REVISTA ELECTRÓNICA DE HUMANIDADES, EDUCACIÓN Y COMUNICACIÓN SOCIAL



Dr. Oscar Belloso Vargas
Rector de la Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín
oscarbelloso@icloud.com



EDICIÓN 23 AÑO 12 ABRIL - SEPTIEMBRE 2017

EDITORIAL

En las últimas décadas, la investigación ha trascendido desde el carácter individual y de pequeños grupos de trabajo que mantuvieron por años nuevos escenarios de socialización entre diferentes actores del sistema de ciencia, tecnología e innovación. Actualmente, las nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) son el motor que impulsan los procesos de producción de conocimientos. Las tendencias más actuales en el mundo académico apuntan al trabajo colectivo y multidisplinario en redes o equipos de investigadores e innovadores. Las redes funcionan como unidades organizativas que permiten a las personas, equipos o instituciones cooperar, compartir información e interactuar para producir ciencia aprovechable para el bienestar de la sociedad.

Una red de investigación está conformada por un grupo de personas vinculadas por la producción de conocimientos, el rigor teórico-metodológico para desarrollar investigación científica, el interés de asociarse y cooperar unos con otros en la praxis investigativa; se orienta por propósitos y objetivos comunes tomando en cuenta el capital humano y recursos económicos destinados al estudio de un problema significativo en una o varias disciplinas. En resumen, las redes fraguan una sinergia entre diferentes saberes, culturas, idiosincrasias, trayectorias, tradiciones y experiencias, la cual se pone al servicio de la producción científica de avanzada.

Es de resaltar, que las redes de investigadores trabajan con el conocimiento humano en función de necesidades específicas de cada región o localidad, de cada línea de investigación y de los grupos protagonistas del devenir inter y transdisciplinario en todo el planeta. El intercambio de experiencias y conocimientos entre los miembros de las redes potencia los resultados, inferencias y derivaciones de los trabajos que se ejecutan ayudando a su divulgación con base a la visibilidad científica tecnológica.

El carácter multidisciplinario de los miembros de los equipos complementa capacidades, amplía el espectro de las deducciones y conclusiones de la praxis investigativa. Y, las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) amplían el alcance de los resultados, la proyección de los investigadores y la trascendencia del impacto en el mundo de las ciencias, las letras y, por ende, la optimización del planteamiento del problema de estudio.

Por otra parte, las redes de investigación promueven la interrelación académica, la democratización en el acceso a la información, la optimización de los recursos para realizar investigación al facilitarse procesos como la elaboración de los estados del arte, la determinación de problemas de estudio pertinentes y novedosos, el avance en las agendas de los grupos, las alianzas para lograr presentarse a convocatorias nacionales e internacionales o desarrollar proyectos conjuntos con nuevas dinámicas de trabajo constructivo y participativo entre la comunidad de investigadores.

Como ejemplo se tiene a una gran red que se ha desarrollado en Gran Bretaña desde 1993, se trata del Proyecto Alice que organiza redes para el mundo académico europeo. América Latina Interconectada con Europa, cuya meta es proveer conexiones de Internet dedicadas para las comunidades de investigación y educación de la región latinoamericana, y de esta con Europa.

En Latinoamérica es a mediados de la década de los noventa que se comienzan a desarrollar las primeras redes auspiciadas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA), el Banco Interamericano de Desarrollo, (BID) y, la Organización de Estados Americanos (OEA), quienes unieron esfuerzos, cooperación académica, desarrollo cibernético y formaron los primeros grupos de hombres de ciencias dedicado a la investigación en equipos numerosos.

En estos grupos se inició el desarrollo de los enunciados de la inter y transdisciplinariedad al conjugar en una misma investigación la óptica de diversas disciplinas científicas en la insurgente, para aquel entonces, era post-industrial. El resultado del trabajo en las redes comenzó a hacerse evidente desde la última década del siglo pasado. En efecto, los registros del Sciencie Citation Index reflejan un incremento significativo de artículos científicos publicados en las revistas de más alto impacto a partir de los resultados del trabajo en redes de investigación.

Surgieron también, en América Latina, el Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED), el Mercado Común de Ciencia y Tecnología (MERCOCYT) y la Comisión Interamericana de Ciencia y Tecnología, (COMCYT), patrocinada por la Organización de Estados Americanos, organizaciones que coadyuvaron a la gestación de las redes de investigadores al sur del Río Grande y a la interacción entre ellas y las redes existentes en otros continentes.

En América Latina se dispone de la Red de Cooperación Latinoamericana de Redes Avanzadas, Red Clara. Un gran grupo de investigadores que pretenden integrar una red regional de última tecnología de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Uruguay y Venezuela, quienes unen esfuerzos para que los resultados de sus investigaciones mejoren la crítica situación social de Latinoamérica y El Caribe. Las redes se califican según su temática; otra red latinoamericana es Atlantea, organizada por la Universidad de Puerto Rico; está conformada por 49 redes de investigación y fortalece el enlace académico y asesoría técnica entre sus miembros.

Reacciun es la más grande red de investigadores de Venezuela. La Red Académica de Centros de Investigación y Universidades Nacionales nace como una iniciativa del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológica, en el año 1995, con base en el Sistema Automatizado de Información científico-tecnológico que era parte del Conicit, institución que hoy se denomina Fonacit. Y está adscrita al Centro Nacional de Tecnología de Información (CNTI) y al Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología (MPPEUCT), en Venezuela.

El apoyo del estado desde sus gobernantes es imprescindible e imperativo para desarrollar redes de investigadores en los países latinoamericanos y del Caribe. Financiamiento gubernamental, tecnología de avanzada, sinergia de talentos, rigor científico en investigaciones para resolver una problemática social, esfuerzo, perseverancia y cientificidad garantizan el éxito de esta forma de hacer ciencia, una sumatoria de talentos unidas en redes de investigadores alrededor del mundo.

Desde la URBE, proyectamos el mejor talento con un horizonte de productividad científica tecnológica, el cual comprende a diversos actores internos (estudiantes, profesores, investigadores, innovadores y personal docente administrativo) con la firme intención de estrechar la vinculación desde la docencia, extensión e investigación con los sectores socio productivos locales, regionales, nacionales e internacionales, bien sean empresas, comunidades y todas aquellas estructuras de investigación e innovación presentes. La premisa de la Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín ha sido, desde hace 27 años, en proyectarse desde sus fortalezas de conocimiento interactuando en todos los espacios globales posibles para el desarrollo y bienestar de la gente.