La geografía política en las competencias genéricas y disciplinares


Recepción: 30/7/2010

Revisión: 12/08/2010

Aceptación: 31/08/2010



Juan Rodríguez González


Juan Rodríguez González
Profesor-Investigador de la Universidad de Guanajuato. Campus León. México.
mailto:antuarodg@gmail.com
http://sites.google.com/site/antuarodg/home



Resumen


En la práctica docente es primordial la contextualización geográfico espacial de los fenómenos sociales; para tal efecto, se plantea a la geografía política como una disciplina que ayuda en la contextualización de fenómenos sociales en diferentes escalas geográficas: local, nacional y global. Se considera que su utilización es indispensable para que el docente amplíe sus referentes contextuales, en el sentido de que los alumnos tengan mayores elementos que lo ocurrido en el ámbito local; toda vez que lo que sucede en la escala local está influido y repercute regularmente en la escala nacional y global. Asimismo, se retoma la clasificación de Tobón (2007) con referencia a las competencias genéricas y disciplinares, para tratar de evidenciar la necesidad de la contextualización a partir de las escalas geográficas. Se toma como ejemplo el caso de la geografía política de los empresarios en Aguascalientes (entidad federativa de la República Mexicana).

Palabras clave: Competencias docentes; Escalas geográficas; Geografía política; fenómenos sociales.

 


Politics geography in generic and disciplinary competences



Abstract


Geographical spatial contextualization of social phenomena is essential in teaching practice. For this purpose, politics geography is stated as a discipline that helps contextualizing social phenomena in different geographical scales such as the local, national and global. It is considered that using it is necessary for the teacher to expand his contextual referents in order to make the students have more elements besides what locally happened; due to what happens at a local scale is influenced and regularly impacts at a national and global scale. Likewise, the generic and disciplinary classification by Tobón (2007) is taken into account in order to put in evidence the need of contextualization starting from geographical scales. The case of Aguascalientes (Federal state of Mexico) entrepreneurs’ politics geography constitutes an example of it.

Key words: Teaching competences; Geographical scales; Politics geography; Social phenomena.

 


La geografia politica nelle competenze generiche e disciplinari



Riassunto


Nella pratica docente è importante la contestualizzazione geografico-spaziale dei fenomeni sociali. A tale scopo, la geografia politica viene considerata come una disciplina che aiuta nella contestualizzazione dei fenomeni sociali in diverse scale geografiche come la locale, nazionale e la globale. Si considera che la sua utilizzazione è indispensabile perchè l’insegnante allarghi i suoi referenti contestuali, nel senso che i discenti abbiano più elementi apparte quelli che succedono a scala locale che però vengono influenziati e risuonano regolarmente a scala nazionale e globale. Allo stesso tempo, la classifica sulle competenze generiche e disciplinari di Tobón (2007) viene riconsiderata per cercare di evidenziare la necessità della contestualizzazione partendo da scale geografiche. Il caso della geografia politica degli imprenditori di Aguascalientes (stato federale del Messico) viene esposto come esempio.

Key words: Competenze docenti; Scale geografiche; Geografia politica; Fenomeni sociali.

 


Introducción


En el presente trabajo se pretende demostrar la pertinencia de discutir eventos coyunturales a partir de un contexto ampliado; ya que es una de las competencias genéricas fundamentales para potencializar los conocimientos y habilidades de los educandos: establecer parámetros y que el estudiante compare a partir de las Escalas Geográficas elementales (Global, Nacional y Local) los fenómenos sociales.

Para tal efecto, se ejemplificará en el empoderamiento de los empresarios en la esfera pública a partir de la participación electoral en Aguascalientes (entidad federativa de la República Mexicana). En primera instancia, se hará un breve recorrido por la propuesta teórica (Geografía Política); posteriormente, se analizará el actuar de los sujetos de estudio (empresarios) en diferentes escalas geográficas.

Finalmente, se establecerá la pertinencia de la utilización de las escalas geográficas en el desarrollo y movilización de saberes que lleven al educando a una formación más amplia en competencias.


El problema del etnocentrismo


En la taxonomía de competencias de Tobón (2007), se encuentran tres tipos de competencias: Genéricas, Disciplinares y Profesionales. En este trabajo se hará referencia a las dos primeras. En las Genéricas, se hace referencia a las Contextuales; en las Disciplinares a la Geografía Humana para referenciar espacialmente un ejemplo que permita evidenciar la pertinencia de una visión más amplia de cualquier fenómeno social.

Las competencias genéricas son aquellas que todos los estudiantes deben estar en la capacidad de desempeñar, y permitirán a los educandos comprender su entorno local, nacional e internacional e influir en él, contar con herramientas básicas para continuar aprendiendo a lo largo de la vida, y practicar una convivencia adecuada en sus ámbitos social, profesional, familiar, etc. (México, Diario Oficial de la Federación. Acuerdo Secretarial Número 444).

Según Cázares (2009), el enfoque basado en competencias se utiliza como un medio para alcanzar las metas de reconocer la práctica docente como el punto de salida, a partir de donde la transformación comenzará a ser una vía innovadora para el cambio.

Es común que el docente trate de captar la atención de los alumnos y a través de analogías, pretenda desarrollar y movilizar saberes ejemplificando por medio de un suceso social coyuntural; como sería algún caso de delincuencia de gran impacto local.

Lo anterior no puede ser recriminado, ya que, en la práctica, en competencias, se debe reconocer, reflexionar y resignificar dichos saberes. Lo que se considera no es adecuado, es partir de una concepción etnocentrista, pretendiendo que tal o cual fenómeno es propio y único del ámbito local.

Se debe analizar el caso de los empresarios y su participación política. En Aguascalientes (estado de la República Mexicana), los empresarios se han desplazado del ámbito del Mercado, hacia el Político-Electoral desde hace varios lustros; lo cual les ha permitido extender el empoderamiento del sector privado, hacia la esfera pública.

Sin un referente más amplio, escasamente el educando tendrá un parámetro de la importancia de dicho fenómeno (como seguramente le estará sucediendo al lector en este momento, ya que no conoce aspectos locacionales de la ciudad en cuestión). En ese momento, el docente “dispara” una serie de preguntas detonadoras que pretenden que el alumno desarrolle saberes (ser, hacer y conocer), verbigracia: ¿Por qué los empresarios llegan al poder público? ¿Desde cuándo han manifestado su participación electoral?

La discusión seguramente será álgida; pero comúnmente carente de un referente más amplio que la escala geográfica local. Pero ¿Dicho fenómeno de la trasgresión de los empresarios al ámbito político electoral es exclusivamente local? ¿Se ha manifestado en la escala geográfica Nacional? ¿No responde a una dinámica de empoderamiento del sector privado a la administración pública de carácter internacional? Pasa en Honduras, Chile, Italia, etc.

Si se retoma la tipología de las competencias de Tobón (2007), se puede enfocar en las competencias educativas disciplinares para auxiliar en una contextualización más amplia que permita y promueva a su vez en el educando una metacognición del fenómeno en cuestión: empoderamiento público del empresariado (se entiende por empoderamiento la extensión del poder de determinado sujeto social hacia un ámbito de acción diferente al socialmente reconocido).

En este sentido, se propone a la Geografía Humana como herramienta de comunicación y socialización de saberes con una visión holística. Para tal efecto, se hará un breve recorrido teórico sobre una de las subdisciplinas de la Geografía Humana: la Geografía Política; la que se asume puede ser considerada una competencia disciplinar ampliada para lograr la metacognición de un suceso coyuntural-local.


Geografía política y las escalas geográficas como herramienta docente


La geografía política está atrayendo nuevamente el interés de los científicos sociales (Emmerich, 1993; Foucault, 1997; Lipset, 1996; Palacios, 1993; entre otros). Claval (1982) discurre que las relaciones espaciales son en última instancia relaciones de poder, y que constituyen la problemática y el objeto de estudio de la geografía política.

Hasta la década de los setenta, se consideraba a Claval (1982) como uno de sus principales exponentes; este autor enfatiza en la relación entre espacio y poder, aunque para el mismo Claval (1982) son los trabajos de Foucault y Raffestin los más recomendables para establecer la relación entre escalas espaciales y las relaciones de poder. (Rodríguez: 2007).

En lo referente al empoderamiento en el análisis de la geografía política, Sánchez (1981) hace énfasis en el tratamiento de la categoría del poder en su relación con el espacio, destacando el interés de la geografía política por la relación entre la organización política de la sociedad y el espacio geográfico; donde la organización política se asienta sobre el conjunto de normas y valores impuestos socialmente según ciertos modelos.

En tanto que el espacio geográfico, al ser heterogéneo debe ser adaptado siguiendo también las pautas de alguno de estos modelos sociales impuestos. La propuesta de Sánchez (1981) se acerca al análisis de la problemática de este trabajo, sobre todo por la iniciativa de las normas y valores impuestos socialmente, normas y valores que hasta los setenta, estaban lejos de concebir al empresario en el ámbito político-electoral.

Pero el planteamiento de Sánchez (1981) presenta una problemática recurrente en la mayoría de los autores (Emmerich, 1993; Foucault, 1997; Lipset, 1996; Palacios, 1993; Claval, 1982) dedicados a la geografía política estudiados: centran su análisis en los Estados nacionales; y a pesar de que discurren sobre otras escalas geográficas (global y local), lo hace de manera inconexa, sin considerarlas como un sistema. Error recurrente también en la práctica docente, donde como ya se enunció, se pretende que los fenómenos mantienen una visión parroquial.

El abordaje teórico que realiza Taylor (2001) parece el más adecuado para el tratamiento de geografía política que se intenta seguir; ya que además de conectar a las tres escalas geográficas, y vincular a la mayoría de las subdisciplinas de la geografía política en forma crítica (geografía electoral, geografía del poder, geografía del apoyo, geopolítica), enriquece su análisis al contemplarlo a través de varias dimensiones (espacial, temporal, económica y política), logrando una aproximación sistémica con cada una de estas aristas.

La depuración que Taylor (1994) hace sobre sus antecesores alienta a retomar algunos de sus postulados de geografía política.



Postulados de geografía política


Autor Época Aporte
Carl Ritter Finales del siglo XIX Enfatiza en la multidisciplinariedad de los estudios de la geografía
Friedrich Ratzel Inicios del siglo XX Argumenta un condicionamiento de las actividades humanas respecto del medio físico, sentando las bases del determinismo geográfico
Claval y Raffestin Década de los setenta del siglo XX Realzan a las escalas geográficas como un elemento imprescindible para explicar la conformación territorial del poder
Foucault Década de los ochenta Enfatiza la posibilidad de realizar un análisis espacial de las relaciones de poder
Joan-Eugeni Sánchez Ochenta y noventa Prioriza la categoría del poder en su relación con el espacio
Taylor Última década del siglo XX Conecta tres escalas geográficas (local, nacional y mundial) y vincula a la mayoría de las subdisciplinas de la geografía política en forma crítica (geografía electoral, geografía del poder, geografía del apoyo, geopolítica, etc.)
Rodríguez Inicio del siglo XXI Enriquece el análisis tayloriano a través de varias dimensiones (espacial, temporal, económica, social, cultural y política), logrando una aproximación sistémica con cada una de estas aristas

Fuente: Rodríguez 2010.



En el caso que ahora compete, se asume que son los empresarios, como actores no estatales, quienes se posicionan en la dimensión político electoral y partidista con mayor posibilidad de convertirse en actores estatales.

Si bien, en México este fenómeno es reciente en la escala geográfica nacional, con un empresario a la cabeza del gobierno federal (Vicente Fox, Presidente de México en el periodo 2000-2006); para Aguascalientes no es tan novedoso, ya que se tiene referencia de varios empresarios que han sido presidentes municipales de la capital estatal, así como de los dos más recientes gobernadores: Felipe González (gobernador en el periodo 1998-2004) y Luis Armando Reynoso Femat (2004-2010), que arriban del sector privado y se convierten en actores estatales.

En Aguascalientes se dio por primera vez la alternancia partidista en 1998 en el gobierno estatal (con el empresario Felipe González); pero ya se habían reconocido oficialmente algunos triunfos de la oposición en varios municipios desde 1995, como el de los empresarios Alfredo Reyes (Presidente Municipal en el periodo 1995-1998), Luis Armando Reynoso (Presidente Municipal, 1998-2001), Ricardo Magdaleno (Presidente Municipal, 2001-2004) (Rodríguez, 2007).

Este fenómeno también se da en otras entidades del país, como: Querétaro (Ignacio Loyola, Gobernador en el periodo 1997-2003), Sonora (Eduardo Burns, Gobernador en el periodo 2003-2009), Veracruz (Miguel Alemán, Gobernador 1998-2004), Chihuahua (Francisco Barrio, 1992-1998) y Nuevo León (Fernando Canales, 1997-2003), Guanajuato (Vicente Fox, 1995-1999); sin olvidar el creciente número de municipios en el país que se integran a esta dinámica; presentando ciertas connotaciones regionales: es más evidente en el norte y en el centro del país.

Pero también mantiene ciertos regionalismos: en el centro es liderada por empresarios agrupados en la Cámara Nacional de Comercio y el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios; y en el norte por la Confederación Patronal Mexicana y el Consejo Coordinador Empresarial.

Volviendo a la geografía política de Taylor (2001), el autor resuelve la problemática que había representado la utilización tripartita de las escalas geográficas (global, nacional y local) en la mayoría de las propuestas de geografía política, al retomar los supuestos de los sistemas-mundo y la economía-mundo de Wallerstein (1999).

Los sistemas mundiales de Wallerstein (1999) plantean el supuesto de un cambio social con una extensión global, bajo el pretendido de una sociedad única, donde las sociedades nacionales pasan a ser parte de un todo mayor.

Por ello, el cambio social sólo puede ser comprendido en un contexto más vasto: el Sistema Mundo, teniendo como medio a la Economía-Mundo. Los elementos fundamentales que Wallerstein (1999) distingue en su Economía-Mundo son: un mercado mundial único (capitalista); un sistema de múltiples Estados (porque si un Estado llegara a controlarlo por completo, el sistema se transformaría en un imperio-mundo).

Y, finalmente, estructuras tripartitas, esto es, que los procesos de explotación de la economía-mundo operan en un formato de tres niveles: global, nacional y local (Taylor; 1994).





Según Wallerstein (2001), en la economía-mundo no existe una estructura política dominante, ya que es el Mercado el que controla la competencia entre las diversas unidades de producción; pero el propio Mercado produce un sistema desigualitario, polarizador, tanto económica como socio-políticamente.

En el modelo tripartito tayloriano, la escala que separa los intereses del conflicto global-local, es la escala nacional; pues ésta constituye la ideología que separa la experiencia de la realidad. La escala de la experiencia (local) es en la que se vive a diario, incluye todas las necesidades fundamentales: como el trabajo, techo, consumo de artículos básicos, etc.; es a esta escala a la que regularmente hace referencia el docente para desarrollar saberes en el educando, sin conectar los sucesos o el fenómeno de estudio entre las tres escalas.

En el modelo de Wallerstein (2001), las actividades cotidianas no dependen de la localidad, ya que se vive en un sistema mundial; en la economía-mundo los acontecimientos más importantes se producen a escala global (realidad), que es la escala final de acumulación en la que el Mercado define los valores que acabarán imponiéndose en las comunidades locales.

Pero esta influencia no es directa; en el Mercado mundial hay un filtro constituido por determinados agrupamientos de comunidades locales que forman los Estados (ideología) (Taylor; 1994). La política de la escala nacional puede reducir o aumentar la influencia que ejercen los procesos globales en las comunidades que la integran.

Cuando Taylor (2001) habla de realidad, se refiere a una realidad holística, que integra al resto de las escalas, y que constituye la totalidad del sistema. Según el modelo, es en este nivel donde, por medio del Mercado mundial, se produce la acumulación de capital económico, que es lo que mueve a todo el sistema-mundo. En cambio, la ideología (escala nacional) es una visión parcial del sistema que da una imagen deformada y limitada de la realidad.

Un ejemplo de la función de la escala nacional (filtro entre realidad y experiencia) que el docente podría dar para movilizar los saberes del educando con referencia al fenómeno en cuestión, es el que se presentó en México, con el caso de los postulados neoliberales que comenzaron a expandirse a inicios de los ochenta.

En esa ocasión, el Presidente Miguel De la Madrid (quien presidía la escala nacional en el periodo 1982-1988) adoptó el neoliberalismo sin atenuar su impacto en la escala local; más aún, la escala nacional (ideología) lo impuso también en la escala local (experiencia), sin considerar su repercusión en otros ámbitos (político, social y cultural).

Pero no siempre ocurre que los procesos que obran en la escala global (realidad) sean retomados ortodoxamente por quienes presiden a la escala nacional (ideología). Es el caso de otro de los supuestos del enfoque sistémico tayloriano: la política no evoluciona aisladamente país por país, sino que todos los países forman parte del sistema global, en donde los países son regidos por un sistema de democracia liberal.

En este caso mexicano, la ideología (escala nacional) no sólo desdeñó la democracia liberal, sino que tampoco fomentó en la escala local los postulados básicos de la democracia liberal: elecciones libres y periódicas; y mayor competitividad en el sistema de partidos, lo cual conlleva a la alternancia.

El régimen mexicano posrevolucionario reprimió sistemáticamente las normas y valores de la democracia liberal por más de siete décadas, tanto en la escala nacional (ideología), como en la local (experiencia).

Otro de los elementos que puede ser valorado para retomar postulados como el de Taylor (2001), es que profundiza en las competencias disciplinares extendidas de la geografía política; especialmente en la geografía del poder y la geografía del apoyo. Componentes que sirven para entender el traslape de los empresarios en los ámbitos económico y político.


A manera de conclusiones


Una de las competencias que debe fortalecer el docente es la planeación de sus actividades no sólo para la sesión próxima; debe de realizar ese ejercicio estableciendo metas mediatas y de largo alcance; mediante las cuales, se alcance la formación integral del individuo que pase por el proceso educativo.

Para tal efecto, se recomienda que, en la planeación del curso, el docente se dé a la tarea de investigar no sólo fenómenos coyunturales de la escala geográfica local; debe de establecer los procesos en los cuales se presentó dicho fenómeno y contextualizarlos con las escalas geográficas nacional y global.

Es prudente, además, realizar una síntesis teórica que permita potencializar las competencias disciplinares (incluso las extendidas) para que los educandos desarrollen y movilicen saberes (saber ser; saber hacer y saber conocer) que les permitan resolver problemas con una visión más amplia que la local, en diversos contextos que le permita pasar del nivel pre-formal de idea vaga, al receptivo, resolutivo, autónomo y estratégico.

Seguramente una visión integral del fenómeno le posibilitará a su vez, alcanzar una metacognición que le servirá no sólo en el ámbito académico, sino que será formativo para la vida.


Referencias bibliográficas


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