Desarrollo de competencias personales para el aprendizaje de saberes en atención primaria de la salud


Recepción: 30/05/2010

Revisión: 04/06/2010

Aceptación: 05/02/2011



Tipismana, Orlando


Tipismana, Orlando
Universidad José Faustino Sánchez Carrión. Perú.
mailto:orlandotipismana@hotmail.com



Resumen


El presente trabajo es una propuesta sobre el desarrollo de competencias personales para el aprendizaje de saberes en atención primaria de la salud, basada en la experiencia de organizaciones de salud de alta complejidad; para motivar la toma de conciencia en el actor de salud que se capacita en educación médica continua. Los hallazgos en la capacitación durante tres años (2007 – 2009) demuestran que es necesario reestructurar el currículo; implementar y desplegar estrategias no convencionales, como: el aprendizaje por ejecución, práctica reflexiva, planes de mejora y desaprender para aprender, como estrategias didácticas en el sistema de capacitación. La mejora significativa del clima organizacional incentiva al participante a considerar que las competencias personales vendrían a ser esenciales en la calidad de sus competencias técnicas. También se evidencia que el modelo de las racionalidades: teórica, práctica y ética, podría ser un referente en el currículo, además de articular universidad y organización de salud en un continuum espacio-tiempo, desplegando los saberes a través de entornos personales y comunidades de aprendizaje. Estos, contribuirán a disminuir brechas entre actor–usuario y comunidad, mejorar la calidad de relaciones interpersonales (emocional, corporal, ético y social). Implicaría, además, que un sistema de aprendizaje oportuno, consensuado, cooperador, de redes sociales, gestionará la calidad de la información y el conocimiento, expresada concretamente en el acto médico y la actuación de otros profesionales de la salud. Por último, es pertinente mencionar que la relación universidad–sistemas de capacitación en una sociedad del conocimiento requiere establecer puentes que disminuyan brechas generacionales e intergeneracionales; aprender habilidades y destrezas para lograr que una sociedad globalizada sea justa, flexible, tolerante y de respeto por la diversidad individual, equipos de salud y que repercuta en la familia, comunidad y sociedad.

Palabras clave: Competencias, Saberes, Atención primaria de la salud, Educación médica continua.

 


Development of personal competitions for knowledge learning in primary attention of the health



Abstract


This paper is an approach for the development of personal skills for learning knowledge in primary health care based on the experience of health organizations highly complex, to encourage awareness in the health actor is trained in continuing medical education. The findings on training for three years (2007 - 2009) demonstrate the need to restructure the curriculum, implement and deploy unconventional strategies such as: learning by performance, reflective practice, improvement plans and unlearning to learn as strategies in the system training. Significantly improving the organizational climate encourages the participant to consider personal skills, would become essential in the quality of their technical skills. Also evidence that the model of rationality: theory, practice and ethics, could be a reference in the curriculum, as well as articulate university and health organization in a space-time continuum, spreading knowledge through personal environments and learning communities. These will help to reduce gaps between actors- user community, improve the quality of interpersonal relationships (emotional, physical, ethical and social). Also imply that a learning system appropriate, consensual, cooperative, social networks, manage the quality of information and knowledge, expressed specifically in the medical act and the action of other health professionals. Finally, it is worth mentioning that the relationship university-training systems in a knowledge society need to establish bridges and inter-generational gaps decrease, learning abilities and skills to achieve a global society that is fair, flexible, tolerant and respect for individual diversity, health teams and that reflects in the family, community and society.

Key words: Skills, Knowledge, Primary health care, continuing medical education.

 


Sviluppo di competenze personali per l’apprendimento di saperi nell’attenzione primaria della salute



Riassunto


Questo articolo è una proposta sullo sviluppo di competenze personali per l’apprendimento di saperi nell’attenzione primaria della salute basata nell’esperienza di organizzazioni della salute di alta complessità ai fini di motivare la presa di coscienza nel attore della salute che si aggiorna nell’educazione medica continua. I risultati dell’aggiornamento durante tre anni (2007 – 2009) dimostrano che è necessario ristrutturare il curriculo; implementare ed applicare strategie non convenzionali quali l’apprendimento per esecuzione, pratica riflessiva, piani di miglioramento e dissapprendere per apprendere come strategie didattiche nel sistema di aggiornamento. Il miglioramento significativo del clima organizzazionale motiva al partecipante a considerare che le competenze personali sarebbero esenziali nella qualità delle sue competenze tecniche. Viene pure evidenziato che il modello delle razionalità: teorica, pratica ed etica potrebbe essere un riferimento nel curriculum, apparte il fatto di articolare univesità ed organizzazione di salute in un continuum spazio – tempo diffondendo saperi attraverso intorni personali e comunità di apprendimento. Questi saperi contribuiranno a diminuire le breccie tra attore – utente e comunità, cosí come migliorare la qualità delle relazioni interpersonali (emozionali, corporali, etiche e sociali). Esso comporterebbe anche che un sistema di apprendimento oportuno, d’accordo, cooperativo, di reti sociali gestirebbe la qualità dell’informazione e la conoscenza manifestata concretamente nella prassi medica e la performance di altri professionisti della salute. Finalmente, è opportuno menzionare che la relazione università – sistemi di aggiornamento in un società della conoscenza richiede di stabilire dei ponti che diminuiscano le breccie generazionali ed intergenerazionali; imparare delle abilità per raggiungere che una società globalizzata sia giusta, flessibile, tollerante e rispettuosa in confronto alla diversità individuale, èquipe di salute e che rimbalzi nella famiglia, comunità e società.

Key words: competenze, saperi, attenzione primaria della salute, educazione medica continua.

 



Preámbulo


Proponer, desde la experiencia, el desarrollo de competencias personales en el aprendizaje de saberes del personal médico y demás profesionales de la salud que laboran en el nivel primario de atención de salud, es el motivo central de este artículo.

Para ello se describirá, por un lado, cómo se encuentra la necesidad de diseñar espacios de aprendizaje basado en la gestión del conocimiento, las tecnologías de la información y la comunicación, y el modelo del aprendizaje reflexivo para adquirir paulatinamente un conjunto específico de saberes que la UNESCO (Delors, 1999) considera como pilares de la educación del siglo XXI.

También se toma como referente la oportunidad brindada por las Unidades de Capacitación de los Hospitales de Tercer nivel de complejidad (Organizaciones de Salud orientadas a brindar atención especializada en pediatría, salud renal y especialidades múltiples) para sustentar por qué se hace necesario en la actualidad replantear la currícula en la Educación Médica Continua, y hacerlo extensible al primer nivel de complejidad - atención primaria de la salud (Postas médicas, Centros de Salud).

De acuerdo con lo descrito, se plantea el porqué de la necesidad de desarrollar competencias personales en salud; analizar la conveniencia de articular la gestión del conocimiento; el uso de la tecnología de la información y comunicación; y cuál es el sentido del aprendizaje reflexivo y crítico para incorporar: el saber hacer (competencias), poder hacer (medios y recursos), querer hacer (motivación), saber estar (actitudes e intereses), saber hacer (habilidades y destrezas), y saber (conocimientos). Estos saberes son una versión modificada de los “4 pilares de la educación del siglo XXI” (Pereda y Berrocal, 1999).

Para tener una idea de cómo esta experiencia conllevó a postular estas necesidades de desarrollo, su sensibilización, implementación y despliegue, es oportuno realizar un: a) Diagnóstico de la realidad de los establecimientos de alta complejidad; b) La propuesta creada, vendría a ser un punto de partida para adecuar los criterios de la calidad de los currículos en la educación médica continua (World Federation for Medical Education, 2004); c) La experiencia adquirida.

En el último apartado se analiza el modelo que se usó, además se incorporan criterios derivados de la aplicación de un silabó diseñado para este fin, el cual se denomina Gestión Personal de la Calidad (Tipismana 2005, 2006 – 2010); y d) ¿Por qué iniciar esta propuesta en un Sistema Primario de Salud? Para luego destacar algunas reflexiones finales a partir de las nuevas tendencias en las organizaciones en todo rango de actividades.


Problemática de las organizaciones según los niveles de complejidad


Las Competencias Personales


Incorporar un sistema de habilidades y destrezas personales como una construcción social de aprendizaje significativamente útiles (Ducci, 1997), en un sistema de salud, no es tarea fácil. Uno de los rasgos (factores) centrales que caracterizan esa dificultad, está en los currículos diseñados por el sistema de capacitación, docencia e investigación de los hospitales.

La estructura curricular se centra en la transmisión de contenidos de carácter obligatorio; y, en lo particular, el modelo pedagógico y sus herramientas didácticas no están vinculadas a un sistema de gestión del conocimiento que caracteriza una sociedad del conocimiento.

Al parecer, esta condición contribuye a una mayor resistencia al cambio de estilos cognitivos que motive a los directivos a insertar la gestión de competencias: emocionales, aprendizaje, del cambio, inteligencia emocional, valores, redes sociales (networking), acciones oportunas (Due Diligence), desarrollo de habilidades políticas, gestión de la ética manifiesta como del ethos oculto, entre otros.

Se espera que las mencionadas se constituyan en los pilares de la mejora en las competencias técnicas. Éstas (las competencias técnicas), deben permanentemente ser priorizadas y programadas para capacitación en cualquier sistema de salud, sin importar el nivel de complejidad.

Esa priorización de las competencias técnicas es un rasgo típico, observado en diferentes procesos de capacitación que realizan los hospitales de alta complejidad. El punto neurálgico es que si se persiste en la necesidad de cambiar los estilos, de mejorar las competencias técnicas a través del aprendizaje reflexivo y crítico, y desarrollar competencias personales como insumo, es considerado como una “pérdida de tiempo”, en términos de necesidades para entrenar y mantener actualizado al recurso humano.

Se parte de la idea de que dificultaría aprender una técnica, procedimiento médico o de salud en general. El esquema de aprendizaje institucional es la adquisición y mejora de los protocolos diseñados para la intervención clínica (preferentemente) entre otras actividades cotidianas.

Lo crítico es que la mayoría de las veces, las Oficinas de Control de la Calidad establecen que más del 80% de las acciones médicas, y actividades del personal de salud en general, están regidas por criterios intuitivos y reactivos (Tipismana, 2005, 2006, 2007 – 2010 respectivamente), y es causal de constantes dificultades interactivas entre las diversas áreas, departamentos y el sistema de gestión central, así como de las áreas conexas (administrativas). En otras palabras, se funciona como compartimientos “estancos”, característica de casi todo el sistema de salud en el contexto de estudio.

Se encuentra a una institución de salud de mayor complejidad, con una estructura que implementa las unidades de gestión de la calidad, pero mantiene esquemas de educación continua tradicional. Esa constante no es ajena a la formación médica y personal de salud en las universidades.

Los sistemas de acreditación han comenzado a exigir el cumplimiento de estándares mínimos para las carreras profesionales en el área de la salud, pero el sistema de enseñanza – aprendizaje mantiene patrones convencionales. Hay una adopción de nuevos modelos en el plano formal, pero en el plano real se mantiene la misma estructura de educación médica continua.

Para tener una idea más amplia al respecto, tanto los hospitales de alta complejidad como las escuelas formativas, comparten la misma estructura y el acceso – demandas de oportunidades, logro, competencias, y niveles de desempeño.

Es un tema que ocupa la agenda institucional, pero el despliegue de los modelos de calidad – implementación de competencias, actualmente no va a la par con los avances de las nuevas tendencias en la educación en una sociedad globalizada. Por tanto, la utilización de las tecnologías de la información y comunicación, colisiona con el conocimiento avanzado sobre el desarrollo personal que ayude a la eficacia, efectividad y eficiencia del comportamiento de los intangibles (recurso humano) en el sistema de salud (González y Frassati, 2009).

Este mismo esquema se observa en los niveles de atención de salud primarias (centros de salud, postas médicas), la priorización de competencias técnicas es un signo inequívoco del aprendizaje continuo, las implementaciones de competencias esenciales no constituyen prioridad alguna.

Es ésta una de las razones principales, por la que se propone desarrollar competencias personales a este nivel; además, porque la mayor masa poblacional consumidora de los servicios de salud concurre a estos centros que requieren los servicios básicos de salud; razón necesaria para diseñar la construcción de una estructura curricular que visione estratégicamente un aprendizaje reflexivo, crítico, que genere poder de cambio y no de mantenimiento del status quo.

Si estos cambios no se hacen de manera oportuna y sostenible, se estarán incrementando las brechas entre el conocimiento globalizado y la práctica cotidiana (Brunner, 2002).


Gestión del conocimiento y las tecnologías de la información y la comunicación


La demanda de servicios rápidos en el sector salud no sólo exige tener la tecnología de la información y la comunicación implementada; sino también, la necesidad de tomar consciencia de su importancia (uso, aplicaciones etc.) pero principalmente, se requiere de un aprendizaje continuo para posibilitar por lo menos dos tendencias: a) despertar el interés tecnológico e involucramiento personal; y b) desarrollar competencias personales y técnicas para insertarse en un mundo más global que trasciende su propia vocación y ejercicio profesional o laboral (Aznar y Ull, 2009).

Como parte de las políticas de gestión, los centros hospitalarios de alta complejidad han incluido estas herramientas como una prioridad. La finalidad está orientada a ser una herramienta eficaz para la prestación, que ayude a brindar una mejor asistencia posible y oportuna dentro de los estándares de calidad, y que cumpla los objetivos previstos de la organización en su conjunto.

Contribuye a su vez a la gestión central en la correcta planificación de proyectos y programas para dar solución a problemas de salud y cubrir las necesidades de la población; cumplir con una adecuada asignación de recursos, evaluación y seguimiento, entre otras actividades.

Es aquí donde la brecha se hace evidente, la disonancia conductual entre la adecuación a un mundo global, necesidades institucionales y los aprendizajes personales es crítica. Este rasgo es el que identifica a la organización de salud con el patrón tradicional, pero con sistemas de gestión de calidad que identifican con frecuente regularidad sesgos en la dinámica institucional, tanto en lo asistencial, administrativo como el de gerenciamiento.

Esta situación quizás agudiza dichas brechas en el sistema de capacitación a estándares de calidad para la Educación Médica Continua, el proceso es lento, pero sí están convencidos de que se tiene que implementar y desplegar.

Las características antes descritas en ambos niveles no son distintas. Las concepciones de formación y uso de las tecnologías de la información y comunicación sólo están diferenciadas por tipo de tareas, más que por la acción concreta de adopción y práctica cotidiana del uso de estándares de calidad para la educación continua.

La dinámica de la educación tiene los mismos parámetros. Estos son: contar con un marco tecnológico de información y comunicación implementado en su sistema asistencial y administrativo, pero continúan realizando sus actividades, según dicta la experiencia, rutinas y formas de concebir la realidad sanitaria.


Aprendizaje crítico y reflexivo


El aprendizaje resulta ser altamente sensible tanto en el contexto individual como colectivo. El aprendizaje interpersonal en el contexto de la salud, por lo general, se encuentra condicionado a las necesidades propias del ejercicio profesional. Se vuelve difícil encontrar fórmulas perennes para realizar los programas de capacitación.

Sin embargo, por lo menos se han identificado seis tendencias de lo que implica el aprendizaje en el ejercicio de las profesiones biomédicas y de la salud en general (sea ésta de nivel complejo y primario). El uso de la tecnología de la información y la comunicación en estas últimas décadas ha cobrado inusitada importancia y prioridad; lo peculiar es que cuando no se cuenta con esta tecnología o no se tiene dominio de ella, interfiere en la ejecución de las actividades de aprendizaje.

Se dejan de hacer las clases programadas, o se tiende a variar la programación hasta contar con las herramientas solicitadas. Incluso, en su referente de la educación médica básica, el docente en el proceso de enseñanza – aprendizaje opta por suspender sus clases a la falta de equipos o de su operatividad.

Peor resulta en los niveles de educación continua a nivel primario, al no contar con este tipo de tecnología se buscan medios convencionales (Papelógrafo, pizarra y tiza, etc., lo que no quiere decir que sea un problema), es un obstáculo en el momento de articularlas y, la tendencia es programar las actividades académicas de aprendizaje individualizado más que personalizado, que no suele ser el mismo.

El aprendizaje individualizado tiene un fin particular (por ejemplo: el dominio de un protocolo de intervención), en cambio el personalizado se realiza en grupos o equipos específicos para poder articular in situ cómo es que se aprende usar un procedimiento, o una técnica. En consecuencia, se observan grupos con mayor dominio que otros. Sus interacciones suelen ser menos programáticas y coherentes en la mayoría de los grupos de trabajo, quedando de lado el trabajo en equipo.

Una tercera estimación está referida a la priorización de las actividades. En la mayoría de los hospitales donde se concurre para ejecutar las acciones de aprendizaje de saberes a través de competencias personales, el personal seleccionado tiene la doble función concomitante al aprendizaje: realizar sus actividades programadas en los servicios o áreas de su especialidad, lo que dificulta por un lado la secuencia lógica de un aprendizaje articulado y consensuado, y por otro lado, no permite consolidar acciones integradas para un mismo propósito, resultando que uno aprende más rápido que otro.

Se recurre más a la intuición y a la imitación del par, pero sin conocer los fundamentos teóricos y su necesidad de consenso y cooperación para el trabajo en equipo. Pero lo más crítico es que el personal actúa en la actividad de salud más por cumplimiento de su responsabilidad que la de cohesionar y articular con su par un procedimiento, que debería ser articulado, consensuado y cooperativo. Sin embargo, no genera un aprendizaje de relación interpersonal eficaz.

La cuarta tendencia es que el personal de salud y los capacitadores o los miembros del sistema de calidad y las oficinas de capacitación presentan brechas significativas, ya que se genera entre ambos actores un factor de “discrepancia”; de cuál es el mejor procedimiento para el aprendizaje colectivo que conduzca a dominios integrados y sistémicos, generando sesgos de intervención que repercute en la salud de las personas sanas o enfermas.

La tendencia entre sistema central de gestión, capacitación y calidad, no cuentan con políticas coherentes y consistentes respecto de lo que se quiere lograr, por lo que las distancias entre percepciones y acciones relacionadas con el aprendizaje no son significativas plenamente.

Claro está, que este tipo de manejo del aprendizaje en lo convencional, no se pueda expresar en criterios de reflexión y de sentido crítico. Resulta siempre un factor común que el distanciamiento interpersonal entre los actores comprometidos, se exprese negativamente en la cotidianeidad del actuar en estos sistemas de salud.

Por último y lo medular, si estas tendencias hacia un aprendizaje crítico y reflexivo para actuar con más efectividad en la atención compleja o primaria, se diluye en el tiempo, los estándares mínimos pueden estar presentes, pero son difíciles de sostener, la sostenibilidad no está garantizada. Es indudable entonces, que un aprendizaje que alienta a la motivación, a la mejora en la atención y toma de decisiones no se exprese en su plenitud en este tipo de actividades de salud. Además, es difícil desarrollar competencias personales esperadas.


a) La propuesta: acerca del desarrollo de competencias a través del aprendizaje de saberes


El desarrollo de competencias personales parte de la idea de “valor agregado” a las habilidades y destrezas técnicas que tiene un intangible altamente especializado en salud. Valor agregado en términos de cómo aplicar el conocimiento teórico a situaciones concretas y de los profesionales al usuario de salud (Navarro y Verdisco, 2004).

Esto tiene mucho que ver con el énfasis en el uso de la práctica reflexiva de los centros de formación universitaria y su continuum a los centros de capacitación hospitalaria, en tanto que los aprendizajes no son procesos simples en estos entornos, por el contrario, son procesos complejos y no tendrían por qué sufrir variaciones o cambios sustantivos.

Todo lo contrario, se debería considerar que hay una complementación y articulación del aprendizaje de competencias a través de la gestión del conocimiento de una especialidad, un procedimiento, una técnica o el uso de las tecnologías ya sea en materia de procedimientos médicos, de enfermería u otra disciplina.

En otras palabras, el valor al conocimiento no se da sólo por el simple hecho de dominarla en un lugar y momento dado, sino que es parte consustancial a la persona. Pero adquirir dominios, no sólo implica saber hacer lo que se aprendió en la formación básica o en la formación de especialidad o postgrado; se requiere, además, mantener una constante relación con un tipo de competencias que no está todavía desplegada de manera concreta y generalizada en las universidades, éstas son las denominadas competencias personales (cabe destacar que existen otras taxonomías respecto de competencias, por ejemplo: generales, técnicas, mixtas).

En este caso, se opta por la denominación de “competencias generales” a partir del concepto anglosajón “Soft Skill” y “Hard Skill” (Dubrin, 2008). El concepto de Soft Skill (competencias personales) se usa para su despliegue en los centros hospitalarios de alta complejidad, con el fin de persuadir a sus autoridades acerca de cuál es la tendencia en el mundo globalizado.

Con la definición de competencias personales (Soft Skill) se pretende entrenar a los recursos humanos de esta organización en habilidades interpersonales, incluida la comunicación, el saber escuchar, la resolución de problemas en equipo, las relaciones interculturales y el servicio al paciente.


Se debe destacar, que esta fue una de las razones de la oposición de los miembros de la gestión para implementar un sistema de aprendizaje de Competencias Personales a través del diseño del Curso – Taller “Gestión Personal de la Calidad”. Consideraban que estas competencias personales, tales como:



La propuesta exigía todo un cambio en los planes del hospital, así como contravenir las disposiciones de políticas de salud por parte del Ministerio de Salud, razón ampliamente justificada por el patrón tradicional de la Educación Médica Continua. Esta brecha representa en sí, otra razón de lo difícil que resultaba implementar este tipo de saberes y aprendizajes.

Aún con todo, la gestión estableció reglas claras para “ensayar” la pertinencia del proyecto. Lo significativo es que representaba un estilo de aprendizaje distinto al convencional. La pregunta que surge es: ¿Qué de distinto tiene este enfoque de aprendizaje de saberes? y ¿Qué de significativo tiene un aprendizaje de competencias personales para la organización?, la respuesta se sustenta en los saberes. Hay por los menos tres grandes núcleos de saberes que se citan para garantizar los logros a alcanzar.

La necesidad de un aprendizaje de competencias en el sector salud, se justifica por lo expresado en el preámbulo. Para que un aprendizaje en el sector salud tenga sustentabilidad y sostenibilidad, el reto de este nuevo patrón en cuanto teoría referida a la práctica médica y de los otros profesionales de la salud, su campo de acción está en todo ámbito de la educación médica: formal, no formal, informal.


En ella se aplicarían distintos tipos de racionalidad: racionalidad “teórica”, racionalidad “práctica” y racionalidad “ética” (Aznar, 2006). A continuación, se explica brevemente en qué consisten estas racionalidades:



  1. Proporcionar directrices de procesos.

  2. Ofrecer herramientas que permitan que los miembros del equipo de salud colaboren en tiempo real.

  3. Aprender a recabar datos sobre los procesos.

  4. Institucionalizar la reflexión disciplinada.

Reflexiones finales


La prosperidad de una organización y de los individuos que la componen depende de su capacidad para navegar por el espacio del conocimiento. La potencia es a partir de ahora conferida por la gestión óptima de los conocimientos, ya sean técnicos, científicos, del orden de la comunicación o que tengan que ver con la relación “ética” con el otro.

Mientras mejor logren los grupos humanos constituirse en colectivos inteligentes, en sujetos cognitivos abiertos, capaces de iniciativa, de imaginación y de reacción rápidas, mejor aseguran su éxito en el medio altamente competitivo.

El vínculo material con el mundo se mantiene por una formidable infraestructura epistémica y lógica: instituciones de educación y de formación, circuitos de comunicación, tecnologías intelectuales con soporte numérico, actualización y difusión de conocimientos ininterrumpidamente. Todo se basa a largo plazo en la flexibilidad y la vitalidad de las redes de producción, de transacción y de intercambio de conocimientos.


Existen tres aspectos centrales a considerar:


1. En toda organización de salud hay una gran necesidad de cambio, como en cualquier otra organización (Bauman, 2005), hablando entonces de la inseguridad psicológica y de las contradicciones de los sistemas cambiantes del conocimiento actual y de la sociedad en general, la adaptación a la sociedad del conocimiento abundante en un mundo afectado por problemas de salud cada vez mayores y complejos podría significar la supervivencia, lo que implica una preparación como individuos y ciudadanos, y no como servidores pasivos de organizaciones diversas (Reig, 2010).


2. Un aspecto interesante que surge de toda esta necesidad estriba en que un buen sistema educativo debería por lo menos proveer de: a) la promoción de recursos disponibles en cualquier momento en la vida de formación básica, postgrado y continua. Una forma muy importante es el uso de la metodología de los Entornos Personales de Aprendizaje, las Comunidades de Aprendizaje basado en el pensamiento crítico, la reflexión, el sentido ético, la gestión de las emociones y el desarrollo de competencias.


b) “Empoderar a quien quiera compartir los beneficios del cambio, lo que sabe para encontrarse con aquellos que quieran aprender de él (v.g. “Vigías de la salud” por citar un ejemplo). El aprendizaje social y en comunidades logra ese objetivo y, como también se ha visto, a un coste más bajo que nunca; y, sin duda; c) Dar la oportunidad para presentar las diferentes alternativas que ofrecen los espacios del conocimiento.


3. Para el logro de las propuestas aquí citadas, los aprendices, y también el sistema universitario como el de la salud, incluyendo docentes, directivos y estudiantes y personal en general, deben revisar no sólo lo que hacen, sino cómo piensan y quiénes son. El proceso no sólo es cognitivo, también lo es el emocional y corporal.


Se plantea pues un enfoque integral basado en la transdisciplinariedad (Morín, 1999, 2004 respectivamente) que trabaje en todos los campos de los saberes y que, en cada uno de ellos, el concepto de aprender y “desaprender” sea la idea fuerza. Adicionalmente, se sugiere una serie de enfoques, tales como el aprendizaje de:



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