícola en 2005 de 0,8% y pasa en 2010 a 12,1%. La morosidad de la banca universal privada estuvo por debajo de lo morosidad de la banca universal pública entre 2006-2010.
El ratio créditos reestructurados agrícolas de la banca universal total obtuvo su valor mayor en 2010 por un valor de 3,35%. Para ese mismo año, la banca universal privada y pública el ratio créditos reestructurados agrícolas fue de 1,63% y 8,40% respectivamente.
Es importante destacar, la banca universal privada tiene el ratio créditos reestructurados agrícolas más elevado en 1998 por un valor de 2,01%.
Cuando los niveles de morosidad están disminuyendo significa que existe un mejoramiento de la cartera de créditos vigentes; de igual manera evidencia que la cobertura de la cartera improductiva y la cobertura a cartera total serán menores. Entre 1998-2007 existe un fortalecimiento del sistema bancario nacional, ya que no existe un despilfarro de recursos por parte de las instituciones a efectuar un aprovisionamiento excesivo para cubrir sus cuentas improductivas, es decir, han realizado un análisis de perfil de riesgo de sus clientes acertado. Además, las constantes regulaciones del Ejecutivo Nacional con respecto a las tasa de interés preferencial para el sector agrícola han influido de manera significativa en los resultados obtenidos por la banca universal y por ende el sistema financiero en general.
Para finalizar, para los últimos tres años del periodo en estudio, se evidenció un repunte del indicador de morosidad y de ratio créditos reestructurados de la cartera de créditos agrícola de la banca universal en Venezuela. Sin embargo, la tasa de interés aplicada a los préstamos agrícolas se ha mantenido hacia la baja. En ese sentido, otros factores como los políticos (expropiaciones), sociales (invasiones), económicos (control de precios) y ambientales (vaguadas) están afectando la capacidad de pago de los agricultores.
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Anexo 1.
Cálculo del índice de morosidad agrícola de la banca universal en Venezuela 1997-2010
Años | Banca universal pública y privada | Banca universal privada | Banca universal pública | ||||||
créditos inmovilizados_1 | créditos brutos_2 | Morosidad %_3 | créditos inmovilizados_4 | créditos brutos_5 | Morosidad %_6 | créditos inmovilizados_7 | créditos brutos_8 | Morosidad %_9 | |
1997 | 8.204 | 310.117 | 2,7 | 8.204 | 310.117 | 2,7 | - | - | - |
1998 | 21.252 | 180.139 | 11,8 | 21.252 | 180.139 | 11,8 | - | - | - |
1999 | 19.585 | 209.841 | 9,3 | 19.585 | 209.841 | 9,3 | - | - | - |
2000 | 16.941 | 261.284 | 6,5 | 16.941 | 261.284 | 6,5 | - | - | - |
2001 | 15.773 | 353.589 | 4,5 | 15.773 | 353.589 | 4,5 | - | - | - |
2002 | 17.236 | 359.511 | 4,8 | 17.236 | 359.511 | 4,8 | - | - | - |
2003 | 7.221 | 337.442 | 2,1 | 7.221 | 337.442 | 2,1 | - | - | - |
2004 | 4.026 | 532.932 | 0,8 | 4.026 | 532.932 | 0,8 | - | - | - |
2005 | 4.810 | 635.275 | 0,8 | 4.691 | 620.954 | 0,8 | 778 | 93.603 | 0,8 |
2006 | 5.822 | 830.399 | 0,7 | 5.329 | 802.322 | 0,7 | 3.801 | 216.370 | 1,8 |
2007 | 7.457 | 1.210.364 | 0,6 | 6.536 | 1.143.973 | 0,6 | 8.194 | 590.681 | 1,4 |
2008 | 20.633 | 1.424.479 | 1,4 | 8.915 | 1.269.209 | 0,7 | 135.666 | 1.797.688 | 7,5 |
2009 | 48.020 | 1.697.412 | 2,8 | 21.735 | 1.224.621 | 1,8 | 328.152 | 5.902.588 | 5,6 |
2010 | 84.280 | 1.678.038 | 5,0 | 32.762 | 1.250.632 | 2,6 | 938.681 | 7.787.496 | 12,1 |
Fuente: _1, _2, _4, _5, _7 y _8, Informe Anual de la Sudeban (1997-2010). _3, _6 y _9, cálculos propios.
Anexo 2.
Cálculo del Ratios Créditos Reestructurados (RCR) agrícolas de la banca universal en Venezuela 1997-2010
Años | Banca universal pública y privada | Banca universal privada | Banca universal pública | ||||||
créditos inmovilizados_1 | créditos brutos_2 | Morosidad %_3 | créditos inmovilizados_4 | créditos brutos_5 | Morosidad %_6 | créditos inmovilizados_7 | créditos brutos_8 | Morosidad %_9 | |
1997 | 3.400 | 310.117 | 1,1 | 3.400 | 310.117 | 1,1 | - | - | - |
1998 | 3.613 | 180.139 | 2,01 | 3.613 | 180.139 | 2,01 | - | - | - |
1999 | 2.342 | 209.841 | 1,12 | 2.342 | 209.841 | 1,12 | - | - | - |
2000 | 964 | 261.284 | 0,37 | 964 | 261.284 | 0,37 | - | - | - |
2001 | 2.495 | 353.589 | 0,71 | 2.495 | 353.589 | 0,71 | - | - | - |
2002 | 3.665 | 359.511 | 1,02 | 3.665 | 359.511 | 1,02 | - | - | - |
2003 | 2.820 | 337.442 | 0,84 | 2.820 | 337.442 | 0,84 | - | - | - |
2004 | 930 | 532.932 | 0,17 | 930 | 532.932 | 0,17 | - | - | - |
2005 | 260 | 635.275 | 0,04 | 201 | 620.954 | 0,03 | 383 | 93.603 | 0,41 |
2006 | 1.787 | 830.399 | 0,22 | 1.774 | 802.322 | 0,22 | 99 | 216.370 | 0,05 |
2007 | 2.168 | 1.210.364 | 0,18 | 2.141 | 1.143.973 | 0,19 | 237 | 590.681 | 0,04 |
2008 | 6.878 | 1.424.479 | 0,48 | 4.991 | 1.269.209 | 0,39 | 21.852 | 1.797.688 | 1,22 |
2009 | 21.127 | 1.697.412 | 1,24 | 16.185 | 1.224.621 | 1,32 | 61.698 | 5.902.588 | 1,05 |
2010 | 56.256 | 1.678.038 | 3,35 | 20.346 | 1.250.632 | 1,63 | 654.310 | 7.787.496 | 8,40 |
Fuente: _1, _2, _4, _5, _7 y _8, Informe Anual de la Sudeban (1997-2010). _3, _6 y _9, cálculos propios.