Un filósofo en altamar conversando con José Ortega Y Gasset

Esta edición contiene resumen en español, inglés e italiano



Aureliano J. Perdomo


Aureliano J. Perdomo
Universidad Nacional Experimental Fuerzas Nacionales UNEFA Mario Briceño Irragori Instituto Universitario.



Resumen


Son innumerables los muelles protegidos con sus rompeolas y su gran boya de guía que esperan las embarcaciones con su tripulación. En los mismos, se encuentran hombres, mujeres y niños llenos de ansiedad y de espera para ver el arribo de un buque tan especial que lleva el nombre “Mis circunstancias y yo”. Se largan los cabos de proa, popa y el ancla al agua; por el costado a estribor de la nave insignia, desciende por las escaleras el gran hombre de los sueños de sueños, pedagogo y filósofo José Ortega y Gasset. Suenan los bombos, trompetas y platillos anunciando su llegada, dispuesto a contar a todos sus amigos las aventuras y remembranzas sincronizadas con la divina providencia, hazañas y experiencias obtenidas en el viaje con su tripulación. Anuncia los beneplácitos extensivos de la creación del hombre y su ambiente y lo espacioso del conocimiento que se espera de esos seres racionales letrados en las instituciones que llevan el legado de formar al hombre del mañana. Es así como destaca la importancia que tiene el educador de esta era del conocimiento, de gestionar muy sabiamente el talento y potencial del educando y así, formar los nuevos pilares que trazarán el curso en las nuevas embarcaciones de la educación en sus diferentes niveles de navegar.


Essay

 

A philosopher in high seas talking to
José Ortega and Gasset

 

Abstract


There are countless protected piers with their breakwaters and large buoys guiding the ships and their crews. Likewise, men, women and children full of anxiety wait at the piers in order to see the arrival of such a special sailing vessel that bears the name “My circumstances and I”. Prow and poop ropes are loosened; the anchor is launched to the water. On the starboard side of the ship, José Ortega and Gasset: the great dream of dreams’ man, educator and philosopher goes down through the stairs; drums, cymbals and trumpets sound announcing his arrival. He is willing to tell to all of his friends the adventures and memories and experiences lived along his trip with the crew. As well, he announces the extensive kindnesses of the environment and man’s creation as well as the greatness of knowledge expected from those rational and literate men of institutions. These men have the legacy of educating the man of the future. This is how the importance of actual knowing era educator is highlighted. The importance of wisely managing talent and potential of students and training the new pillars that will draw the course of new education crafts at different levels of navigation.

 

Un filósofo in altamare conversando con
José Ortega e Gasset

 

Riassunto


Sono incontabile i moli protetti dalle scogliere e la grande boa che aspetta le imbarcazioni con la loro tripulazione. Sui moli, ci sono uomini, donne e bambini ansiosi di vedere l’arrivo di una nave così speciale con il nome “Le mi circostanze ed Io”. I cavi di prora e poppa vengono lanciati così come l’ancora in acqua; da un lato a tribordo della nave, scende dalle scale il grande uomo dei sogni dei sogni, maestro e filósofo José Ortega e Gasset. Con gram clamore viene annunciato il suo arrivo, disposto a raccontare ai suoi amici le avventure e ricordi sincronizzati con la divin provvidenza, geste ed esperienze vissute nel viaggio con la sua tripulazione. Annuncia i beneplaciti della creazione dell’uomo e il suo ambiente, così come la grandezza della cognizione che si aspetta abbiano quegli esseri razionali e colti delle istituzioni, i cui hanno in eredità educare l’uomo del domani. Cosè viene messo in rilievo l’importanza che ha l’insegnante di quest’epoca della cognizione, di saper gestire il talento e il potenziale del discente e di formare i nuovi pilastri che disegneranno il corso nelle nuove navi dell’educazione nei suoi diversi livelli da navigare.

 


Narración


En una tarde fresca, con un celaje claro y crepúsculo disperso se escucha en el muelle de la vida sonar las campanas que repican y repican anunciando: El buque de insignia “yo y mi circunstancia” va a zapar con voces que retumban el silencio de la tarde al repetir sucesivamente suban el ancla cubierta de historia y larguen los cabos de la proa y popa del muelle para enfilar la proa al mar de la vida con rumbo a la convivencia, encomendándonos al Dios creador del universo por ello marineros párense erguido ante el mástil y bajen las velas puesto que el buque honorable José Ortega y Gasset navega en busca de nuevos horizontes para dejar su desechado lleno de enunciados cubierto de filosofía.






José Ortega muy contento y alagado se para en la popa del buque remembrado sus ideas y medita intensamente del puerto que se va alejando lentamente, y dice cuántas cosas se pudieron haber dicho y hecho, cuantas no se dijeron y no se hicieron, pero todas fueron importantes puesto me han permitido ser lo que soy y estar donde estoy seguir continuando con mi yo y mi circunstancia en el nuevo horizonte que me enfila este barco que navega a los mares llenos de incertidumbres luchas por la sobre vivencia, apático e hipnotizado por la guerra, el hambre, la carencia espiritual, la inseguridad y ausencia y decadencia del vivir humano y hambriento de paz.

El iluminado Ortega le pregunta a Dios ese ser invisible desconocido físicamente por la razón de las innumerables circunstancia pero conocido espiritualmente por la razón de la existencia, la razón de una cosa a las otras cosas, pero él miraba en el transcurso del viaje aparecer la respuesta que tocaba su mente al visualizar como se escondía la tarde y aparecía aquella bella dama con su traje de noche cubierta con una incandescente luz La Luna y le seguía sus admiradoras la constelación arropada de Estrellas indicándole el Norte como lo es la Osa Mayor y su Polar, el Sur con su cruz y el resto de ella el Oriente y occidente recuerda frases textuales el antiguo testamento, Isaías 55:8-9: “Porque los pensamientos de ustedes no son mis pensamientos, ni son mis caminos los caminos de ustedes-es la expresión de Jehová-.porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que los caminos de ustedes, y mis pensamientos que los pensamientos de ustedes.”

Estas palabras del profeta Isaías con las del rey David, Salmo 139:1-4: “Oh Jehová, tú me has escudriñado completamente, y (me) conoces. Tú mismo has llegado a conocer mi sentarme y mi levantarme. Has considerado mi pensamiento desde lejos. Mi viajar y mi yacer tendido has metido, y te has familiarizado hasta con todos mis caminos pues no hay una sola palabra en mi lengua, cuando, ¡mira!, oh Jehová, tú ya lo sabes todo”. Y luego hace referencia al Salmo 100:3: “Sepan que Jehová es Dios. Es él quien nos ha hecho, y no nosotros mismos. (Somos) su pueblo, y las ovejas de su apacentamiento”, reconociendo a Dios como su gran creador aceptándolo no como materia, ni alma, ni cosa alguna determinada sino una realidad en la mente, en la conciencia del ser humano como una perspectiva. Puesto que la materia es una idea, nada hay que sea solo espíritu, teniendo como coraza que en sentimiento más delicado es una vibración nerviosa.

Por ello este capitán de altura va más allá de las corrientes marinas que no lo detiene por su fuerte ola de mar se afianza su fortaleza en el mástil para afirmar la realidad misma es relativa, relacional y por eso las cosas, los hechos, acontecimientos que dependen una de la otra para la lógica; razón de su existencia con propósito y naturalidad. Es así como sostiene que nada existe por simplemente existir sino porque le da existencia, vida sentido de ser. Es este orden de pensamiento; Ortega denota la cruel indiferencia, vanidad, imponencia del hombre por el hombre, derribándose y negándose inconmensurablemente a existir en una tierra creada por un ser invisible, pero se siente.

Destaca ortega que el hombre como imagen, semejanza de él, con gran capacidad, habilidad de pensar para resolver los innumerables problemas que le acorralan la razón de su existencia y sostiene que así como las aguas de un río, de un océano permiten que un buque navegue con su seres pensantes, sostiene que el hombre debe aprender a convivir, a tolerarse, apoyarse mutuamente, alimentarse, potenciar sus energías en vez de autodestruirse, destruir la biodiversidad del medio natural con su ambición, consumismo, materialismo y el llamado vivir cibernético, centrando su devenir diario en una vida individual yo y en el mundo.

Ese mar turbulento es el escenario donde se describe los acontecimientos de la vida que es tragedia o drama, que el hombre hace y le pasa con las cosas, por el deseo de satisfacer sus necesidades sin importa de alterar los ciclos de la naturaleza, asumiendo ser el dueño y Rey de lo que se llama creación. Es así como este navegante define a este transeúnte de mar como un ser compuesto de realidades circunstanciales creados por la capacidad en su forma de pensar.

Este lobo de mar cargado de innumerables pensamientos observa detenidamente la estela que el barco va dejando en el transcurso de las horas y dice en su corazón, de la misma forma como el barco deja su estela el deseo del hombre muere automáticamente cuando se alcanza, fenece al satisfacer. Estas frases mueven a su esmerada tripulación por acompañarlo a su viaje puesto que muchos de ellos pierden el sentido de vivir una vez llegado a su puerto, se sienten cansado y apartados de la sociedad, perciben que se han aislado y perdido del significado de la vida, es cuando se sorprenden, se extrañan y comienzan a entender sus circunstancias.

Pero todo no se da por terminado, el viaje continuo, el Capitán Ortega se dirige a la Proa y insta a su tripulación a ver lo inmenso y espacioso del horizonte arropado con la luz de la Luna protegida por el titilar de las estrellas les recomienda escuchar el bramido del mar, sentir la brisa cargada de salitre y así referirse a la experiencia del vivir marino como una verdad en su vida cuando le exigen una respuesta.

El navegante Ortega decía que quien quiera enseñarnos una verdad que nos las diga, que nos señale el camino para llegar a ella para que cada uno de nosotros seamos capaces de acercarnos a la verdad por nosotros mismos y ustedes hombres razonables levántense erguidos y vean lo grandioso que es la vida al conocer la verdad en la universidad seglar del vivir diario. Aunado a lo anterior, Ortega le refiere a la otra universidad como un elemento esencial dentro de una sociedad moderna que debía ser un potente poder espiritual y la misma debe ir a la creación de nuevos usos acoplada a enseñar las profesiones que necesitan de un esfuerzo intelectual acompañado con un desarrollo de la investigación.

En este mismo orden de ideas el Capitán Ortega les dice que la misión de la universidad es enseñar al estudiante a ser un hombre culto, buen profesional y para lograrlo debía enseñarles a los estudiantes las grandes disciplinas como la física, la matemática, biología, historia, sociología a igual que a ustedes aprender la astronomía, derecho marino, cartas de navegación entre otras, a ellos como a ustedes el estudio del hombre en sociedad política y filosofía.

Ortega propina una pedagogía sistémica y completa que fuera capaz de transmitirle los conocimientos científicos de forma comprensible. Esta pedagogía seria el fundamento de la nueva universidad, por eso los profesores serian seleccionados más por su capacidad pedagógica que por su talento científico al igual que el timonel del barco lleva en sus manos su gran capacidad, destrezas y responsabilidad de velar por sus compañeros, como el científico está obligado hacer un esfuerzo de síntesis si querían que la ciencia fuese compatible con la vida porque la vida no puede esperar a las explicaciones de la ciencia, pues es siempre urgencia.

Al tener que resolver problemas del momento, de la misma forma como el mar acepta sus navegantes no puede permitir errores por el contrario no se respetaría El Navegante Ortega se dirigía a su tripulación (compuesta de oficiales, marineros, camareros, cocineros, timoneles, maquinistas, electricistas y administrador) cada uno con su respectiva función, que cumplir en las millas a surcar los mares a igual como esas universidades que tienen su función de servir a la sociedad por medio de preparar a los futuros profesionales en los diferentes campos de trabajo ya sea profesor, medico, ingeniero entre otros.

Pero está claro su rol cumplir en la sociedad les recuerda que el destino del hombre es primeramente acción, no vivimos para pensar al revés, pensamos para poder vivir, les enfatiza de que en las relaciones sociales hay las conexiones interindividuales como el amor, la amistad y así se entenderá la relación persona – sociedad – triunfo. Es por ello que el hombre de mar no puede alejarse de su propia autenticidad siento así objetivo real y considerado como un ser pensante que admite los hechos acontecimientos tal como son.

Recuerda que la misma vida es problema, que hacer, preocupaciones consigo misma, programa vital y, en último término naufragio al igual que una nave que ayer fue exitosa hoy o mañana puede quedar a la deriva donde sus hombres con mucho deseo de seguir surcando los mares y conocer las nuevas tierras naufragan en un alto océano esperanzado en un simple pedazo de madera para salvarse, Ortega les refiere, que el navegar de la vida es un drama que no puede considerarse como una realidad biológica, sino biográfica; por ello para conocerla se desarrolla como una narración. Solo así puede entender el vigilante de los mares que la vida es su fin y, por consiguiente, no hay que buscar ninguna trascendencia puesto que para cada ser es su existencia humana.

Por lo tanto, el Navegante Ortega no considera el ser como la realidad de todo, sino un intento del ser que un ser completo puesto que la historia misma de él está hecha de una serie de invenciones que produce el hombre con el fin de mantenerse a flote, una sociedad compaginada en la injusticia, inseguridad, pérdida del sentido de la existencia, como un barco que va a la deriva sin saber cuál es su estribor, babor o la estrella que lo guía.

Es así como él como gran lobo del mar le facilita a cada marinero una nueva estrella de oportunidad para engrandecer su horizonte como la de tener la oportunidad de estudiar en una universidad y llegar a formar parte de ese mundo exterior afanado por el consumismo, la vanagloria y el poder. Ortega les hizo ver que era partidario de extender la educación a todo el mundo, que todo hombre de mar tuviera acceso al estudio y que aquellos que descansen, aunque no tuviesen medios económicos, pudieran acceder a la educación superior y a la investigación ayudada por el estado.

Es así como Ortega, les destaca la importancia de llevar a bordo del buque de insignia una biblioteca de cultura en la que se publicaran los principales estudios del momento, acompañada de que se constituyese paralelamente una especie de sociedad de conferencia que se encargaría de difundir el pensamiento más actual a lo largo y ancho de todo océano, mar, lagos, ríos para formar, orientar y compaginar con el saber humano y así seguir las estelas marinas que les conducirá a ser grandes capitanes de naves marinas llena de sabiduría como la de Santiago Ramón y Cajal, Marcelino Menéndez Pelayo, Benito Pérez Galdos entre otros cruditos cubiertos de una gran y esqueje de sabiduría.

Es de notar que al mando de este timón bibliotecario científico, social, cultural estaría al frente el prestigioso y humilde filósofo, intelectual el Capitán Ortega y se encargaría que allí se encontrasen algunos de los libros más importantes de la primera mitad del siglo XX. En el transcurso de ese mismo siglo les refiere a sus compañeros la aparición de una nueva estrella como guía a la búsqueda del saber humano, la revista de Occidente y al año siguiente la editorial del mismo nombre. En ambas aparecerán muchas de las principales plumas españolas e internacionales del momento infundiendo temas más variados de arte, de literatura y de las más diversas ciencias.

Después de un largo viaje por los mares de la humanidad y al sonido como de una gran tormenta se rompe el silencio matutino con una voz reciedumbre por uno de los abnegados marineros que abre el libro de la bitácora y anuncia este navegante filósofo, intelectual, pedagogo y escritor ortega nació en una familia madrileña acomodada perteneciente al círculo de la alta burguesía del lugar, entre 1891 y 1897 estudiaría en el Colegio jesuita de San Estanislao de Miraflores del Palo, en Málaga. Su abuelo materno, Eduardo Gasset y Artime, había fundado el diario El Imparcial que más tarde su padre, José Ortega Munilla, pasaría a dirigir.

Así, cabe destacar, que Ortega y Gasset se crio en un ambiente culto, muy vinculado al mundo del periodismo y la política. Su etapa universitaria comienza con su incorporación a los estudios de la Universidad de Deusto, Bilbao (1897–98) y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid (18981904).

Doctor en Filosofía de la Universidad de Madrid (1904) con su obra Los terrores del año mil. Crítica de una leyenda. Entre 1905 y 1907 realizó estudios en Alemania: Leipzig, Núremberg, Colonia, Berlín y, sobre todo, Marburgo. En esta última, se vio influenciado por el neokantismo de Hermann Cohen y Paul Natorp, entre otros. De regreso a España es nombrado profesor numerario de psicología, lógica y ética de la Escuela Superior del Magisterio de Madrid (1909), y en octubre de 1910 gana por oposición la cátedra de metafísica de la Universidad Central, vacante tras el fallecimiento de Nicolás Salmerón. Tras casarse con Rosa Spottorno, en 1914 nace en Madrid su hija, Soledad Ortega Spottorno, quién en 1978 creará la Fundación José Ortega y Gasset, de la que será su presidenta de honor. En 1918 nacerá su hijo José Ortega Spottorno, que será ingeniero agrónomo.

Colaborador del diario El Sol desde 1917, donde publica bajo la forma de folletones dos obras importantes: España invertebrada y La rebelión de las masas. Durante la II República es elegido diputado por la provincia de León, cargo en el que permaneció durante un año. En 1923 funda la Revista de Occidente, siendo su director hasta 1936. Desde esta publicación promoverá la traducción y comentario de las más importantes tendencias filosóficas y científicas en nombres tales como: Oswald Spengler, Johan Huizinga, Edmund Husserl, Georg Simmel, Jakob von Uexküll, Heinz Heimsoeth, Franz Brentano, Hans Driesch, Ernst Müller, Alexander Pfänder, Bertrand Russell y otros. (Al respecto véase, de Evelyne López Campillo, La Revista de Occidente y la formación de minorías (1923–1936), Editorial Taurus, Madrid, 1972).

Cuando en 1936 tuvo lugar la sublevación militar, Ortega y Gasset se opuso a ella, sumando su firma a un escrito publicado en ABC donde con otros intelectuales se declaraba «…al lado del Gobierno de la República y del pueblo». Pronto se autoexilió, primero en París, luego en Holanda y Argentina, hasta que en 1942 fijó su residencia en Lisboa. A partir de 1945 su presencia en España fue frecuente, pero habiéndosele impedido recuperar su cátedra, optó por fundar un «Instituto de Humanidades» donde impartía sus lecciones. Durante estos años y hasta su muerte en 1955, fue fuera de España, sobre todo en Alemania, donde recibió el crédito y las oportunidades de expresión que correspondían a su prestigio.

Ortega y Gasset ejerció una gran influencia en la filosofía española del siglo XX no sólo por la temática de su obra filosófica, sino también por su estilo literario ágil,


descrito por algunos como próximo al Quijote, que le permitió llegar fácilmente al público general. Al finalizar el marinero cierra el libro de los recuerdos de los recuerdos marinos y Todos aplauden lo grandioso de este lobo de mar, e inmediatamente anuncia la llegada del buque yo y mis circunstancias al puerto de la esperanza España, se escucha una voz fuerte suelten el ancla, lances los cabos y amarren fuertemente la embarcación, el crucero terminado. Al bajar él y su tripulación un anciano le abrazo y le da un beso y con una voz fuerte envalentonada de ecos le recita un poema que dice así:


Adagio ortegano


Dios soy yo, nada más lejos de la realidad Dios y todo, eso si no tiene etcéteras ni vuelta atrás donde Esta Dios. Donde está el universo está allí el principio y fin de todo alfa y omega Del universo es la vida, el amor, la oscuridad Es el espacio sin norte, sin sur, sin Polar Siendo Dios creador de este, como lo podríamos limitar Como limitar la sabia que brota, fluye hasta el mar Hasta ese mar de sueños que se hacen realidad. El hombre creador, así lo hizo él en su afán Convertido ahora en idilio, utopía o realidad O libres, sórdidos, lúgubres, por instantes nada más Serás constructor de tus sueños o destructor de tu lar Dueño de tus circunstancias, entre alas orejas escogerás Su perfecta creación, linda, hermosa, por demás. Amor, que sonido tan pequeño y pleno de autoridad Te subyuga, te eleva, te estanca, te hace vibrar Puede hacerlo, es capaz, es visible o invisible Su creador lo es por demás De la vida el dio en el amor al crear.

Algo distinto al amor, enamorarse es falaz Así lo dice José Ortega, quien inspiro este cantar. Sin amor no hay relación, sin amor no hay circunstancias El amor es convivir es el lazo que nos une Es la razón de encontrarse uno con uno También la de compartir la vida, las esperanzas Los bienes, las situaciones, las vivas y las tristezas Es la única manera de hacerla más llevadera. Aprende a compartir amor, Aprenderás a expulsar lo que opaca el cristal del amor como lo es la tiranía, envidia, egoísmo, el odio. Enciende la llama de la fe, esperanza, tolerancia, la paz y sentirás En tu rostro la brisa de la convivencia humana ¡Social y circunstancial de cada uno de tus semejantes La vida Oh! La vida, oh dice elocuente letrado filosofo Ortega Milagro que hay que gozar Viene del amor eterno, viene de el sin dudar De que está llena la vida; circunstancias nada mas De un Adagio Ortegano, pleno de sabiduría Musa de mi inspiración, se recoge este enunciado Hombre, vida, amor, universo, todos juntos en el mar En este mundo de ensueños donde el objeto es amar.

Mi estimado lector en ustedes está en hacer de este filósofo, pedagogo un eslabón en su vida y abordar su nave llena de sabiduría, enigmas, consentimientos y comprender que el hombre es primeramente acción y no vive para pensar, sino pensar para poder vivir, en su camino esta, invítelo hacer parte de su circunstancia.