Educación, globalización y neoliberalismo: ideas para una reflexión en el contexto colombiano

Education, globalization and neoliberalism: ideas for a reflection in the colombian context


Recepción: 30/01/2009

Revisión: 13/02/2009

Aceptación: 27/02/2009



Milton Fernando Trujillo Losada


Milton Fernando Trujillo Losada
Universidad de Ibagué. Colombia.
mailto:miltontrujillo@hotmail.com



Resumen


Uno de los problemas fundamentales del rezago educativo, la cobertura, la eficiencia terminal y la calidad es el insuficiente presupuesto asignado a Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología en nuestro país. Por lo tanto, se propone la asignación de dicho presupuesto de acuerdo a las necesidades reales de país y de su población. Hay que garantizar la calidad de la educación mediante la calidad en sus contenidos, los cuales deben ser pertinentes y actualizados; el equipamiento de las escuelas que garantice los medios tecnológicos y físicos necesarios para la formación científica, tecnológica, social, ética y humanista de los niños y jóvenes; la formación, capacitación y actualización de los profesores y la defensa de las universidades como centros de construcción de nuevos conocimientos; mejores condiciones laborales y salariales para los maestros y trabajadores de la educación, la garantía de una jubilación digna y mayor seguridad social; además del aumento del presupuesto educativo y la generación de programas que vinculen realmente educación, ciencia y tecnología y cultura. Todo esto para que unidos en un esfuerzo por aumentar los índices de calidad real de la educación, se eleve también la voz para exigir acciones contra el analfabetismo. Elemento éste que perpetúa la pobreza tanto material como cultural de la gente.

Palabras clave: formación, calidad educativa, globalización, neoliberalismo.

 

Abstract


One of the fundamental problems of the educational lag, the coverage, efficiency and quality is the insufficient budget allocated to Education, Culture, Science and Technology in our country. Therefore, the allocation of such budget is proposed according to the real needs of country and its people. It is necessary to guarantee the quality of education through the quality of its contents which must be relevant and updated; the equipment for schools in order to ensure necessary physical and technological resources for scientific, technological, social, ethic and human children and youth training, teachers’ training and upgrading as well as universities defense as centers of new knowledges; better working and salary conditions for teachers and education workers; decent retirement and social security ensuring. Besides, the increasing of the education budget as well as the creation of programs that truly link education, science, technology and culture. All these aspects mentioned above, in order to raise real educational quality indicators and at the same time, to raise the voice in order to demand actions against illiteracy which perpetuates both material and cultural poverty of people.

Key words: training, education quality, globalization, neoliberalism.

 


Educazione, globalizzazione e neoliberalismo: idee per riflettere nel contesto
colombiano



Riassunto


Uno dei principali problemi del ritardo educativo, la copertura, l’efficacia e la qualità è l’insufficiente preventivo dato all’Educazione, Cultura, Scienza e Tecnologia nel nostro paese. Quindi, si propone di dare questo preventivo secondo le necessità reali del paese e della popolazione. Bisogna garantire la qualità dell’educazione tramite la qualità dei suoi contenuti i cui devono essere pertinenti ed aggiornati; l’attrezzatura delle scuole in modo che garantiscano i mezzi tecnologici e fisici necessari per la formazione scientifica, tecnologica, sociale, etica ed umanista dei bambini e giovani; la formazione, capacitazione ed attualizzazione dei docenti, così come la difesa delle università come centri di costruzione di nuove conoscenze; migliori condizioni di lavoro e di stipendi per i maestri e lavoratori dell’educazione; la garanzia di una pensione degna e più sicurezza sociale. Inoltre, l’aumento del preventivo educativo e la creazione di programmi che relazionino veramente l’educazione, la scienza, la tecnologia e la cultura. Tutto ciò per aumentare gli indicatori di qualità reale dell’educazione, anche per esigere azioni contro l’analfabetismo, la cui può perpetuare la povertà tanto materiale come culturale della gente.

Parole chiavi: formazione, qualità educativa, globalizzazione, neoliberalismo.

“Al ver un pobre en la calle el Neoliberal dirá que el problema es del pobre porque no aprovecha las oportunidades que a todos nos brinda el mercado. Para uno de la Tercera Vía se debe crear empleo y generar condiciones para que no exista pobreza, condiciones que da el mercado.

El socialista propondría que el Estado controle los medios de producción para combatir la desigualdad, con instituciones que atiendan a esas personas. El Corrupto disfrazado de Socialista lo llamará aparte y le dirá que él hizo nombrar al Presidente del Seguro Social, que le va a dar comida a cambio de que vote por él”. Rudolf Hommes, Entrevista publicada en el Magazín del Periódico El Espectador, el 31 de Octubre 1999.

Al parecer el neoliberalismo como problema internacional, no existe de manera pura en Colombia. Rudolf Hommes plantea el ejemplo de la cita para diferenciar a un Neoliberal, un Socialdemócrata, un Tercer vista y un Corrupto disfrazado de Socialista; y nos permite entender de entrada que en nuestro país existe una realidad tan compleja, que el intento de tratarla conceptualmente implica un ejercicio muy serio de contextualización, pues la formalidad expuesta dista de la informalidad practicada.

Sin embargo, como ejercicio académico, nos proponemos en el presente escrito mencionar algunas ideas en torno a los efectos del Neoliberalismo y del Capitalismo en la reflexión de una Política Pública de Educación, específicamente señalando los obstáculos que éstos han representado en el tema del progreso, desarrollo y mejoría en la calidad de vida de los colombianos.

Cabe aclarar, de entrada, que cifrar los resultados del desarrollo por la sola adopción de algunas políticas macroeconómicas parece desacertado. Atribuirle al Neoliberalismo toda la responsabilidad de los desaciertos tampoco es objetivo, pues luciría más a apasionamiento que a raciocinio. No puede, entonces, olvidarse que otra causa fundamental del desarrollo económico de una sociedad es su herencia religiosa, cultural y política.

Su actitud frente al tiempo, su grado de responsabilidad y racionalidad, sus actitudes fatalísticas, los conceptos de equidad, igualdad y autoridad, su identificación con otros, el rigor de su sistema ético y la actitud hacia el trabajo, son elementos que no pueden dejarse de lado, so pena de caer en enfoques economicistas. Sin embargo, mantendremos aquí la mirada economicista (sesgada), no por desconocimiento sino por practicidad en el ejercicio, dejando abierta la posibilidad para trabajar estos otros aspectos en futuros escritos o disertaciones.

Ahora bien, parece haber consenso en que el 7 de Agosto 1990 cuando asumió la presidencia Cesar Gaviria Trujillo se dio lugar a una de las más profundas reformas del siglo XX en Colombia. Con la famosa frase “Bienvenidos al Futuro” se dio inicio al entierro del modelo proteccionista de la economía para darle paso a otro modelo que en el gobierno anterior había hecho sus primeros pinitos: la Internacionalización de la Economía.

Se continuó el proceso de reducción y eliminación de aranceles con la oposición de muchos empresarios que por largo tiempo habían gozado del proteccionismo. Gaviria embarca a Colombia en el Modelo de la Apertura bajo el esquema gradual y se fijó un plazo de cuatro años para la abolición de todas las barreras al comercio internacional.

Pero bajo la sombra de la gradualidad los empresarios le hicieron una jugada al nuevo modelo frenando sus importaciones a la espera de que los aranceles llegaran a cero. Por ello Gaviria aceleró el proceso y el 27 de Agosto de 1991 se abrieron todas las puertas que cerraban el Comercio Exterior. Los hábitos de los consumidores cambiaron ante la variada oferta de bienes de todas las marcas y precios. La competencia a la producción colombiana dejo muchos damnificados. Muchas empresas que no pudieron competir en calidad y precio cerraron y otras despidieron personal para reemplazarlo por maquinaria importada gracias a la apertura.

Esto en el ámbito económico, por ejemplo. Pero en el campo educativo, por mencionar nuestro interés, se empezaron a entremezclar una serie de elementos que, con las futuras reformas y planteamientos legales, dejaron entrever que en el Neoliberalismo las políticas educativas y culturales tienen una visión y un carácter predominantemente económico, y que están “dictadas” por los organismos internacionales, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico y el capital financiero internacional.

Perspectiva que se entiende al ver que, en el diseño de las políticas educativas y culturales, no se toman en cuenta la cultura y necesidades educativas nacionales, o la pluriculturalidad y multilingüismo de nuestro país. Las políticas educativas y culturales actuales imponen una visión única y unipolar del mundo, imponen un pensamiento único y una visión uniformizante de la sociedad.


Las políticas culturales y educativas, tal como las encontramos planteadas en nuestro país, sólo dejan entender que, iluminadas por el neoliberalismo, están orientadas en dos sentidos:


  1. la formación de mano de obra que necesitan las empresas y

  2. la dominación y el control ideológico del pueblo.

Ante esta situación y tomando en consideración que la educación es un importante pilar del desarrollo de un país, de una comunidad, de la sociedad y los individuos, es fundamental el diagnóstico de los principales problemas de la educación en nuestro país, así como la generación de propuestas para un proyecto alternativo de educación y para la superación de los problemas concretos a los cuales nos enfrentamos, para tal fin, resaltamos algunas ideas:


Ante la imposición de una única visión del mundo, la anulación de las diferentes culturas y la discriminación y rechazo de los pueblos minorías, se han propuesto desarrollar, por ejemplo, una educación pluriétnica y pluricultural en todos los niveles, desde el básico hasta el superior; crear instituciones educativas indígenas, por ejemplo, y desarrollar políticas públicas que impulsen el desarrollo económico, social y cultural de los pueblos indígenas.

El Estado en materia cultural ha disminuido el presupuesto y debilitado las instituciones para concentrar las decisiones en organismos centralizados, liberándose de su compromiso social sobre el patrimonio cultural, su preservación, difusión, conservación, enseñanza e investigación; definiendo estas políticas en función del carácter de interés social y nacional, de su utilidad pública en la investigación, conservación, restauración y recuperación de los monumentos propiedad de la nación, inalienables e imprescriptibles.

Actualmente la educación ha dejado de ser un derecho social para convertirse en un servicio, es decir, en una mercancía que adquiere quien puede pagarla. Así, a pesar de sus elevados costos, las instituciones privadas de educación han proliferado, en detrimento de la educación pública y las obligaciones del Estado para dar cobertura total en educación. Ante esto tenemos que garantizar una cobertura total de educación a los niños y jóvenes en edad escolar y aumentar la matrícula de la educación media superior y superior, pues la Educación es el fundamento de la soberanía y de la democracia social.

Uno de los problemas fundamentales del rezago educativo, la cobertura, la eficiencia terminal y la calidad es el insuficiente presupuesto asignado a Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología en nuestro país, por lo tanto, se propone que se asigne de acuerdo a las necesidades reales de país y de su población.

Hay que garantizar la calidad de la educación mediante la calidad en sus contenidos que deben ser pertinentes y actualizados, el equipamiento de las escuelas, que garantice los medios tecnológicos y físicos necesarios para la formación científica, tecnológica, social, ética y humanista de los niños y jóvenes; la formación, capacitación y actualización de los profesores y la defensa de las universidades como centros de construcción de nuevos conocimientos.

Mejores condiciones laborales y salariales para los maestros y trabajadores de la educación, la garantía de una jubilación digna y mayor seguridad social; además del aumento del presupuesto educativo y la generación de programas que vinculen realmente educación, ciencia y tecnología y cultura; esto, para que unidos en un esfuerzo por aumentar los índices de calidad real de la educación elevemos también nuestra voz para exigir tajantemente acciones contra el Analfabetismo que es un elemento que perpetúa la pobreza tanto material como cultural de nuestra gente.

A este respecto, la periodista Claudia Herrera Beltrán, en su informe periodístico durante el foro en Cancún sobre creciente proceso de mercantilización de la enseñanza (Ciudad de México marzo de 2005) comentó que Educadores y dirigentes sindicales de América Latina advirtieron que, uno de los obstáculos en el desarrollo de políticas efectivas en pro de la Educación está una “obsesión” del Estado por restringir su responsabilidad y acción, y delegarlas al mercado.

Señaló, además, que el problema de las reformas educativas implantadas en América Latina es que se han hecho sin la participación de los docentes y la sociedad, aunque algunos sindicatos se muestran optimistas al ver una tendencia de ascenso de gobiernos de izquierda (entiéndase menos excluyentes que los tradicionalistas), como está ocurriendo en Brasil, Argentina, Uruguay y Chile.

Además, se comenta que, como efecto de las políticas neoliberales promovidas en la región latinoamericana, hay 40 millones de personas que no saben leer y escribir, lo que representa aproximadamente la población de nuestro país, además de que existen 120 millones de analfabetas funcionales, es decir, que fueron a la escuela, pero tienen dificultades para entender y comprender un texto, hacer operaciones matemáticas y explicar procesos históricos.

Ahora bien, toda esta información mencionada y tratada hasta aquí, nos permite afirmar que las ideas de Liberalismo y Capitalismo, baluartes sobre los que se ha construido nuestro Estado, y sus consecuencias contemporáneas de Neoliberalismo y Neocapitalismo, han permeado de tal manera nuestras estructuras gubernamentales, que las políticas acerca de la educación impartidas, promovidas y defendidas por el Estado sólo han respondido a sus intereses económicos y particulares, olvidándose del carácter social y colectivo, y del impacto tan importante que tiene la educación como instrumento progresista y formador de hombre y mundo.

Quisiéramos mencionar aquí, cómo esas ideas han llevado a entender el emblema constitucional de “Educación para Todos” como un sofista de distracción, con el que se transita teóricamente al modelo de Estado Social de Derecho, pero al mismo tiempo se afianza el modelo de Estado Neoliberal, dejando entrever las claras paradojas de nuestro Estado y de nuestro tiempo, pero estas ideas pueden mencionarse más adelante, con mayores argumentos, espacio y tiempo.

Sólo resta afirmar que estamos convencidos que la promoción de la educación debe ser el eje fundamental en el nuevo paradigma de las políticas de educación. Analizar los ideales de educación de la gente para responder con innovaciones eficientes y efectivas que sustenten los niveles de calidad de vida. Es exigente hoy ir mucho más allá, pues con una educación de calidad también aumentará el logro de la participación democrática, de la respuesta comunitaria y de los grupos sociales comprometidos con su entorno, con su país.

 


Una dicotomía entre bien público y bien privado


El tratamiento de la educación desde el mercado, nos arroja a hablar de demanda y oferta. En este sentido, podemos decir que el concepto de demanda educativa puede entenderse en sentido amplio como el total de personas que requieren de servicios educativos.

Dentro de este conglomerado de personas se pueden distinguir varios grupos etáreos dentro de los que están, por una parte, la población en edad escolar es de 3- 16 años, que incluye Formación Básica y Media, por ejemplo; por otra parte, está el grupo poblacional que se conforma por las personas que habiendo rebasado la edad escolar son demandantes del servicio educativo y está integrado por los analfabetas y desertores que no han finalizado su proceso de formación básica.

Por otro lado, se entiende por oferta la capacidad del sistema educativo para proveer de servicios educativos a una comunidad. Se hace concreta mediante el número de cupos efectivos y potenciales. La medición de la oferta potencial del sistema educativo es difícil de cuantificar por cuanto se necesita establecer la capacidad tanto en infraestructura de recursos físicos, de docentes y logísticos, para lo cual no están diseñados sistemas de información en el marco de la educación nacional.

Además de aclarar lo anterior, vale la pena mencionar que para “medir” el aspecto educativo se pueden tener en cuenta varios indicadores, como la cobertura y la eficiencia. El primero es un indicador que muestra el déficit de demanda existente en un sistema educativo, es decir que parte de la población se encuentra por fuera del sistema escolar o no tiene acceso a él. Desde el punto de vista del sistema educativo la cobertura muestra su eficacia para incorporar o atender a la población que requiere el servicio.

El término de eficiencia de la educación está relacionado con la capacidad con que cuenta el Sistema Educativo para alcanzar una mayor cobertura y calidad en la prestación del servicio optimizando el uso del recurso.

Aquí el ideal es obtener máxima cobertura y calidad con mínimo recurso posible. Desde este punto de vista un sistema educativo es más eficiente en sí mismo -o en comparación con otro-, en la medida que, con menor cantidad de un recurso, (docentes o dinero) se pueda atender mayor número de estudiantes.

Sin embargo, un sistema educativo puede ser más eficiente y lograr mayor cobertura asignando mayores estudiantes por docente, por ejemplo, pero tal eficiencia puede alcanzarse a costa de del deterioro de la calidad, lo cual no es deseable. Por eso es necesario señalar que una evaluación del desarrollo del sistema debe realizarse en función de alcanzar mayor eficacia en la asignación de recursos, que involucra mayor cobertura y calidad.

Ahora bien, para hacer un abordaje adecuado del problema a tratar, es importante diferenciar, de entrada, entre la institución que brinda un servicio educativo (empresa) y el programa de educación que se ofrece (producto). Y en esta diferenciación hay que reconocer que existen diversas instituciones educativas privadas y públicas, con características particulares, que ofrecen un servicio, que definirlo como bien privado o no, requiere de un análisis previo.

Para el presente planteamiento consideramos que en el mercado en donde “compiten” las diferentes instituciones educativas, en particular las privadas, éstas compiten en el mercado educativo de una manera distinta a otros mercados, porque no poseen la flexibilidad necesaria para ofrecer los más diversos productos para los más diversos sectores de la población.

Esta idea surge al pensar que, en los mercados abiertos, es el empresario creativo quien detecta una carencia o necesidad en el mercado, lo que para él implica una oportunidad de ganancia, y se aventura a satisfacerla de tal modo que se beneficie él también.

El resultado de esta libertad es que el producto ofrecido satisface a un grupo de consumidores en el mercado, los cuales resultan ser quienes efectivamente se ven satisfechos con la adquisición del mismo. Suena a una tautología, pero en verdad no hay forma de saber de antemano quiénes serán los consumidores del producto, hasta que efectivamente lo adquieran y se satisfagan. La proyección que hace el empresario al ofrecer el producto es una mera expectativa. Por ello, en el mercado existirán muchas variedades del producto, los cuales los empresarios ofrecen a sectores de la población que, asumen, necesitan y adquirirán el producto específico ofrecido.

Sin embargo, en el mercado educativo, el producto que se ofrece es el servicio educativo; es decir, los empresarios ofrecen educar a una persona a cambio de una retribución.

Si esto se ve así, el servicio educativo es un bien privado que puede ser objeto de transacciones en el mercado, y que, además, los empresarios pueden ofrecer este servicio de la manera más variada posible, atendiendo a los requerimientos de sus consumidores.

Pero, a pesar de ser bien privado, la educación está en manos del Estado, pues se sigue controlando el sistema de manera centralizada, y regulada, a partir de lineamientos u orientaciones que promulga el Estado a través de su ministerio de Educación Nacional.

En este sentido, y por mandato constitucional, también podemos concebir el servicio educativo como bien público, pues tendría como función principal la de proveer ese servicio con fines sociales. Así, se enmarca dentro de una estructura de mercado, el cual está sujeto a regulaciones para que la asignación de recursos que se destinan a la educación impacte óptimamente o eficientemente a la población y proporcione tasas de retorno favorables a favor del desarrollo productivo y el bienestar social en general.

En este sentido, supondríamos que el Estado está en mejores condiciones que los propios individuos para determinar qué es una educación de calidad, cómo debe llevarse a cabo, qué implicaciones tiene, entre otras prerrogativas.

Así, desde esta “regulación centralizada”, es evidente que lo que se enseña no es ofrecido en el mercado de una manera variada, sino que el programa educativo contiene un mínimo temático (lineamientos, estándares, competencias), aplicables a todas las instituciones educativas. En el fondo, entonces, todos los colegios y escuelas enseñan lo mismo, y las diferenciaciones radican en otros elementos del servicio, tales como precios, prestigio, calidad, servicios adicionales, etc.

Así, pues, la relación entre Educación y Mercado se ha dado de manera problemática por varios aspectos. El primero de ellos puede ser la todavía inexplorada idea de establecer una subvención por alumno que reconozca que alcanzar un determinado nivel de aprendizaje requiere que los recursos varíen en forma inversa al nivel socioeconómico de las familias. Al no corregirse esto, las posibilidades de aprendizaje dependen del nivel socioeconómico de los hogares y, en nuestra realidad, esto contribuye a mantener un “círculo vicioso” entre ignorancia y baja calidad educativa.

Un segundo aspecto a mencionar está dado por la imposibilidad de medir adecuadamente la calidad de la educación impartida por una escuela, pues los contextos han enseñado que se producen asimetrías de información entre los que ofrecen el servicio educativo (colegios) y quienes lo demandan (padres de familia), lo que incentiva la entrada de proveedores de mala calidad.

Al mismo tiempo, la conducta de los profesores o los directivos no es observable, y si hacer las cosas bien requiere más esfuerzo, entonces esto promueve un mal desempeño. Además, la fuerte institucionalidad bloquea la posibilidad de que el mal desempeño tenga consecuencias, pues los profesores “contratados” (nombrados) son prácticamente inamovibles.

Otro aspecto a tener en cuenta, apunta a cuestionar los criterios que las familias adoptan para elegir los colegios de acuerdo a su calidad, pues algunas familias priorizan la distancia o el costo, sobre el tipo de establecimiento o los valores que enseñan, y mucho más sobre sus resultados de aprendizaje.

Esto puede deberse a que efectivamente priorizan otros factores, o a la falta de información oportuna y pertinente. En cuarto lugar, podemos afirmar que, en muchas zonas, principalmente en las rurales, no existe una real competencia, haciendo que “los incentivos del mercado” no operen, lo que hace que la calidad educativa sea inferior a la ofrecida en una competencia del mercado libre.

Necesitamos, por tanto, alinear los objetivos de directivos, profesores, alumnos, familias y funcionarios públicos, para mejorar la calidad del sistema educativo en general, para que éste ofrezca mejores productos, en pro de la formación social, progreso e integralidad humana, y no de los intereses meramente económicos.


Retos para el diseño de políticas públicas


Partimos del hecho de reconocer que la educación y el sistema educativo constituyen uno de los principales instrumentos de cambio con que cuenta una sociedad, por tal, este escrito apunta a resaltar las siguientes necesidades:


  1. La formación para facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan en la vida económica, política, administrativa y cultural de la nación.

  2. La adquisición y generación de los conocimientos científicos y técnicos más avanzados, humanísticos, históricos, sociales, geográficos y estéticos, mediante la apropiación de hábitos intelectuales adecuados para el desarrollo del saber.

  3. El desarrollo de la capacidad crítica, reflexiva y analítica que fortalezca el avance científico y tecnológico nacional, orientado con prioridad al mejoramiento cultural y de la calidad de vida de la población, a la participación en la búsqueda de alternativas de solución a los problemas y al progreso social y económico del país.

  4. La incorporación de la investigación al proceso cognoscitivo, tanto de laboratorio como de la realidad nacional, en sus aspectos natural, económico, político y social.

  5. La capacidad reflexiva y crítica sobre los múltiples aspectos de la realidad y la comprensión de los valores éticos, morales, religiosos y de convivencia en sociedad.

Elementos fundamentales que afectan la reflexión en torno a una política pública de Educación, ya que también responde a lineamientos de políticas y estamentos internacionales que, respaldados por instituciones económicas, establecen los horizontes hacia donde se “debe” orientar el sistema educativo y la formación de nuestros profesionales.

Desde inicios de los setenta el mundo entró en una etapa de cambio cualitativo que se tradujo en modificaciones económicas, políticas y sociales, y que en su conjunto se han denominado globalización. En el campo de la educación la globalización también ha influido de manera tan determinante que ha afectado su desarrollo. En el presente escrito deseo mostrar cómo la globalización, como fenómeno internacional, afecta la planeación de políticas educativas, y en general a la educación, mostrando algunas “limitaciones” transformadas en retos para el diseño de políticas adecuadas, pertinentes y contextuadas, en el marco general de la sociedad del conocimiento1.

Para mencionar algunos elementos que se vuelven retos para la educación, desde los planteamiento de la Globalización, podemos afirmar que múltiples son las definiciones que se han dado sobre la globalización, por eso hay que definirla como un proceso complejo y multidimensional; la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) utiliza el concepto de globalización para referirse a la creciente gravitación de los procesos financieros, económicos, ambientales, políticos, sociales y culturales de alcance mundial sobre los de carácter regional, nacional y local (CEPAL, 2002).

Es decir, desde esta aclaración la Globalización va más allá de lo meramente económico para abarcar transformaciones en las esferas de la política, la economía, el ambiente, lo social y lo cultural. Esto quiere decir que la Globalización es mucho más que internacionalización de las economías y por tanto no se puede abusar del determinismo económico. Entenderla como un proceso multidimensional implica, que para establecer las oportunidades y amenazas de Colombia en la nueva época histórica se requiere de la combinación del análisis holístico con la especificidad regional, nacional o sectorial.


En el campo específico de la educación Superior, es de resaltar que ésta resulta interpelada por la globalización en algunos aspectos como:


  1. Cambios en la percepción que el Estado y la sociedad tienen de la Universidad. Se trata de lo que un autor llama la “universidad doblemente asediada”. Por un lado, el Estado pide cada vez más resultados en calidad, cobertura, investigación y proyección social, al tiempo que restringe el financiamiento. Por otro lado, la sociedad en sus múltiples estamentos, demanda de la universidad múltiples tareas para lograr investigación aplicada, formación de alto nivel, equidad social y proyección al sector productivo. En tanto los cambios sociales son constantes, la universidad vive tensionada por buscar las respuestas solicitadas.

  2. Modificaciones profundas en las formas de producción y trabajo. Estos cambios requieren personas con nuevas competencias laborales y conocimientos avanzados que interactúen con nuevos modelos de gestión, producción y comercialización a partir de unos referentes claramente universales, por no decir de estandarización internacional.

  3. Desplazamiento parcial de la hegemonía universitaria en el campo investigativo y en la proyección social. Si bien la universidad se ha mantenido y en muchos casos ha crecido en cobertura, han aparecido centros técnicos, universidades empresariales, centros de educación a distancia o virtuales, institutos de investigación de élite y otras formas institucionales que compiten en formación de pregrado y postgrado con los programas universitarios estándares; todos ellos buscando alternativas para “competir” con un “mercado internacional”, para responder a unas competencias y a una calidad internacional.

  4. Afianzamiento de la economía del conocimiento. “El conocimiento se ha convertido, más que nunca, en un factor primario de producción en todo el espectro de la economía mundial”, como afirma el Banco Mundial (2003).

  5. Los cambios en el entorno ocurren vertiginosamente, y si bien estos sucesos pueden alejar a los países en vías de desarrollo, de las corrientes avanzadas del conocimiento y la innovación, también pueden constituirse en una magnífica oportunidad para progresar significativamente en lo económico y en lo social. La universidad contemporánea tiene ante sí, su principal reto: Construir sociedades de conocimiento, según la expresión del Banco Mundial.


  6. Desarrollo humano sustentable como paradigma de bienestar. Existe un consenso avanzado entre teorías ambientales, sociales y económicas diversas, acerca de los beneficios de una alta dotación de capital humano. Es evidente que el capital humano es un resultado de acciones de política pública de largo plazo, pero también es un requisito para avanzar en la sociedad del conocimiento. Es también aceptado generalmente los efectos que se presentan en los países que interactúan adecuadamente con el ambiente.

  7. Es visible que no basta con tener desempeños económicos importantes, sino que el desarrollo económico ha de propiciar mejoría en la calidad de vida de los seres humanos, a través de más y mejor educación, mayores expectativas de vida con buena salud. La calidad ambiental propicia la garantía de recursos del planeta para las generaciones actuales y futuras.


  8. Cambios institucionales profundos en las entidades de Educación Superior. Aunque no tan rápido como sería deseable, las instituciones que ofrecen educación superior han sufrido transformaciones como consecuencia de la globalización. Los cambios más evidentes han tenido lugar en la internacionalización de su quehacer misional, en la actualización constante de sus planes de estudio, mayor profundidad y pertinencia en investigación y extensión, avances en equidad de género y de ingresos, ampliación de cobertura, innovaciones pedagógicas a tono con las tecnologías de la información y la comunicación (TICs), aseguramiento de calidad y mejores indicadores de gestión.

  9. En el Estado, igualmente se ha avanzado en una adecuación de la regulación y una puesta al día de las “reglas del juego”, para propiciar eficiencia, pertinencia, equidad, transparencia y receptividad.


  10. Múltiples amenazas, pero sobre todo múltiples oportunidades para la Educación Superior. La globalización ha dejado descontentos en todo el mundo por varios motivos.

  11. En los extremos, se culpa a la globalización de todos los males de la sociedad contemporánea y se pide el “cambio de modelo”, básicamente porque ha dejado por fuera de sus beneficios a países, regiones, industrias y grupos sociales. En la lectura mayoritaria se asume que la globalización debe ser impulsada hacia delante, propiciando una mayor inclusión, trazando políticas públicas y compromisos del sector privado para mejorar el bienestar de cada vez más amplias capas sociales.


Consideraciones finales


A pesar de encontrar aspectos limitantes en la Globalización, hemos querido mencionarlos como retos de la Educación… o mejor, deberíamos tenerlos en cuenta al momento de diseñar las nuevas políticas de educación, pues se pueden aprovechar las ventajas de la globalización para propiciar efectos positivos en crecimiento económico, inclusión social, equidad y pertinencia.

En el caso de Colombia, país en vía de desarrollo, la Educación Superior se puede aprovechar para la creciente integración a la economía mundial, para aumentar el acervo universitario y aportar a la solución de nuestros endémicos problemas: económicos, políticos, culturales, ambientales y de otros órdenes. Si se aprovechan las oportunidades, Colombia será un país sin duda más competitivo y con mejores niveles de desarrollo humano, pero si se les da la espalda a las oportunidades se ampliará la brecha de desarrollo en el tiempo y se cuestionará la viabilidad como nación.


Referencias bibliográficas


Banco Mundial (2003). Construir sociedades de conocimiento: Nuevos desafíos para la educación terciaria. Washington: Banco Mundial, 2003.

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Correa López, M. J. La Didáctica de las Ciencias Sociales en el sistema de las ciencias. Propuesta para una discusión necesaria. En http://www.unizar.es/cuadernos/n04/n04a02.pdf .

Drucker, P. (2002) La Gerencia en la sociedad futura. Grupo Norma. Bogotá: 2002. p. 227-228.

Llopis, R. (2003). La docencia de la Sociología y la cultura experiencial previa de alumnos y profesores. Revista de Teoría y Didáctica de las Ciencias Sociales. Mérida-Venezuela. Enero-Diciembre. Nº 8: p. 105-124.

  1. Para Peter Drucker hay tres características de la sociedad del conocimiento en la sociedad futura:

    1. Ausencia de fronteras porque el conocimiento viaja aún con menos esfuerzo que el dinero.

    2. Movilidad ascendente, disponible para todos en virtud de educación formal fácil de adquirir.

    3. Potencial de fracaso tanto como de éxito. Cualquiera puede adquirir los “medios de producción”, es decir, el conocimiento que se requiere para el oficio, pero no todos triunfan. Cfr. Drucker, Peter. La Gerencia en la sociedad futura. Grupo Norma. Bogotá: 2002. p. 227- 228