Didáctica centrada en procesos de formación e investigación en organizaciones educativas; una propuesta para formar la sociedad del conocimiento

Didactics centered in training and research processes in educational organizations; a proposal to form the knowledge society

Didattica centrata nei processi di formazione e ricerca presso le organizzazioni educative: una proposta per formare la società del sapere




César Bohórquez.



César Bohórquez.
Docente Titular del Ministerio del Poder Popular para la Educación. Docente Titular en la Universidad Rafael Belloso Chacín.
cesar8-11-74@hotmail.com





RESUMEN


El artículo se propuso analizar la didáctica centrada en procesos de formación e investigación como propuesta para formar la sociedad del conocimiento. Científicamente está sustentado en las ideas de Alles (2008), Tobón (2006), Camisón Cruz y González (2007), Díaz y Hernández (2010), UNESCO (2000), entre otros. Metodológicamente se desarrolló bajo un enfoque cualitativo mediante la aplicación de técnicas de análisis documental aplicando principios de la hermenéutica. Se concluye que la didáctica centrada en procesos, exige dos condiciones fundamentales que la determinan, en primer lugar, está el compromiso de los actores que hacen realidad el hecho educativo, (escuela - familia – comunidad) asociado a la motivación; y por otra parte, la organización de los procesos de enseñanza y aprendizaje orientada al desarrollo de procesos y habilidades cognitivas que faciliten la concretización de un currículo escolar original y coherente que permita responder a los retos y exigencias de la sociedad del conocimiento.

Palabras clave: didáctica, formación, investigación, currículo.

 

ABSTRACT


The article aims to analyze the didactics focused on training and research processes as a proposal to form the knowledge society. Scientifically, it is based on the ideas of Alles (2008), Tobón (2006), Camisón Cruz and González (2007), Díaz y Hernández (2010), UNESCO (2000), among others. Methodologically, it was developed under a qualitative approach through the application of documentary analysis techniques. It is concluded that the Process - Centered Didactics, requires two fundamental conditions that determine it, in the first place, is the commitment of the actors that make the educational fact, (school - family - community) associated with the motivation; and on the other hand, the organization of cognitive processes that facilitate the concretization of a school curriculum, original and coherent that allows responding to the challenges and demands of the knowledge society.

Key words: didactics, training, research, curriculum.

 

Riassunto


L’articolo ha il propósito di analizzare la didattica centrata nei processi di formazione e ricerca, come proposta per formare la società del sapere. Scientificamente, è basato nelle idee di Alles (2008), Tobón (2006), Camisón Cruz e González (2007), Díaz e Hernández (2010), UNESCO (2000), tra altri. Metodologicamente, si è sviluppato secondo un approccio qualitativo tramite l’applicazione di tecniche di analisi documentale, applicanzo i principi dell’ermeneutica. Si conclude che la didattica centrata nei processi richiede due condizioni fondamentali che la determinano: al primo posto, c’è il compromesso degli attori che fanno realtà il fatto educativo (scuola – famiglia – comunità) associato alla motivazione, e d’altro canto, l’organizzazione dei processi di insegnamento e apprendimento orientata allo sviluppo di processi e abilità cognitive che agevolano la concretizzazione di un curriculum scolastico originale e coerente che permetta rispondere alle sfide ed esigenze della società del sapere.

Parole chiave: didattica, formazione, ricerca, curriculum.

 

INTRODUCCIÓN


Todo modelo didáctico debe ser producto de un pensamiento reflexivo e innovador, que pueda responder a las necesidades del enseñante y el aprendiz. De allí que, la didáctica debe ser concebida como proceso reflexivo sobre la praxis en torno a la filosofía educativa asumida por el enseñante, en aras de que pueda responder pertinentemente a las necesidades de una sociedad global que día a día experimenta constantes cambios a los cuales necesariamente debe adaptarse para poder subsistir. En este sentido, se requiere una educación edificada sobre la base de un currículo abierto, es decir, en constante construcción; concretizado mediante la implementación de una didáctica centrada en procesos coherentes, donde se entienda y se atienda a la diversidad; cimentada sobre la base de sólidos valores de compromiso, corresponsabilidad e igualdad.

En efecto, desde su nacimiento como ciencia hasta la actualidad, la didáctica se ha preocupado por estudiar los procesos de enseñanza y aprendizaje a fin de mejorar su efectividad. Para ello, ha requerido centrar sus esfuerzos en el aprendiz (cómo y con qué aprende), en el maestro (cómo y con qué enseña) y en los ambientes de aprendizaje (dónde se enseña), haciendo de estos tres aspectos, objetos de su estudio.

En este sentido, el Diccionario de Uso del español de Moliner (2017), ilustra aún más la anterior concepción cuando expone: “didáctica” proviene del griego “didajein” que quiere decir, “instruir”, “enseñar”; y que además es el nominativo y acusativo plural neutro del adjetivo “didácticos” derivado del verbo “didajein”; “didasco”, que quiere decir, enseña, enseño. De allí que se define la didáctica como la ciencia o el arte de la enseñanza, ya que “didascalia”, quiere decir “enseñanza” y “didáscalos”, enseñante.

Asimismo, muchos autores coinciden en señalar la didáctica como teoría de la enseñanza y del currículum, entendiendo éste último como el encargado de todo aquello que incide de manera directa o indirecta a la hora de hacer propuestas de enseñanza-aprendizaje, por ello se puede afirmar que la didáctica es la encargada de concretar el currículum.

En este sentido, el estudio de la didáctica y sus implicaciones en la práctica educativa permiten entender que su actuación como ciencia de la educación debe anclarse en teorías filosóficas y psicológicas del aprendizaje como fundamento del hecho educativo, y por lo tanto, éstas necesariamente deben ser tomadas en cuenta en las labores educativas cotidianas al momento de diseñar y aplicar un modelo didáctico.

En este orden de ideas, cada modelo didáctico necesariamente debe responder a una filosofía o concepción psicológica del aprendizaje que le permita entender las interrogantes acerca de: cómo y con qué aprende quien aprende, cómo y con qué enseña quien enseña, y en qué ambientes se aprende y se enseña. De lo anteriormente expuesto, se puede afirmar que todo modelo didáctico debe ser producto de un pensamiento reflexivo e innovador, que pueda responder a las necesidades del enseñante y el aprendiz. De allí que, la didáctica debe ser concebida como proceso reflexivo sobre la praxis en torno a la filosofía educativa asumida por el enseñante, en aras de que pueda responder pertinentemente a la demanda de una sociedad global que día a día experimenta constantes cambios.

En torno a las anteriores consideraciones impera la necesidad de que en cada escuela se gestione el compromiso de docentes, estudiantes, padres, representantes y demás actores educativos para la construcción de una nueva didáctica que brinde una educación de calidad, asumiendo el reto de formar seres humanos críticos, reflexivos, innovadores; capaces de adaptarse fácilmente a los cambios que constantemente surgen en esta era global donde la información necesariamente debe ser sometida al filtro de la reflexión para evitar todo intento de engaño y manipulación que atente contra de la cultura y soberanía de los pueblos.

En este sentido, para responder a los retos educativos de esta era global, se requiere una educación liberadora, construida sobre la base de un currículo abierto, es decir, en constante construcción; concretizado mediante la implementación de una didáctica centrada en procesos de formación e investigación coherentes, donde se entienda y se atienda a la diversidad cognitiva; una didáctica cimentada sobre la base de sólidos valores de compromiso, corresponsabilidad e igualdad.

No obstante, a pesar de los esfuerzos que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) realizan desde hace décadas para hacer realidad el sueño de una educación de calidad para todos y todas, aún falta mucho camino por recorrer, ya que, si bien es cierto se han alcanzado importantes logros, no es menos cierto que todavía existen en el mundo seres humanos carentes de procesos educativos de calidad; y peor aún, analfabetas excluidos por no poder responder a las exigencias de los sistemas educativos formales.

Asimismo, el mejor sistema educativo no es aquel que exige al educando mayor cantidad de requisitos que a la final se convierten en factores de exclusión, sino aquel que brinda igualdad de oportunidades para que todos y todas tengan acceso a una educación que atienda a la diversidad y brinde las herramientas necesarias para aprender a vivir en sociedad; en pocas palabras, una educación integral, integradora y transformadora de la sociedad.

De acuerdo con los anteriores planteamientos, la UNESCO, en el documento escrito en el marco del Foro Mundial de Educación “DAKAR”, celebrado en Senegal del 26 al 28 de abril en el año 2000, destaca: …“La médula de la Educación para Todos es la actividad realizada en el plano nacional y que ningún país que se comprometa seriamente con la Educación para Todos se verá frustrado por falta de recursos en su empeño por lograr esa meta”; destacando así, la importancia de que en los países del mundo se asuma con seriedad el compromiso de garantizar una educación de calidad para todos y todas. (UNESCO 2000, p. 9).

En este orden de ideas, entre los compromisos acordados en dicho foro, destaca de manera especial el 7mo objetivo (7, VI) el cual se plantea: “mejorar todos los aspectos cualitativos de la educación, garantizando los parámetros más elevados, para conseguir resultados de aprendizaje reconocido y mensurable, especialmente en lectura, escritura, aritmética y competencias prácticas esenciales” (p. 8). En dicha declaración, los países del mundo asumen el compromiso de implantar proyectos educativos que garanticen una educación de calidad, facilitando la adquisición de competencias básicas que permitan a todos y todas adaptarse fácilmente en cualquier contexto social; lo cual sólo es posible mediante la promoción de currículos escolares abiertos y flexibles; donde se promuevan procesos didácticos reflexivos que respondan coherentemente a las necesidades socioculturales de cada entorno.

En el marco de estos señalamientos, Venezuela desde el año 1999, viene realizando esfuerzos significativos para atender tales consideraciones; muestra de ello fue el desarrollo del Plan Educación para Todos (EPT), el cual fue concebido como respuesta al Proyecto Principal de Educación para América Latina y el Caribe, (PROMEDLAC, 1980 – 2000), cuyo desarrollo contribuyó a sentar las bases para la ampliación de los sistemas educativos venezolanos, reducción del analfabetismo e introducción de reformas para mejorar la calidad de la educación.

Actualmente, la lucha por mejorar la calidad educativa continúa; puesto que, está consagrada como derecho y deber social en el artículo 103 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV,1999), lo cual implica un doble reto para el estado venezolano; ya que, por una parte debe garantizar educación de calidad para todos y todas; por la otra, debe estimular en la sociedad venezolana el compromiso de construir un modelo educativo original que responda a los problemas y necesidades de todas y todos los venezolanos.

Asimismo, se aspira que la concretización de dichos retos se lleve a cabo mediante un modelo de integración desde la articulación es decir, el estado venezolano; de conformidad con su Marco Legal CRBV y Ley Orgánica de Educación LOE; el Proyecto Nacional y demás acuerdos internacionales; como garante y rector principal del hecho educativo, requiere honrar su responsabilidad de estado docente, formando a las venezolanas y venezolanos, en torno a las filosofía educativa de nuestros líderes antepasados, entre los que destaca Simón Rodríguez y Simón Bolívar.

Para ello, urge la necesidad de construir un modelo curricular que responda coherente mente a los planes de desarrollo económico de la nación; ello implica la aplicación de un modelo didáctico que responda a tales fines. En ese sentido, desde el Ministerio del Poder Popular para la Educación, se han propuesto 10 (diez) líneas orientadoras para el desarrollo curricular del Subsistema de Educación Básica Venezolana, entre las que destacan de manera especial la implementación de una Didáctica Centrada en Procesos, para hacer realidad la construcción de un currículo que dé respuesta a los fines educativos planteados en la Ley Orgánica de Educación (LOE, 2009).

Desde esa perspectiva, se aspira que el modelo didáctico en cuestión responda exitosamente al reto de mejorar la calidad educativa mediante la gestión del compromiso de sus protagonistas y su sensibilización en torno a la organización de los procesos cognitivos, logrando la construcción de un currículo en donde se definan y organicen los procesos básicos para el desarrollo del pensamiento y las estrategias para el control y seguimiento a los avances en el proceso formativo de niños y niñas, de acuerdo con las intencionalidades del Sistema Educativo Bolivariano (SEB), convivir y participar, reflexionar, crear y valorar.

Asimismo, el desarrollo de tales acciones exige la formación de un docente crítico reflexivo que pueda enfrentarse exitosamente al reto de transformar su praxis pedagógica y en consecuencia su entorno, pasando del aislamiento al trabajo en equipo donde se desarrolle la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad; de la indiferencia, al compromiso de estimular una comunidad educativa indolente y desintegrada, aplicando estrategias de sensibilización – integración – formación; del ejercicio de una praxis pedagógica improvisada e incoherente con los intereses y necesidades de las y los estudiantes, a la planificación, control y evaluación de procesos formativos coherentes que contribuyan a la implementación de procesos básicos para el desarrollo del pensamiento.

Es así como, el personal docente ha de estar en condiciones de salud adecuadas físicas y mentalmente para desarrollar las actividades que demandan el ejercicio de sus funciones dentro del aula. Por otra parte, se requiere evaluación continua para detectar factores que activan el estrés generado por la presión de diversas circunstancias y eventos (políticos, económicos y socioculturales) inherentes a la dinámica global que influyen determinantemente en el compromiso de los actores educativos. En efecto, está comprobado científicamente que el estrés laboral es un trastorno biopsicosocial que afecta a gran parte de la población causando insatisfacción laboral; altos niveles de ausentismo y accidentes laborales, es decir, las consecuencias del estrés no se limitan a la esfera profesional, sino que a menudo se extienden a la vida personal y familiar.

Las ideas antes expresadas ilustran parte de las problemáticas educativas sentidas tanto en el contexto mundial, como en el regional y local; constituyéndose en objeto de estudio, cuya solución se supone, pudiera estar enmarcada en el desarrollo de una didáctica centrada en procesos. En este sentido, el presente ensayo en torno a dicha temática, pretende dar respuesta a las siguientes interrogantes:

1.- ¿Qué aspectos se deben considerar en la praxis pedagógica como fundamento para el desarrollo de una didáctica centrada en procesos?

2.- ¿Qué influencia ejerce el compromiso de los actores educativos en el desarrollo de una didáctica centrada en procesos?

3.- ¿Qué elementos deben ser incorporados en la construcción permanente de un currículo escolar original?

Ahora bien, respondiendo a tales cuestionamientos se pretende guiar la disertación de esta temática como aporte para transformar la práctica docente, de conformidad con las orientaciones educativas para los niveles y modalidades del Subsistema de Educación Básica en el contexto venezolano, emanadas por el Ministerio del Poder Popular para la Educación.


Aspectos a considerar en la praxis pedagógica como fundamento para el desarrollo de una didáctica centrada en procesos


Para Camisón, Cruz y González (2007), un proceso se define como un conjunto de actividades realizadas por un individuo o grupo de individuos a fin de transformar entradas en salidas útiles para un cliente. Estas consideraciones, unidas a la definición de didáctica como ciencia encargada de estudiar los métodos de enseñanza y aprendizaje, permiten entender que una didáctica centrada en procesos es el producto una acción sistémica que responde a la construcción compleja de un currículo, a fin de transformar el entorno educativo mediante la reflexión crítica de un conjunto de individuos interesados en lograr un objetivo común; “el aprendizaje”.

Las anteriores ideas permiten entender que la didáctica centrada en procesos exige dos condiciones fundamentales que la determinan, en primer lugar está el compromiso de los actores que hacen realidad el hecho educativo, (escuela - familia – comunidad); y por otra parte, la organización de procesos cognitivos que faciliten la concretización de un currículo escolar, original, complejo y coherente; éste, debe responder a las necesidades del entorno sociocultural en el que se encuentra inmersa la escuela.

En este sentido, el Ministerio del Poder Popular para la Educación (2010), a través de sus líneas orientadoras emitidas en el marco del desarrollo curricular, propone la creación de un currículo “que metodológicamente apunta a lo interdisciplinario y transdisciplinario”, lo cual implica que en la labor docente se debe incorporar el trabajo en equipo desarrollado en un clima de comunicación asertiva y corresponsabilidad; como principios fundamentales para hacer realidad la integración desde la articulación, planteada en otra de las líneas orientadoras del mencionado documento. (Ministerio del Poder Popular para la Educación (MPPE, 2011, p.5).

Asimismo, dentro del trabajo interdisciplinar y transdisciplinar de los docentes, es importante considerar la escuela para padres y comunidad como estrategia para la sensibilización – integración – formación, a fin de gestionar el compromiso de dichos actores. También, el desarrollo de estrategias pertinentes para estimular el compromiso de los niños, niñas y adolescentes con su aprendizaje.

Las ideas antes expuestas, constituyen las bases fundamentales sobre las cuales descansa la construcción curricular como expresión de una praxis educativa reflexiva que hace posible la organización de procesos cognitivos que respondan coherentemente a las necesidades socioculturales del entorno comunitario. Asimismo, dicha organización puede ser viable mediante la definición de rutas formativas institucionales e individuales, con los procesos básicos para alcanzar el desarrollo del pensamiento en el marco de la educación integral establecida en el Sistema Educativo Bolivariano (SEB): Aprender a reflexionar, aprender a participar y convivir; aprender a crear y aprender a valorar.

Igualmente, como parte de la construcción curricular es importante definir los procesos para garantizar el control y seguimiento sobre los avances formativos de niños y niñas concretizados a través de la diagnosis de procesos formativos; comprensión y atención a la diversidad; planificación y evaluación; y reconstrucción de la realidad a través de procesos de sistematización de experiencias significativas.

Influencia del compromiso de los actores educativos en el desarrollo de una didáctica centrada en procesos


El compromiso es uno de los valores fundamentales que caracterizan la motivación al logro. En este sentido, para Díaz y Hernández, (2010, P.53),” el término “motivación” es derivado del verbo latino “moveré”, que significa “moverse “o estar listo para la acción”. Igualmente, Moore (2001, P.222), “señala que la motivación implica impulsos o fuerzas que nos dan energía para actuar. Estas concepciones acerca de la motivación permiten entender que es el compromiso de todos los actores del hecho educativo el que motiva al desarrollo de una didáctica centrada en procesos."

No obstante, la experiencia en el campo de la enseñanza deja en evidencia que existen múltiples factores socioculturales que contribuyen a desmotivar a los actores del hecho educativo, haciendo que éstos se sientan poco o nada comprometidos con dicha labor. De allí la importancia de gestionar su compromiso considerando que además, la educación es un deber consagrado en el marco legal educativo venezolano. Con relación al tema, Matías (2005), afirma que difícilmente podemos integrarnos a la comunidad si antes no hacemos esfuerzos por integrarnos a nosotros mismos. Esta afirmación deja en evidencia que la integración como principio educativo se inicia desde el interior de la comunidad educativa. De allí la importancia de que el compromiso de éstos se gestione desde el seno de la escuela, considerando los tres ámbitos fundamentales donde se desarrolla la acción escolar: escuela – familia – comunidad.

Gestión del compromiso desde la escuela para la escuela


La gestión del compromiso desde la escuela para la escuela está determinada por el esfuerzo colectivo de docentes y estudiantes para reflexionar sobre sus acciones en beneficio de su formación, siendo conscientes del rol que cada uno desempeña para transformar su entorno. Tales esfuerzos requieren ser desplegados a través del consenso y del trabajo en equipo, definido por Alles (2008, P. 350), como “la habilidad para participar activamente de una meta común, (…). Supone facilidad para la relación interpersonal y capacidad para comprender la repercusión de las propias acciones en el éxito de las acciones del equipo”. Desde esta perspectiva, se entiende que tanto la comunicación asertiva como la cooperación y reflexión, son principios fundamentales para desarrollar el trabajo en equipo entre docentes y estudiantes que permiten satisfacer sus necesidades formativas.

Asimismo, para gestionar el compromiso docente se plantea el desarrollo de la disciplinariedad y la transdisciplinariedad como estrategia para abordar las múltiples problemáticas que afectan de forma directa e indirecta los procesos formativos, lo cual constituye un modelo de integración desde la articulación, planteado como una de las líneas orientadoras para el desarrollo curricular del Subsistema de Educación Básica (MPPE, 2010). También, la gestión del compromiso entre docentes puede ser viable mediante la conformación de consejos técnicos escolares, constituyéndose éstos en tribuna donde se practique la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad en torno a la reflexión sobre las múltiples problemáticas que obstaculizan el avance en los procesos formativos.

En este sentido, Tobón (2006, p.16), destaca la importancia de aprender a unir disciplinas para abordar la complejidad de la enseñanza, dejando al descubierto la necesidad de educar la mente para tener una estructura de pensamiento capaz de pasar de la disciplinariedad a la transdisciplinariedad. Así, el precitado autor concibe este acto como la capacidad de “percibir a la vez el todo y las partes, atravesando las disciplinas y trascendiendo las disciplinas especializadas con el fin de abordar los fenómenos en toda su complejidad”. Desde ese marco de ideas, se plantea el desarrollo de la disciplinariedad y la transdisciplinariedad como estrategia para abordar las múltiples problemáticas que afectan de forma directa e indirecta los procesos formativos, lo cual constituye una forma de integración desde la articulación planteada entre las líneas orientadoras para el desarrollo curricular del Subsistema de Educación Básica. (MPPE, 2010).

Asimismo, como parte esencial de la gestión del compromiso de los niños y niñas con su educación, está el desarrollo de estrategias de motivación para lograr que el estudiante sea responsable de su propio aprendizaje. En este sentido, Mc Clelland (1999), destaca el logro como una de las principales vertientes de la motivación humana, mientras que Días y Hernández (2010, P. 57), llevando la motivación al plano educativo, afirma que el logro de aprendizajes significativos se relaciona “con la necesidad de fomentar en el alumno el interés y el esfuerzo necesario para consolidar los aprendizajes”. Por otra parte, el mismo autor, señala que el papel del docente “consiste en ofrecer la dirección y la guía pertinente en cada situación”, destacando así la necesidad de fomentar en los estudiantes la independencia en su proceso de aprendizaje.

De igual manera, se considera que la independencia del estudiante con respecto a su aprendizaje puede ser alcanzada mediante la metacognición, definida por Díaz y Hernández (2010, P.187), como “el saber que desarrollamos sobre nuestros propios procesos y productos del conocimiento; de allí que el alumno, asumiendo el compromiso de su propio aprendizaje, pueda aplicar estrategias para solucionar problemas de forma inteligente.

En este sentido, González-Pumariega y Núñez, (1998), definen las estrategias metacognitivas como procedimientos que implican pasos específicos para que las personas planifiquen, monitoreen y evalúen los procedimientos y estrategias de orden cognitivo de acuerdo con un determinado objetivo. Continuando con este orden de ideas, el mismo autor señala que estas estrategias son: metaatención, metacomprensión y metamemorización.

Igualmente, dicho autor define la metaatención como la habilidad para conocer los procesos mentales, seleccionando un conjunto de estímulos para controlar las distracciones. También, señala que la metacomprensión consiste en el conocimiento y control de los factores relacionados con la comprensión significativa de contenidos dentro de la puesta en acción de una determinada competencia; y finalmente, destaca que la metamemoria, consiste en el conocimiento y control de los procesos de memoria. En conclusión, la metacognición como estrategia de motivación hacia el logro de aprendizajes significativos se desarrolla mediante la aplicación de estrategias metacognitivas y contribuye a lograr que el estudiante se comprometa y gestione su proceso de aprendizaje.

Gestión del compromiso escuela – familia


La gestión del compromiso escuela - familia se desarrolla mediante procesos de sensibilización – integración y formación a padres y representantes. Para ello, la escuela para padres y representantes, pudiera ser una estrategia favorable en el logro de dichas aspiraciones. Sin embargo, la implantación de dicha estrategia exige la consideración de varios factores que influyen para su éxito o fracaso; estos son: el tiempo y la condición sociolaboral de los mismos. No obstante, los que ejercen la práctica educativa saben que estos procesos son arduos y complejos.

De allí que, la gestión del compromiso de padres y representantes necesariamente debe estar apoyada en los instrumentos legales como soportes que permitan regular su motivación hacia el cumplimiento de su deber en virtud del compromiso adquirido con la escuela al momento de la inscripción de su representado. Esto es lo que Díaz y Hernández (2010, P. 53), define como motivación extrínseca o regulada externamente, dependiendo del estímulo o demanda de la situación en que nos encontremos puede evolucionar hacia una motivación intrínseca; es decir, autorregulada.

Estos postulados, permiten entender la importancia de aplicar los acuerdos de convivencia escolar como instrumentos que recogen y expresan el consenso de todos los actores educativos y estimulan el compromiso de padres y representantes de cara al marco legal en que se sustentan los acuerdos institucionales para lograr, mediante los procesos formativos, despertar en los mismos una motivación intrínseca como expresión de su compromiso con el proceso educativo de sus representados.

Gestión del compromiso escuela comunidad


La gestión del compromiso escuela – comunidad, se fundamenta en la necesidad de sensibilizar e integrar a las personas y organizaciones del entorno comunitario para que participen y sean corresponsables con los procesos de transformación social diseñados e impulsados desde la escuela. Con relación a estas ideas, Tobón (2006, P.16), afirma “la formación de competencias no es responsabilidad solamente de las instituciones educativas, sino también de la sociedad, del sector laboral empresarial de la familia y la persona humana.” Estos señalamientos permiten entender la importancia de promover la construcción curricular desde una integración caracterizada por una efectiva articulación con el entorno socio - comunitario de la escuela.

En tal sentido, es importante formular desde la escuela la demanda comunitaria, es decir, definir en qué procesos de transformación emprendidos desde la escuela se requiere de la articulación con personas y/u organizaciones comunitarias, con qué organizaciones se requiere articular esfuerzos y cuál es el propósito de la articulación. Luego de definir dicha demanda, se gestiona el compromiso de los actores involucrados presentando la propuesta de articulación y destacando los beneficios de la misma en los procesos de transformación social emprendidos desde la escuela.

Elementos que deben ser incorporados en la construcción permanente de un currículo escolar original


Para nadie es un secreto que entorno al hecho educativo se gestan múltiples problemas de orden social, político y cultural cuya naturaleza exige un abordaje complejo que incluye el estudio y comprensión de la situación para brindar soluciones efectivas según el caso. La construcción de un currículo escolar original constituye una de las herramientas fundamentales para hacer frente a tales problemas de manera efectiva, ya que ofrece soluciones oportunas y pertinentes a cada situación problemática. Ello como producto de la constante reflexión de los actores educativos que padecen a diario el flagelo de sus propios problemas; por tanto, motivados por la necesidad común de dar solución a los mismos, participan protagónicamente aportando soluciones.

No obstante, la construcción permanente de dicho currículo requiere de la configuración de un escenario que favorezca la participación de todas y todos los actores educativos en torno a los procesos de investigación – acción – reflexión- sistematización, como expresión del desarrollo de una didáctica centrada en procesos de formación e investigación que brinde alternativas de soluciones coherentes y pertinentes a los múltiple y diversos problemas que enfrentan a diario las organizaciones educativas.

En este orden de ideas, se requiere de la organización de los procesos de enseñanza – aprendizaje de forma secuencial, a fin de lograr elevar los niveles de orientación y motivación al logro hacia la consolidación de competencias básicas comunicativas en las áreas de lectura, escritura, y cálculo, apoyando la consolidación de tales competencias mediante la incorporación de contenidos actitudinales que contemplen la motivación al logro. Para ello, Tobón (2006), propone la creación de rutas formativas institucionales e individuales como estrategia para elevar los niveles de orientación y motivación tanto en docentes como en estudiantes.

Asimismo, tales rutas, de acuerdo a las teorías clásicas del aprendizaje significativo, deben estar ordenadas, considerando la organización de contenidos según su grado de complejidad, a fin de lograr progresivamente la consolidación de los procesos básicos de desarrollo del pensamiento y la creatividad, como factor social que conduce a la motivación y madurez intelectual.

Por otra parte, las rutas formativas deben estar dirigidas hacia el desarrollo de una educación integral, expresada según las orientaciones educativas para los niveles y modalidades del subsistema de educación básica, contemplando cuatro aprendizajes fundamentales como lo son, el aprender a participar y convivir; aprender a valorar y aprender a crear. (MPPE, 2011), tales aprendizajes, constituyen los pilares en los que se sustenta la educación bolivariana, como expresión de una filosofía educativa original y nacionalista que recoge los ideales educativos de nuestros líderes antepasados precursores de la educación en Venezuela y Latinoamérica, entre los cuales destacan, Simón Rodríguez y Simón Bolívar.

Propuesta metodológica para el desarrollo de una didáctica centrada en procesos en escuelas primarias

Tabla 1

Fuente: elaboración propia (2017)




Reflexiones finales


Finalmente, se concluye que la didáctica centrada en procesos, exige dos condiciones fundamentales que la determinan, en primer lugar, está el compromiso de los actores que hacen realidad el hecho educativo, (escuela - familia – comunidad), por otra parte, la organización de procesos de enseñanza y aprendizaje orientada al desarrollo de procesos y habilidades cognitivas que faciliten la concretización de un currículo escolar original y coherente; éste, debe responder a las necesidades del entorno sociocultural en el que se encuentra inmersa la escuela. Además, la integración como principio educativo se inicia desde el interior de la comunidad educativa.

De allí, la importancia de que el compromiso de éstos se gestione desde el seno de la escuela, considerando los tres ámbitos fundamentales donde se desarrolla su acción; estos son: escuela – familia – comunidad, ello constituye una estrategia fundamental que determinará la organización de los procesos cognitivos para la concreción de un currículo original. Asimismo, a fin de garantizar el cumplimiento de los fines deseados, conviene formular e implementar estrategias que permitan generar condiciones laborales que garanticen la efectividad de la gestión del compromiso; ello implica, erradicar o minimizar los factores de riesgos causantes del estrés laboral.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


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